Enlace Judío México e Israel- Durante los siguientes 300 años posteriores a la muerte de Jesús, sus fieles seguidores continuaban siendo perseguidos. En un inicio, a los judíos que creían que Jesús era el Mesías se les llamaba judeo-cristianos, sin embargo, Saúl de Tarso, más tarde conocido como Pablo, llevó la palabra de Jesús a diversas ciudades del Medio Oriente acercando a centenares de gentiles a la nueva fe y creando una secta independiente.

Ante esto una nueva pregunta surgió: ¿Debían los gentiles circuncidarse para formar parte de la nueva creencia? Y otra pregunta aún más importante: ¿Debían los judeo-cristianos seguir cumpliendo las leyes de Moisés? Para resolver dichas interrogantes se celebró en el año 50 el Concilio de Jerusalén.

Este sería el primer concilio cristiano de la historia y en él se estableció que los hombres que quisieran sumarse a lo que más tarde sería una nueva religión no tenían que pasar por el proceso de circuncisión y que las leyes del pueblo judío como las limitantes alimenticias o el resguardo del shabat no tenían que seguir siendo respetadas porque Jesús había traído nuevos preceptos en su lugar.

De este modo, los judeo-cristianos fueron desjudaizando su nuevo movimiento y con el paso de los años, comenzaron a ser identificados como cristianos. Sin embargo, a pesar de que las ideas de Jesús habían traspasado fronteras y se habían extendido a otras regiones gracias al trabajo de Pablo, los seguidores de Jesús seguían siendo una ínfima minoría, hasta que en el año 312 d.e.c sucedió algo que cambió la historia de manera definitiva.

“Por este signo vencerás”

El emperador Romano Constantino se preparaba para enfrentarse a su oponente Majencio, ambos luchaban por la unificación del imperio, una batalla crucial para el futuro de toda la región.

Mientras las respectivas tropas se preparaban, Constantino tuvo la visión de un símbolo cristiano al mismo tiempo que escuchó el augurio de su triunfo: “Por este signo vencerás”. Ante la sobrenatural visión Constantino pintó en los escudos de sus tropas el mismo signo que había visto. Se sentía protegido por el mismísimo Dios, y después de una sangrienta batalla en el puente Milvio, Constantino venció.

Edicto de Milán

Convencido de que había sido Cristo quien lo había protegido el emperador romano Constantino se convirtió al cristianismo.

Un año después de su victoria, el edicto de Milán ordenó tolerancia para los seguidores de Cristo.

Para muchos historiadores lo que realmente sucedió es que el emperador se dio cuenta de lo importante que era para los romanos creer en un milagro que demostrase que su llegada al poder era obra de Dios.

¿Cuál es la versión correcta? Nunca lo sabremos; un hecho es que a partir de la conversión de Constantino, masas de ciudadanos romanos se convirtieron al cristianismo.

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