Enlace Judío méxico e Israel- Daniel Halpern, quien se encuentra en México para promover los servicios de EducomLab*, es un doctor en Comunicación que ha dedicado buena parte de su vida a investigar los fenómenos sociales que se viven y se expresan en las comunidades digitales.

En entrevista, Halpern nos explica cómo la guerra emprendida por Rusia contra Ucrania sirve de ejemplo para observar las dinámicas de ese otro campo de batalla.

Quienes no viven bajo el asedio de las bombas, viven bajo el estímulo de los videos, las fotografías y las notas, a menudo descontextualizados o abiertamente falsos, que pretenden construir una visión sobre la realidad.

Esta guerra va a configurar lo que va a ser el futuro

“Esa guerra, quizás, es mucho más relevante, porque va a configurar lo que va a ser el futuro. Y esto es muy interesante porque es verdad que para botar a un presidente se necesita un ejército. Es verdad que para lograr el objetivo yo lo puedo hacer mediante una guerra, pero para la paz se necesita educación” , dice Daniel Halpern.

La manipulación informativa que hoy en día se ve en ese campo de batalla digital ha formado parte de la construcción de narrativas desde hace mucho tiempo. El conflicto entre Israel y Palestina es un buen ejemplo.

A menudo, las imágenes “muestran una sola parte. Puede mostrar solamente a un soldado israelí disparando, pero no muestran que fue disparado o atacado, provocado, previamente. Por lo tanto, sería no un ataque, sino una defensa.

Y eso es importante entenderlo, porque (el objetivo de la educación) es que todos nosotros seamos capaces de entender que cuando estamos en un conflicto hay dos partes; desconocer la mirada (ajena) en un conflicto y solamente quedarse con la suya propia es un error.”

Hoy en día, Daniel Halpern observa la guerra informativa que se despliega en las plataformas tecnológicas para azuzar el odio cruzado entre quienes defienden las acciones de Vladimir Putin y quienes respaldan al pueblo o al gobierno ucraniano.

Dos formas de luchar una guerra

Opina que mientras Rusia está centrado en el campo de batalla real, los ucranianos han usado las redes sociales para defenderse.

Las imágenes de los bombardeos y sus secuelas llegan a todos los rincones del mundo en minutos. La narrativa de la guerra se construye día a día.

Quizá por eso, y previendo conflictos internos, Rusia anunció el veto a plataformas como Facebook, Twitter y TikTok. ¿Cómo impactará eso a la sociedad rusa?, se le pregunta al experto.

“Yo creo que es un problema cuando se coarta la libertad de expresión en las personas. Hoy día el mundo… cómo lo entendemos, cómo lo concebimos en la actualidad, se basa mucho en la información que se logra transmitir por medio de las redes sociales, y es importante entenderlo.”

Se trata de un mundo “transparente. ¿Por qué? Porque hay personas que toman su teléfono y dicen lo que pasa”. Sin embargo, esto también conduce a un problema: las difusión de noticias falsas.

Fake news

Al respecto, Daniel Halpern ve dos fenómenos. Por un lado, las personas que, con base en una agenda política o ideológica, utilizan los medios digitales para difundir información falsa. Por el otro, un tipo de usuario “muy limitado intelectualmente, que dado que es incapaz de aceptar el mundo como es, lo que hace es cambiar el mundo para como piensa él.”

Estas limitaciones impiden a muchos usuarios entender la complejidad del mundo.

“Entonces, por una parte, el mundo se acostumbró a que la información llegara de primera fuente con las redes sociales (…). Pero por otra parte, si yo no tengo educación (…) digital, voy a ver también material de personas que lo que quieren es desinformar.

La sobreexposición informativa a la que los usuarios de las redes sociales se encuentran expuestos produce lo que Halpern denomina “Intoxicación”, una intoxicación de información que “no me permite entender el mundo porque esa información, es en vez de de informarme, me desinforma.”

Educar para el mundo digital

Ante el avance aparentemente irrefrenable de las redes sociales y los canales digitales de información, surge la necesidad de prepararse, como individuos y como sociedades, para no ser presas de manipulación, desinformación o “intoxicación”.

“Se habla mucho de la búsqueda inversa”, ejemplifica Halpern. Se refiere a la búsqueda de una imagen en Google para determinar su origen y su contexto antes de incorporarla a una narrativa, de aceptarla como evidencia y de compartirla con otros usuarios.

“Entonces, lo importante es que uno tiene que tener una habilidad que es fundamental (…). Nosotros, en el plan de formación de educación digital que tenemos, se lo enseñamos a niños escolares, que es de pensamiento crítico en relación a cómo reconocer fake news.”

Si detrás de la difusión de noticias falsas existen agendas políticas, económicas y de intereses diversos, en el acto de asimilarlas sin ponerlas en tela de juicio se esconde un valor muy problemático: la ideología.

“Yo creo que cuando alguien sigue una visión ideológica es porque también tiene una incapacidad de poder ver el mundo de forma distinta. Es decir, que una ideología es que el mundo es así y cualquier cosa que no cae en mi ideología o es un error o es mentira o es falso, entonces esa es una limitación.”

Pensar que cualquier discurso de izquierda es comunista y que toda expresión libertaria es de ultraderecha, son manifestaciones de estos tamices ideológicos que, a menudo, impiden a los individuos analizar los hechos de forma objetiva, y los hace susceptibles a la manipulación mediante noticias falsas.

“Nosotros tenemos que entender que las reglas del juego, creo yo, son distintas a las de antes. Hoy día nosotros tenemos que tratar de entender la visión del otro. Tenemos que generar una sociedad inclusiva, no que excluye. Eso no significa que yo no le pueda decir a una persona que estoy en desacuerdo por cómo piensa.”

Es muy fácil amar al que es igual que tú, dice Halpern. “Pero ahí no está el desafío. El desafío es amar al que piensa distinto, al que es diferente, al que tiene ideas que no son iguales a las tuyas. Eso es educación. Hacia allá tiene que ir a la educación. Pero si eso no se logra, es un problema.”


*EducomLab es  un equipo de profesionales ligados al área de la psicología, educación, diseño y comunicaciones que investiga para mostrar el impacto positivo del uso regulado de las tecnologías en procesos de aprendizaje y en las relaciones. Para comunicar y compartir lo estudiado desarrolla material curricular que fortalece la alfabetización digital, además de charlas, talleres y campañas comunicacionales.

EducomLab trabaja integrando a toda la comunidad escolar- estudiantes, apoderados y profesores- con un mensaje simple y claro que responde a la necesidad actual de convivencia: para normar, primero se debe formar.

Su prioridad siempre será educar en balance digital y el buen trato en el mundo online.

 


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