Enlace Judío México e Israel- Esta noche, domingo 16 de enero, es el 15 de Shebat también conocido como Tu Bishvat (ט»ו בשבט). No es un feriado religioso ni mencionado en la Torá. Este día fue elegido por los rabinos hace 2000 años, por razones que tienen que ver con agricultura, como una «fecha halájica» técnica, el plazo para considerar el ma’aser, o diezmo.

Impuesto a las frutas

El día 15 de Shebat los árboles se consideran un año mayores y, entre otras cosas, las frutas de los árboles estarían sujetas a los diferentes impuestos del diezmo (10%) durante el año fiscal que terminaría en el siguiente 15 de Shebat. No había (ni hay) ningún significado espiritual o religioso en este día. Y obviamente, Tu Bishvat era relevante exclusivamente para los mandamientos asociados a la tierra de Israel. Por lo tanto, una vez que los judíos perdimos nuestro Bet Hamikdash y fuimos desterrados de Israel, esta fecha cayó en el olvido….

La renovación de la tierra

En el siglo XVI, miles de judíos que escapaban de la Inquisición española llegaron a Turquía y desde allí se trasladaron a Eretz Israel y establecieron una colonia judía en la ciudad de Safed (Tzefat). Esta ciudad pronto se convirtió en el centro Halájico más importante del mundo. El rabino Yosef Caro (1488-1575) escribió en Safed el Shulján Aruj, el código halájico que hasta hoy es aceptado por todos los judíos del mundo. La literatura mística, o Kabbalá, también floreció en Safed, a través del Ari Hakadosh (1534-1572) y sus discípulos.

Para estos sabios judíos, que ahora vivían en la tierra de Israel, el 15 de Shebat tenían una importancia especial. Los rabinos Kabalistas dieron una interpretación mística a las diferentes frutas y formularon un «Séder» de Tu Bishvat para alabar a HaShem por la tierra de Israel que nos concedió, y que ahora, milagrosamente, volvían a habitar en ella. Esta nueva ceremonia de Tu Bishvat consistía en comer una variedad de frutas y siguiendo el modelo del Séder de Pésaj, bebían cuatro copas de vino, de colores más claros a colores más oscuros (blanco> rosado> Cabernet> Syrah) para representar las cuatro estaciones del año.

De Israel al resto del mundo

Desde ese entonces, la tradición de tener algún tipo de «se’uda» con bandejas de frutas se extendió por todo el mundo judío. Las frutas más preciadas son aquellas que la Torá menciona cuando alaba a la tierra de Israel «una tierra de trigo y cebada, uvas e higos, granadas, aceitunas y miel (de dátiles)» Debarim 8: 8. Siglos atrás los judíos Sefaradim de Turquía, Marruecos, Siria, Irán, etc. comían higos, dátiles, uvas, aceitunas y granadas, –frutos que crecen en climas cálidos– pensando en las frutas de la tierra prometida. Tu Bishvat representaba ahora un nuevo concepto: a través de estas frutas, los judíos volvíamos a conectarnos «virtualmente» con nuestras raíces originales, con nuestra tierra. Hoy diríamos que Tu Bishvat es una conmemoración absolutamente “Sionista”.

En las comunidades Ashkenazies también celebraban Tu Bishvat . Pero a diferencia de las ciudades en las costas mediterráneas o en el Medio Oriente, en el frío norte de Europa, no crecían ni higos ni dátiles. Y era imposible importar estos frutos de la Tierra Santa. Pero los Yehudim no se rindieron. ¿Cómo recordaban a Erets Israel? Aunque la Torá no menciona el algarrobo, el Talmud nos dice que Ribbi Shimon Bar Yohai sobrevivió durante 12 años comiendo algarrobos, un árbol indígena de Oriente Medio. Y de alguna manera, los judíos de Europa lograron traer vainas de algarrobos secos de Eretz Israel: “en los tiempos previos al transporte rápido y la refrigeración, la textura dura y seca del algarrobo lo convirtió en una de las pocas frutas cultivadas en la tierra de Israel capaz de resistir el viaje de larga distancia [hacia Europa] sin deterioro «. (Ver aquí)

Rocas con sabor a miel

Cuando escuché por primera vez de esta tradición me conmoví hasta las lágrimas. Las semillas de algarrobo son «duras como rocas para morder, y producen, si no te has roto todos los dientes, una sustancia harinosa que se huele a queso estropeado». Y aunque Rabbí Shimón Bar Yochai pudo sobrevivir gracias a este árbol, la Guemará clasifica el algarrobo como מאכל בהמה («alimento para el consumo animal»). Sin embargo, para los judíos europeos, esas semillas durísimas eran exquisitas, porque venían de la tierra de Abraham Itzjak y Ya’akob, de la tierra del Bet haMiqdash, de la tierra prometida. ¡Era el amor y la pasión por la tierra prometida lo que transformaba la incomible semilla del algarrobo en la fruta más deliciosa del mundo!

La costumbre de comer frutas el 15 de Shebat continúa hasta el día de hoy. Incluso aquellos que todavía vivimos fuera de Israel podemos ir a un supermercado y comprar vino, miel y queso de Israel, galletas hechas con harina israelí y frutas que vienen directamente de nuestra querida tierra.

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