Enlace Judío – El ministro de Seguridad Pública de Israel condenó el reciente ataque de judíos extremistas contra activistas de derechos humanos en Judea y Samaria como “acciones de una organización terrorista”, luego de que decenas de colonos enmascarados atacaron con palos y piedras a israelíes y palestinos cerca de la aldea de Burin, informó Haaretz.
“En este caso, se trata aparentemente de una acción organizada, en mi opinión, de un grupo terrorista que trabaja en conjunto”, dijo el domingo el ministro de Seguridad Pública, Omer Bar-Lev, y agregó que el grupo apuntó y dañó a “ciudadanos de Israel que vinieron a manifestarse al lugar”.
A pregunta expresa sobre la falta de detenciones, Bar-Lev dijo que “la policía tardó en llegar, tras lo cual los atacantes ya habían desaparecido”. Añadió que a la policía le resulta “muy difícil” reunir pruebas, aunque se haya identificado a uno de los atacantes.
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La policía informó además que este domingo automóviles palestinos fueron objeto de vandalismo en la ciudad de Qira, en el norte de Judea y Samaria. Los autores pintaron estrellas de David en los vehículos y pincharon neumáticos.
Siete activistas de izquierda resultaron heridos durante el ataque del viernes en ִJudea y Samaria, luego de ayudar a agricultores palestinos a plantar árboles en zonas que habían sido dañadas o vandalizadas en el pasado. Muchos de los voluntarios son mayores, y pertenecen a organizaciones como Rabinos por los Derechos Humanos, Coalición para la Cosecha del Olivo, Machsom Watch y la Coalición de la Bikaá (Coalición del Valle del Jordán).
Según algunos activistas, el grupo de unos 15 atacantes enmascarados son residentes del cercano asentamiento ilegal de Giv’at Ronen, y huyeron del lugar antes de que llegaran las fuerzas de seguridad.
Doron Meinrat, uno de los activistas heridos, sigue hospitalizado en el Centro Médico Beilinson de Petah Tikva tras una cirugía en el brazo que se fracturó en el ataque.
La policía informó el sábado por la noche que aún no ha detenido a los sospechosos del ataque, y que el servicio de seguridad Shin Bet también participa en la investigación.
La violencia fue condenada por legisladores de todo el espectro político, y varios miembros de la coalición pidieron la demolición del asentamiento ilegal de donde presuntamente vinieron los atacantes.
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