Enlace Judío – En el marco de la invasión de Rusia a Ucrania, el Canal 12 israelí publicó este viernes una entrevista con el célebre historiador y autor israelí Yuval Noah Harari, quien manifestó sus posturas sobre los desarrollos que hasta el momento se han presentado en Europa del Este y sus perspectivas al respecto. Los siguientes son extractos de la conversación.

Jersón cayó, un millón de ucranianos han huido ya de su país, hay un convoy de 64 kilómetros de vehículos blindados rusos en las afueras de Kiev que aplastarán la ciudad en cuanto Putin lo decida, pero aseguras que Putin ya fue derrotado.

Sí, porque hay que entender de qué se trata esta guerra. Esta guerra no se trata de conquistar esta ciudad o aquella. Putin puede conquistar toda Ucrania, eso es completamente cierto. Pero esta guerra se trata de la existencia misma del pueblo ucraniano.

Putin comenzó la guerra porque tiene una fantasía que se construyó en su cabeza de que no existe tal cosa como el pueblo ucraniano, que los ucranianos son en realidad rusos, que quieren ser parte de Rusia y que solo una pequeña pandilla judía nazi en el poder lo está impidiendo. Así que su fantasía era que entraría[a Ucrania], Zelensky huiría, el ejército ucraniano depondría las armas y se rendiría, y que la población arrojaría flores a los tanques rusos. Se equivocó por completo.

Hay un pueblo ucraniano, Zelensky no huyó, el ejército ucraniano está luchando con todas sus fuerzas y la población está arrojando bombas Molotov a los tanques, no flores. Y sí, puede conquistar ese país, pero no logrará controlarlo. Lo hemos visto en Irak, lo hemos visto en Afganistán, lo hemos visto en muchos lugares: es más fácil ocupar un país que controlarlo. El sueño de Putin es reunificar el Imperio ruso de nuevo, y en esto, ya lo sabemos, fracasó. Porque no hay posibilidad, cada día que pasa siembra más y más semillas de odio entre los ucranianos y los rusos, que no se habían odiado antes el uno al otro, que eran una familia. Esto es un odio para siempre. Con sus propias manos promete que no hay posibilidad de que puedan unirse más.

Conoces bien la teoría del McDonald’s, que dice que 2 países que cuentan con esta empresa no se pelearán porque ambos tienen un estilo de vida occidental. Hablas de la “nueva paz”, que descontinuó lo que una vez fue común, cuando de repente un país se levanta un día e invade a otro y aquí lo tienes, este orden mundial está cambiando ante nuestros ojos.

Es cierto, es algo impactante. Es por eso que vemos la conmoción de todo el mundo porque la gente lo entiende como ‘este tipo nos está arrastrando de regreso a la jungla’. Esta cuestión de la paz no son las fantasías de bellos poetas que abrazan árboles. Mira los presupuestos de defensa: la cuestión es el dinero. No es cuestión de poetas, es cuestión de contadores.

Solo pon atención a los presupuestos: Para 2020, el presupuesto de defensa promedio de un país a nivel mundial era aproximadamente del 6% y en Europa es del 3%. ¡Es increíble en términos históricos! Durante la mayor parte de la historia, todos los emperadores, sultanes y reyes gastaron el 40%, 50% o 60% de sus presupuestos en sus ejércitos y fortalezas. El hecho de que tengamos un sistema de salud, un sistema educativo, un sistema de bienestar, es porque el dinero no va a la guerra, porque existe de verdad esta relativa paz.

Vimos que a los pocos días de la invasión rusa, el presupuesto de defensa de Alemania se duplicó y esto se extenderá. En lugar de destinarse a los trabajadores sociales, a los médicos, a los maestros, ese dinero irá a los tanques. En lugar de luchar contra el calentamiento global, el dinero se destinará a luchar en guerras. Para hacer la paz se requiere que mucha gente coopere. Para hacer la guerra basta un solo tirano.

Afirmas que este es un momento dramático para toda la humanidad ¿Hasta qué punto?

Sí, porque, de nuevo, no son solo los presupuestos de salud los que sufrirán por esto. La humanidad enfrenta desafíos tremendos. Uno de ellos es el calentamiento global: en una situación de regreso a la jungla, de regreso a una guerra total, no hay posibilidad de detener la catástrofe ecológica. No será posible llegar a ningún acuerdo internacional al respecto.

Esto es lo mismo que pasa en otras áreas. Las armas nucleares, sobre las que la gente piensa, ‘las armas nucleares son cosa de los años 60, fue algo sobre una crisis de los misiles en Cuba o algo así’… ¡Es ahora! Pasaron 3 días desde el momento en que estalló la guerra cuando de repente empezaron a amenazar con armas nucleares.

Hablas de que lo que le interesa a los habitantes del planeta son más clases de yoga, comida orgánica y viajes a la playa, mucho más que conquistar países. Pero podría ser que eso sea parte del problema, que Occidente se haya vuelto demasiado mimado, no listo para activar las armas.

Putin estaba seguro de que una vez que invadiera Ucrania la OTAN colapsaría, que los europeos se acobardarían. Los europeos se sorprenden de lo rápido que responden, con fuerza, con un frente unido. Debajo de la grasa hay mucho músculo y lo están descubriendo. La energía eléctrica sale de Kiev e ilumina el mundo: uno ve a las compañías petroleras sacando inversiones de Rusia. Estas son cosas realmente increíbles, están inspiradas en los ucranianos que luchan con las manos desnudas frente a los tanques, esto infunde valor al mundo entero.

Estuviste ahí [en Ucrania] en 2019 y conociste a la esposa del presidente, Olana Zelensky.

Sí y me impresioné mucho con su compromiso con la democracia. De nuevo, este es un país con una historia muy, muy difícil en el siglo XX: la dictadura del zar, la dictadura de Stalin, la dictadura soviética, la Segunda Guerra Mundial, el Holocausto. Un país pobre que se enfrenta a muchas dificultades y uno ve cómo están tan comprometidos con la democracia: desde la persona que está en la calle hasta el presidente y su familia.

Mientras tanto, Putin está disparando fuego real y Occidente está disparando sanciones… y seré algo populista, el retiro de [Rusia] de Eurovisión, este tipo de cosas no son fuerzas.

Mira, Rusia es una gasolinera con misiles nucleares, eso es lo que tienen. ¿Cuándo fue la última vez que compraste algo hecho en Rusia? El régimen de Putin se basa en el petróleo y el gas. Si los europeos, si Occidente es inteligente, lo que deben de hacer no es solo aplicar sanciones, es ir por un ‘Proyecto Manhattan’ verde.

Energía verde y entonces Putin empobrecerá.

Energía verde que sacará al petróleo y al gas de su lugar central. Cuando el precio del barril de petróleo caiga a 20 dólares por barril, será el fin del régimen de Putin.

Las escenas que llegan desde Ucrania, los bombardeos en los centros de las ciudades, miles de refugiados, el rumbo de esto hacia la tragedia humanitaria más grande que hemos visto en 80 años ¿encuentras una similitud entre Hitler y Putin?

Hay ciertas similitudes, pero hay una diferencia muy, muy grande: Hitler tenía una ideología, y el pueblo alemán, en gran medida, ya estaba unido en torno a esta ideología. Esta [la invasión de Rusia a Ucrania] es la guerra de un solo hombre, esta no es una guerra del pueblo ruso, el pueblo ruso no la quiere.

Ni siquiera es una guerra del pequeño círculo de Putin, estos oligarcas son en su mayoría personas que aman la vida. Tienen sus yates y su casa en Londres y el château en Francia y el jet privado. Esto es lo que quieren de la vida. Y este es realmente un caso histórico raro de una guerra de un solo hombre. No de un pueblo, no de un país, no de una ideología. Desafortunadamente, este es un hombre con un poder tremendo al que se le aflojaron algunos tornillos.

Aquí en Israel todo esto termina por vincularse con nosotros. Y algunos dirían que moralmente uno debería recordar lo que los ucranianos le hicieron a los judíos en los siglos XX y XIX, el antisemitismo que había ahí. Y debemos recordar que Putin está aquí en la frontera norte, en Siria. Entonces, desde el punto de vista moral, deberíamos de apoyar a Putin.

Esto no se llama moralidad. Esto tiene otro nombre y es interés. La moralidad es otra cosa. La moralidad es hacer lo difícil, por eso es que se llama moralidad. Cuando no me es agradable hacer algo, algo que incluso podría ponerme en peligro, pero lo sigo haciendo porque esto es moral.

Lo que ocurrió hace 100 años es el pasado, lo que es importante es el presente. ¡Hay ahí un presidente judío! ¿De verdad creen que son antisemitas? Esto no es Jmelnitski, esto es Zelensky. En el presente hay aquí un dictador asesino que amenaza con matar a cientos de miles, expulsarlos de sus casas. ¿Qué? ¿Los judíos necesitan que alguien les explique qué es moral en una situación como esta? Entonces sí, entiendo que también hay intereses y que no se pueden ignorar, pero en lo que se pueda ayudar, que se ayude. Que no se puede enviar armamento, entonces que se envíe equipo médico, que se envíe comida. Apoyo moral. Se pueden hacer cosas así.

En 2015 publicaste un artículo en el que dijiste: no hay epidemias, no hay grandes guerras. El mejor momento para la humanidad. Y henos aquí, vino una epidemia y vino una gran guerra. Así que quizá esto fue demasiado apresurado…

No dije que no había ni guerras ni epidemias y que no podía haberlas. Dije que por primera vez en al historia tenemos la capacidad de controlarlas. No podemos evitar que aparezcan nuevos virus, obviamente que no. Pero tenemos las herramientas para detener una epidemia cuando comience, y lo vimos con el coronavirus.

Lo mismo con las guerras: no es que las leyes de la naturaleza hayan cambiado y sanseacabó, ya no es algo técnico emprender guerras. Es posible, pero por primera vez en la historia, la humanidad tiene las herramientas para detener y prevenir las guerras. La pregunta es si los políticos son lo suficientemente inteligentes como para usar estar herramientas.

Creo que la movilización global contra Putin es evidencia de que la gente entiende esto. Y si la agresión rusa a Ucrania tiene éxito, hay muchas personas en el mundo que están observando lo que están sucediendo y veremos cómo se propaga a más y más lugares. Y por ello es el interés de cada ser humano en el planeta detenerlo. Putin debe perder y debe ser visible que está perdiendo.

Fuiste criticado cuando permitiste omitir las críticas a Putin en la traducción de tu libro 21 lecciones para el siglo XXI al ruso. En retrospectiva ¿fue eso un error?

Mira, el libro ha sido publicado en todo el mundo con una crítica muy, muy dura al régimen de Putin. Y estaba claro que no se podía publicar, no nos lo permitiría publicarlo así la censura rusa. La elección era entre publicarlo con una crítica más moderada o no publicarlo en absoluto. No sé si esta fue la decisión correcta o no. Lo que era importante para mí entonces, y sigue siendo muy importante hoy en día, es poder hablar con el pueblo ruso. Lograr romper la pantalla de la propaganda de los medios gubernamentales y llegar al pueblo ruso, transmitir mensajes contra la dictadura, contra el militarismo, contra la homofobia.

Creo que es muy, muy importante no darse por vencido con el pueblo ruso, hacer todo lo posible para seguir hablando con ellos. Son nuestros aliados, no son nuestros enemigos, por supuesto que en la situación actual. Y la verdad, todos los que puedan, en Israel hay muchas personas, este es el momento para alzar el teléfono, enviar un WhatsApp, decirles la verdad sobre lo que está pasando. Se lo debemos estar del lado correcto, del lado de la paz y el lado de la democracia.

Así que la situación es bastante deprimente para quienes buscan la libertad y la democracia y los derechos humanos. Concluyamos con una evaluación optimista, quizás el próximo capítulo del libro Homo deus: Breve historia del mañana.

Una cosa optimista que puedo decir es que, puede haber una oportunidad aquí para poner fin a la guerra cultural en Occidente, de izquierda contra derecha, liberales contra conservadores, Fox News contra CNN. Y una de las cosas más optimistas que me ha pasado en los últimos días es que estaba cambiando entre CNN y Fox News y de repente muestran lo mismo. De repente se dan cuenta de que hay algo infinitamente más importante e infinitamente más terrible de lo que han temido en los últimos años y pueden unirse alrededor de ello. Y una vez que lo hacen, no hay  necesidad de tener miedo a nadie. El mundo occidental es inmensamente más fuerte que los rusos e incluso los chinos.

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