Enlace Judío – El ministro de Relaciones Exteriores de Catar, el jeque Mohammed bin Abdulrahman Al-Thani, descartó este miércoles la posibilidad de que el país árabe normalice las relaciones con Israel, informó The Times of Israel.

Al-Thani le dijo al sitio de noticias Axios en una entrevista que aunque Doha ha mantenido previamente lazos con Israel “cuando había perspectivas de paz” con los palestinos, “perdió la esperanza” después de la guerra de Gaza de 2008-2009.

Dijo que Catar continuaría con lo que llamó su “relación de trabajo” para ayudar a los palestinos, pero que le parecía poco realista entrar en un acuerdo con Israel como los Emiratos Árabes Unidos o Baréin “en ausencia de un compromiso real con un solución de dos Estados”.

Con la aprobación de Israel, Catar desde 2018 ha proporcionado periódicamente millones de dólares en efectivo a los gobernantes de Hamás en Gaza para pagar el combustible de la planta de energía de la Franja, financiar proyectos de infraestructura y brindar ayuda a decenas de miles de familias de Gaza.

Doha también estaba contribuyendo a los salarios de unos 50,000 empleados del gobierno dirigido por Hamás hasta el último estallido con Israel en mayo, mediante el envío de maletas con dinero en efectivo al territorio a través de Israel.

El nuevo gobierno de Israel, que prestó juramento al mes siguiente, prometió detener ese arreglo.

Con las conversaciones nucleares entre Occidente e Irán aún en suspenso, Al-Thani dijo que Catar estaba trabajando arduamente para “cerrar las brechas” en las negociaciones indirectas entre Washington y Teherán, y agregó que estaba “muy preocupado” por el fracaso de las negociaciones, y que “no queremos ver una carrera nuclear en nuestra región”.

La posición de Catar como intermediario diplomático regional ha provocado tensiones con sus vecinos, debido a sus conexiones con Irán y con grupos extremistas como los Hermanos Musulmanes y los talibanes.

Enojados por esto, Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Baréin y Egipto rompieron los lazos con Catar a mediados de 2017, sellando su espacio aéreo a los vuelos de Catar, cerrando la única frontera terrestre de Catar y expulsando a los ciudadanos de Catar. La medida empujó a Catar más cerca de Turquía e Irán, que se apresuraron a apoyar a la pequeña pero rica nación mientras navegaba por el asalto diplomático.

El enfrentamiento regional concluyó a principios de este año con un acuerdo firmado por los líderes árabes en Arabia Saudita. En última instancia, Catar no cedió a una lista de demandas que había hecho el cuarteto, incluido el cierre de su canal de noticias Al Jazeera y la entrega de los islamistas buscados que residen en el exilio.

Catar también se ha convertido en un aliado más cercano de los Estados Unidos, con el presidente Joe Biden anunciando el año pasado que designaría al estado del Golfo como uno de los 17 principales aliados no pertenecientes a la OTAN, lo que le da derecho al país a beneficios especiales en defensa, comercio y cooperación en seguridad.

Este movimiento fue visto por muchos como un cambio de la administración de su predecesor, que favorecía a Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

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