Enlace Judío – El diario económico en lengua hebrea Calcalist informó este martes que en 2020 la Policía de Israel utilizó el software de espionaje Pegasus de NSO para vigilar a ciudadanos israelíes, entre ellos los líderes de las protestas contra el entonces primer ministro Benjamín Netanyahu, recogió The Times of Israel.

Según el reporte, en los últimos años la policía también hackeó los teléfonos de dos alcaldes en funciones sospechosos de corrupción y otros ciudadanos israelíes sin una orden judicial o la supervisión de un juez.

Tras la publicación del informe, el Contralor Estatal de Israel, Matanyahu Englman, anunció que investigará el presunto uso de sofisticados programas para espiar a ciudadanos israelíes.

La oficina del contralor señaló en un comunicado que hace varias semanas inició una revisión del uso de la tecnología por parte de la policía en sus operaciones de vigilancia.

“Como parte de esta revisión, se examinará el presunto uso de software de vigilancia incluida la tecnología del Grupo NSO, para rastrear los teléfonos celulares de ciudadanos”, agregó la oficina.

La Contraloría destacó los problemas de privacidad que conlleva el uso de estos medios, así como el peligro de que los datos privados de las personas caigan en manos de terceros.

“El trabajo del Contralor del Estado hace hincapié en la protección de la privacidad de los ciudadanos y residentes israelíes”, dice el comunicado. “Los medios tecnológicos se utilizan como prueba en procesos penales y plantean cuestiones sobre el equilibrio de sus beneficios frente al daño al derecho a la privacidad y otros derechos”.

De acuerdo a Haaretz, el fiscal general Avijai Mandleblit exigió explicaciones a la policía sobre las acusaciones. El periódico cita fuentes no identificadas de la fiscalía estatal que niegan tener conocimiento del uso de Pegasus.

El jefe de la Autoridad de Protección de la Privacidad de Israel, Gilad Samama, exigió una reunión urgente con el comisionado de policía, Kobi Shabtai, para revisar e investigar el asunto. La autoridad dijo en un comunicado que el uso del software, como se alega, constituiría un “grave daño a la privacidad de los ciudadanos”.

En la Knéset, legisladores indignados pidieron una investigación parlamentaria.

La policía negó algunas de las acusaciones, afirmando que actúa de acuerdo con la ley, aunque no negó haber utilizado el software.

“La Policía de Israel no utiliza sus avanzadas capacidades tecnológicas contra civiles y manifestantes inocentes”, dijo el comisionado de policía, Kobi Shabtai en una declaración publicada por la policía.

“Ordené una investigación de todos los casos del artículo, que supuestamente ocurrieron hace años. La investigación mostró que algunos de ellos son incorrectos, y que todo se hizo con todas las aprobaciones legales requeridas”, continuó.

“No se utilizaron herramientas de este tipo contra manifestantes del movimiento Banderas Negras, autoridades locales u opositores al desfile del orgullo gay. Esos detalles son incorrectos”, apuntó.

El sofisticado software de espionaje fabricado por la empresa israelí se ha relacionado con escuchas a activistas de derechos humanos, periodistas y políticos, desde Arabia Saudita hasta México. Estados Unidos ha prohibido al grupo el acceso a la tecnología estadounidense, alegando que sus productos han sido utilizados por regímenes represivos.

La empresa afirma que sus productos están destinados a ser utilizados contra delincuentes y terroristas, y que no controla la forma en que sus clientes utilizan el software.

El reporte de Calcalist, que no cita a ningún funcionario actual o formal del gobierno, la policía o NSO que corrobora las afirmaciones, describe ocho casos en los que la unidad secreta de inteligencia de señales de la policía utilizó el software Pegasus para espiar a ciudadanos israelíes, incluyendo el hackeo de los teléfonos de un sospechoso de asesinato y de opositores al desfile del orgullo gay de Jerusalén. El informe no nombra a ninguna de las personas cuyos teléfonos fueron supuestamente hackeados por la policía.

“En todos los casos mencionados en el artículo, y en otros casos, el uso de Pegasus se hizo a la sola discreción de los oficiales de policía de alto rango”, dijo el informe. “El significado es que con Pegasus, la policía puede hackear todos los teléfonos celulares sin solicitarlo a un tribunal, sin una orden de registro o entrada y sin supervisión”.

El informe provocó protestas en todo el espectro político.

La ministra de Energía, Karine Elharrar, declaró a la Radio del Ejército que esa vigilancia “es algo que un país democrático no puede permitir”.

El legislador de la oposición Yuval Steinitz dijo que la vigilancia de los ciudadanos por parte de las fuerzas del orden sin supervisión judicial es impropia y que, si las afirmaciones son correctas, deberían investigarse.

El ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, cuya dependencia supervisa a la policía, tuiteó que verificará que la policía reciba autorización explícita de un juez para utilizar el software espía.

El partido ultraortodoxo Shas pidió al presidente de la Knéset lanzar una investigación parlamentaria. Merav Ben Ari, legisladora de la coalición que dirige el Comité de Seguridad interna de la Knéset, dijo que la comisión celebrará una audiencia sobre las acusaciones del informe.

El diputado Mossi Raz, del partido Meretz que forma parte de la coalición dijo que todos los legisladores de su partido se han puesto en contacto con Barlev, exigiendo que Israel “detenga inmediatamente cualquier uso de la herramienta Pegasus contra civiles”.

“Una investigación no se completa en una sola mañana, y cuando los derechos civiles están en juego, es necesaria la transparencia y un profundo debate público”, añadió Raz.

Eldad Yaniv, uno de los líderes de las protestas contra Netanyahu, dijo: “Realmente espero que el ministro Barlev entienda lo que debe hacer hoy: ordenar al comisionado de la policía una audiencia de inmediato, y si el informe de Calcalist es correcto, presentar una queja seria contra Shabtai a los investigadores de la policía y suspenderlo inmediatamente”.

Amir Haskel, un destacado líder de las protestas contra Netanyahu, dijo que “las acusaciones no le sorprenden”.

“El uso de software para seguir a los líderes de las protestas conviene al exministro de Seguridad Pública Amir Ohana, que hizo todo lo posible por reprimirlas”.

La Asociación de Internet de Israel dijo: “Si la policía utiliza la tecnología de NSO para seguir a civiles israelíes sin supervisión ni orden adecuada, es un terremoto”.

Las acusaciones “deberían preocupar a todos los ciudadanos del Estado de Israel”, dijo el grupo.

La policía emitió un comunicado tras la publicación del informe, afirmando que “no hay nada de cierto en las afirmaciones planteadas en el artículo” y que “todas las operaciones policiales en este ámbito se ajustan a la ley, de acuerdo con las órdenes judiciales y los protocolos meticulosos”.

Amir Ohana, ministro de Seguridad Pública durante las protestas de 2020, aseguró que no tenía conocimiento de la vigilancia.

El movimiento de protesta Banderas Negras, cuyos líderes fueron supuestamente vigilados durante las manifestaciones semanales de los últimos años que exigían la dimisión de Netanyahu, pidió a la policía dar a conocer los nombres de las personas cuyos teléfonos fueron hackeados. El portavoz Roí Neuman dijo que los líderes de la protesta se enteraron de la vigilancia digital tras la publicación del informe.

El software Pegasus permite acceder al teléfono celular de una persona, así como a las comunicaciones en tiempo real.

La empresa ha enfrentado crecientes críticas y escrutinio por el uso de su software por parte de gobiernos represivos.

El software de NSO ha sido presuntamente utilizado para vigilar los teléfonos celulares de activistas, disidentes y periodistas. El mes pasado, la organización de vigilancia de Internet Citizen Lab afirmó que decenas de periodistas y defensores de los derechos humanos de El Salvador habían sufrido repetidos hackeos de sus teléfonos con sofisticados programas espía durante el último año y medio.

En noviembre, Citizen Lab dijo que había identificado el software Pegasus en los teléfonos de seis activistas de derechos humanos palestinos afiliados a grupos que Israel ha afirmado que están involucrados en el terrorismo.

Citizen Lab ha identificado víctimas de Pegasus desde 2015, cuando se descubrieron abusos del software espía contra periodistas y activistas de derechos humanos en México y en países autocráticos de Oriente Medio, como Arabia Saudita. Desde entonces se han descubierto decenas de casos, entre ellos el de empleados del Departamento de Estado de Estados Unidos en Uganda, abogados británicos y un senador polaco que lideró la campaña parlamentaria de la oposición en 2019.

El Grupo NSO dijo que no puede confirmar ni negar ningún cliente específico, y añadió que “la compañía no opera el sistema una vez vendido a sus clientes gubernamentales y no está involucrada de ninguna manera en la operación del sistema”.

“NSO vende sus productos bajo licencia y regulación a los organismos de inteligencia y de aplicación de la ley para prevenir el terrorismo y el crimen bajo órdenes judiciales y las leyes locales de sus países”, dijo la compañía.

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