MAURICIO ALISKEVICIUS

   Una locura es hacer la misma cosa una y otra vez esperando obtener resultados diferentes. Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo

                                                                                     Albert Einstein

   Estudia el pasado si quieres pronosticar el futuro

                                                                                      Confucio.

 

   Aquellos que no conocen la historia están condenados a repetirla

                                                                                      Edmund Burke (estadista irlandés -1729-1797)

 

Al ver esta película británica recién estrenada (Múnich en vísperas de una guerra, 2021) hicimos una asociación de ideas con lo que está sucediendo hoy en el mundo.

El tema principal de la película es la ceguera o ineptitud de los gobernantes británico y francés ante la clara intención de Hitler de conquistar toda Europa, seguramente para continuar y conquistar el mundo entero.

En septiembre de 1938, los gobernantes de Francia y Gran Bretaña, Edouard Daladier y Neville Chamberlain respectivamente, creyeron ingenuamente que con la cesión a Hitler de los sudetes, una región perteneciente a la entonces Checoslovaquia, quedaba completamente solucionada la ambición de Alemania y se evitaba así una segunda guerra mundial, que se sabía que sería mucho más grave que la de 1914-18.

En este momento existe –entre muchas otras- la ambición de Irán encabezada por el ayatola Jamenei (un diabólico segundo Hitler) y por el otro lado la pasividad, incredulidad e ignorancia histórica de las potencias europeas y de Estados Unidos.

El pacto firmado e incumplido entre las partes nombradas (2015) era nada más y nada menos que la aceptación de que Irán tenga armas nucleares pero “dentro de unos años”. Se repite la ironía del pacto de 1938, solamente cambian los nombres.

La historia demostró que Hitler firmó sabiendo que no iba a cumplir lo pactado. Poco tiempo atrás el Mossad demostró –Israel lo hizo público en la ONU- que Irán estaba repitiendo la situación; mientras firmaba un documento, en la práctica ya estaba trabajando en el enriquecimiento de uranio, primer paso hacia la bomba atómica.

No podemos saber si Barack Hussein Obama apoyó el pacto por mala fe, por desconocimiento de la realidad, por no recordar lo que hizo Hitler, por creer ingenuamente que los iraníes cumplirían lo pactado.

Creemos que Donald Trump se dio cuenta, y dio marcha atrás. Pero nos queda ahora el caso de Joe Biden.

Ciertas actitudes son claramente hacer todo lo contrario de lo que hizo su antecesor. Es una mala política, pero podría ser un motivo. No se da cuenta de las consecuencias.

Otras actitudes, como sería la retirada absurda de Afganistán, serían repetir el error de Chamberlain, creer en la palabra del adversario y evitar una guerra con sus inevitables muertes y sufrimientos. En este caso el señor Biden debería volver a clase, especialmente estudiando nuevamente historia.

Pero estamos viendo que los enviados de Biden están abandonando las conversaciones indirectas, decepcionados con las pretensiones de Irán. ¿No le dice nada esto al señor Biden?

Las mentiras y medias verdades son –lamentablemente- algo muy usado en política y diplomacia. Pero lo que está en juego es demasiado grave como para no meditar, para no tomar medidas urgentes y drásticas.

Cualquier ser humano que lea periódicos o mire los informativos en la TV sabe que Irán está armado hasta los dientes y tiene ejércitos que ya están luchando en varios frentes: Siria, Líbano, Irak, Gaza, Yemen. Están haciendo demostración de fuerza lanzando misiles que pueden llegar a Europa y Estados Unidos, pirateando barcos en mares y océanos, haciendo luchas secretas con su tecnología en cibernética, bombardeando a países como Arabia Saudita, Emiratos o Israel. ¿Qué espera lograr Biden de los gobernantes iraníes?

Por lo que estamos viviendo hoy en día, Irán no precisa lograr la bomba atómica, tiene suficiente arsenal y ya lo está usando.

La frase de Einstein que encabeza este artículo deja bien claro que lo que está haciendo el actual gobierno norteamericano es una locura, porque es repetir lo que ya hizo Chamberlain y dio un resultado nefasto. Es evidente que lo único que puede frenar la ambición iraní es la fuerza, de nada sirve la diplomacia y la firma de acuerdos que sabemos que no se cumplirán.

Y así como en la etapa anterior a la Segunda Guerra Mundial el error no fue solamente de Chamberlain, hoy vemos que las potencias europeas tampoco asumen la responsabilidad de enfrentar a los ayatolas iraníes.

Israel no acepta jugar el rol de Checoslovaquia, no tiene una región como los sudetes para resignar. Israel enfrentará al enemigo con todas sus fuerzas, pero el resto del mundo no puede quedarse de brazos cruzados mirando la lucha, si cae Israel caerá de inmediato todo Occidente.

Los problemas Rusia-Ucrania, China-Estados Unidos, Corea del Norte-Corea del Sur, pasaron a ser problemas menores porque tienen solución.

 


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