Enlace Judío México e Israel- Mi padre era un Quijote, luchó contra molinos de viento que eran sus batallas. En paz descanse, siempre me decía: no juzgues a nadie porque cada hombre tiene sus batallas, el peleó en la vida con amor y gracia, con elegancia y con mucho humor, se burlaba hasta de sí mismo y me enseñó a no tomarme la vida tan en serio.

JENNY ASSE CHAYO

Tenía razón y aunque la vida es cosa seria, irse de este mundo lo es más, por eso como dice mi maestro y amigo Óscar de la Borbolla: nada es para tanto, y aunque sí lo sea no lo es.

Ahora lo puedo decir porque ya crecí y lo que durante años me atormentaba ya no lo hace, otras son ahora mis tristezas pero cómo esas también son inevitables también las disfruto y agradezco porque me permiten llorar y a veces lo único que se necesita es eso, llorar, porque las pérdidas nos conmueven pero también las ganancias. La vida es tragicómica y eso lo supe siempre pues mi padre sabía reír mucho pero también sabía llorar, yo lo vi hacerlo algunas veces; y otras no lo vi, pero sé que lo hacía.

Mi padre, en paz descanse, jugaba, le gustaba divertirse y eso era muy bonito; también soñaba con un mundo feliz y eso es lo que construyó para nosotros :un mundo feliz que él supo conquistar para él para mi madre, y para mis hermanos y sus maravillosos nietos. Mi padre amó mucho y compró mucho, gastó el dinero que ganó vendiendo agujas y calcetines en la merecería La Ideal, en correo mayor.

Él me educó para para ser escritora, artista, cantante, buena judía y una mujer completa. Antes de irse me dijo: ya no tengo nada que darte. Él lo sabía: estaba pronto a despedirse de este mundo. En cierta forma se equivocó, porque desde el más allá me sigue dando, y mucho.

Él vive allá, y aquí en mis acciones de todos los días en mis risas y mis batallas, en mis locuras y en mis sueños. Yo, lo reconozco soy también una Quijota y he luchado contra no pocos gigantes que no son más que esos demonios internos con los que todos crecemos y que elegimos para entender y ser mejores personas.

Los Quijotes

Sancho Panza es otro gran personaje, nunca luchamos solos y Dulcinea me cae muy bien porque se parece a mi hermana y a mis sobrinas hermosas. Mi padre en paz descanse encontró el amor en mi madre en paz descanse, ellos están juntos ahora en el cielo. También me enseñaron el valor de la amistad supieron ser grandes amigos de sus hijos , y cultivar la amistad profunda y verdadera con los que les tocó crecer.

A ellos dedico este escrito inspirado en el amor que sembraron en tanta gente y en la fe inmensa que nos heredaron. Tengo mucho más que decir y agradecer a Dios por el milagro de la vida que uno valora más cuando crece. Perder es a veces ganar, y aunque nadie queremos perder ese es el plan divino y ante eso nada pídenos hacer.

Adelante pues Quijotes y que la batalla sea leve no olvidemos las enseñanzas reír reír mucho, agradecer siempre y gastarnos la vida en lo que nos gusta que al fin para eso nacimos Quijotes y Sanchos Panzas y Dulcineas, y para eso se hicieron los molinos, no solo para luchar contra ellos sino para dejarnos tocar por la el viento, para cruzar los pastizales y darnos cuenta de que los monstruos sólo eran imaginarios y cuando fueron reales los vencimos.

Por eso Dios también ríe con nosotros y nos dice me vencieron hijos míos me vencieron como queriendo decir : Estoy feliz de que se vencieron a sí mismos.

¡ Pura vida para todos y mucha emuna shlema que eso es lo que nos mantiene unidos y adelante en esta vida !

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