Enlace Judío – En una entrevista del ministro francés de Finanzas Bruno Le Maire con la emisora de radio pública France Info y que se publicó el 1 de marzo de 2022, destacó que las medidas internacionales de congelación de activos rusos en total va a afectar acerca de un billón de euros.

El pueblo ruso también pagará las consecuencias; las sanciones a Rusia ya están empezando a producir efectos, en este sentido, indicó que el rublo se ha depreciado un 30%, que el Banco Central de Rusia ha tenido que duplicar sus tipos de interés al 20%, lo que encarece la financiación de las empresas y que sus reservas de divisas se están fundiendo “como la nieve al sol”.

Le Maire advirtió que se está trabajando por “si es necesario” en un reforzamiento de las sanciones, una cuestión que se discutirá entre los ministros de Finanzas del G7 por una parte, y por la otra entre los de la Unión Europea, y que juntos tienen un poder de acción considerable sobre la posibilidad de dejar de comprar petróleo y el gas ruso, que son las principales fuentes de ingresos de Rusia, reconoció que es muy complicado para un cierto número de países europeos.

Le Maire afirmó que si fuera un inconveniente para Francia, que solo es dependiente en un 20% del gas ruso, “probablemente habríamos ido más lejos”, pero hay otros países del centro y del este de Europa, que dependen al 100%.

Sobre ese punto, reconoció que la prioridad es mantener la unidad de los europeos, pero de todas formas insistió en que con el tren de las sanciones internacionales “es Rusia la que va a sufrir, no Europa”, donde en consecuencia se espera un pequeño aumento de precios. Preguntando por la congelación de los activos y bienes de 488 personalidades identificadas por la Unión Europea por su proximidad con el presidente ruso, Vladimir Putin, avanzó que se está trabajando para que la congelación se convierta en incautación.

Aunque dijo no poder dar cifras todavía de la acción de sus servicios para identificar esos activos y bienes en Francia porque es un proceso complejo, aseguró que las personalidades objeto de sanción no van a poder retirar y llevarse el dinero.

El ministro también anunció que va a hablar con los Consejeros delegados de Total Energies y Engie, las dos grandes empresas francesas del sector energía con grandes intereses en Rusia, para plantearles el mantenimiento de su actividad allí.

Hay una cuestión de principio sobre el hecho de trabajar con directivos rusos próximos a Putin, señaló Le Maire, que no quiso ser más explícito sobre si se les pedirá que abandonen sus negocios allí, pero explicó que el máximo ejecutivo de Total Energies, Patrick Pooyanne, “es consciente de la gravedad de la situación y habrá decisiones en un futuro próximo”.

El presidente Putin ordenó poner en alerta sus fuerzas de disuasión nuclear, un arsenal que en conjunto contiene alrededor de la mitad de las armas atómicas que existen en el mundo actualmente. Rusia dispone de 1,625 cabezas nucleares desplegadas, a las que hay que sumar otras 2,870 almacenadas y otras 1,760 de carácter estratégico, lo que suma un total de 6,255 cabezas nucleares.

Estados Unidos cuenta con 1,800 cabezas nucleares desplegadas, y en total reúne 5,550, según con los últimos datos del Instituto Internacional de Estocolmo para la Investigación de la Paz (SIPRI). Los otros países que cuentan con armamento nuclear son China (350), Francia (290), Reino Unido (225), Pakistán (165), India (156) e Israel (90). Asimismo, Corea del Norte tiene el potencial para construir entre 40 y 50 cabezas nucleares.

Pese a que desde hace cuatro décadas Rusia empezó a disminuir el almacenamiento de armas nucleares tras los acuerdos alcanzados con Estados Unidos, ya desde la época soviética todavía conserva el mayor número de ojivas nucleares del mundo.

Los datos más recientes del Boletín de Científicos Atómicos indican que Rusia tiene 1,588 cabezas nucleares desplegadas en misiles balísticos y bases de bombarderos pesadas, con otras 977 ojivas estratégicas y 1912 ojivas no estratégicas en reserva.

Parte del arsenal que posee Rusia estaba situado precisamente en Ucrania, pero tras la desaparición de la Unión Soviética y la constitución de Ucrania como república independiente, este país renunció a las armas nucleares y las entregó a Rusia, con la contrapartida de garantizarse su independencia y su integridad territorial.

El primero de marzo de 2018 Putin presentó el misil balístico Sarmat con alcance prácticamente ilimitado y que según dijo, convertiría en inútil el escudo antimisiles de Estados Unidos. Unos meses después presentaba otro misil, el hipersónico Avangard, también capaz de superar el escudo antimisiles estadounidense y, según Putin, los sistemas de defensa antimisiles que se desarrollen en el futuro. El Avangard puede alcanzar las más densas capas de atmósfera y superar 20 veces la velocidad del sonido, lo que le permite llegar a territorio de Estados Unidos en 15 minutos.

En febrero de 2021 Rusia y Estados Unidos prorrogaron por 5 años el último tratado de desarme nuclear vigente entre ambas potencias, el New Start que había sido firmado en 2010.

El New Start, que incluyó un sistema de inspección de los arsenales, redujo en un 30% el número de cabezas nucleares, hasta 1,550 por país. Además limitó a 700 el número de misiles balísticos intercontinentales, el de los desplegados en submarinos y bombardeos estratégicos equipados para armamento nuclear.

También redujo a 800 el de lanzaderas para misiles intercontinentales, lanzaderas submarinas para misiles balísticos y bombardeos estratégicos equipados para el armamento nuclear, estén desplegados o no.

En este contexto, resulta evidente que Rusia no tiene la capacidad económica para proseguir su campaña militar para apoderarse de más territorio ucraniano, el riesgo es que Putin no se vea tentado a utilizar sus armas nucleares con lo que se desataría un infierno en el mundo.

 


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