Enlace Judío.- Los ministros principales decidieron el miércoles seguir adelante con los planes para aliviar las restricciones para los palestinos durante el Ramadán, al tiempo que ordenaron reforzar la policía y los esfuerzos antiterroristas, ya que los funcionarios de seguridad predijeron que la ola de ataques palestinos podría continuar acelerándose en los próximos días o semanas, publicó The Times of Israel.
El primer ministro Naftali Bennett convocó a su gabinete de seguridad de alto nivel por primera vez en meses el miércoles por la noche, un día después de que un palestino armado matara a cuatro civiles y un policía en Bnei Brak, el tercer ataque terrorista mortal en Israel en una semana.
Buscando evitar lo que ya es la ola de ataques más grave en años, los ministros votaron para reforzar la presencia policial en los puntos de fricción y recabar dinero para contratar a cientos de policías más, según un comunicado de la Oficina del Primer Ministro.
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El comunicado no especificó una cifra, pero según el sitio de noticias de Walla, el ministro de Seguridad Pública, Omer Barlev, predijo que se necesitaría un presupuesto de emergencia de 250 millones de NIS (78 millones de dólares).
La declaración del gabinete también dijo que se reforzarían las fuerzas de seguridad a lo largo de la Línea Verde, se impulsarían planes para reparar agujeros en la barrera de seguridad a lo largo de la frontera con Judea y Samaria (Cisjordania) y se lanzarían operaciones antiterroristas contra los partidarios del Estado Islámico. Los ataques en Beersheba y Hadera la semana pasada y el domingo fueron cometidos por simpatizantes del grupo terrorista.
Según los informes, los ministros también atendieron los llamamientos de los jefes de las diversas agencias de seguridad de Israel para no imponer un castigo colectivo a los palestinos revirtiendo los planes destinados a calmar las tensiones en torno al mes sagrado del Ramadán. Algunos ministros habían sugerido que Israel cerrara Cisjordania o tomara otras medidas para restringir el acceso de los palestinos a la Ciudad Vieja de Jerusalén.
En cambio, Israel emitirá permisos de entrada adicionales para que los fieles musulmanes mayores recen en la Mezquita Al-Aqsa en Jerusalén, ampliará el horario de dichos permisos e implementará otras medidas destinadas a facilitar la libertad de movimiento de los palestinos, según un funcionario israelí.
Durante la visita a Israel del secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, a principios de esta semana, el primer ministro Naftali Bennett anunció que el gobierno aumentaría el número de permisos para que los habitantes de Gaza trabajen en Israel en 8.000 adicionales, lo que elevaría el total a 20.000 permisos para trabajadores del territorio controlado por Hamás, que ha vivido uno de sus periodos más tranquilos en más de un año.
El martes, un funcionario familiarizado con el asunto dijo a The Times of Israel que las medidas estaban en peligro después del ataque del martes, aunque los gestos habrían estado en un riesgo aún mayor si el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, no hubiera emitido una declaración condenando el ataque. Las autoridades dijeron que Abbas emitió la declaración bajo la presión del ministro de Defensa, Benny Gantz.
Algunos informes sugirieron que Israel aún podría anular los permisos para que los palestinos ingresen a Israel para viajes de placer a la playa u otros sitios.
La policía predijo que cualquier reversión de los planes ya anunciados provocaría más disturbios, informó Kan, aunque la estación también dijo que la policía firmó una orden que prohíbe a ciertos miembros de Hamas visitar la Ciudad Vieja y otras áreas de Jerusalén durante el mes sagrado, que comienza este fin de semana.
El rey Abdullah de Jordania también advirtió que la calma solo se mantendrá mientras se mantenga la libertad de movimiento de los musulmanes en la mezquita de Al-Aqsa durante el Ramadán.
Funcionarios de seguridad dijeron en una reunión de altos mandos de defensa ese mismo día que esperan que continúen los ataques, incluso de parte de los partidarios del Estado Islámico, según informes de medios hebreos. Según Haaretz, los funcionarios predicen que la ola de violencia podría durar meses.
Después de la reunión, Gantz ordenó reforzar las fuerzas policiales con 1.000 soldados de combate de las Fuerzas de Defensa de Israel y dijo que podría “inundar las calles” con miles de reservistas si fuera necesario. Israel rara vez llama a los reservistas, excepto con fines de entrenamiento.
Los soldados de combate, que aún están en entrenamiento, se desplegarán en las fronteras de Cisjordania, así como dentro de las ciudades israelíes, según las necesidades de la policía, dijo la oficina de Gantz.
Gantz dijo que desde que cuatro personas murieron en un ataque de apuñalamiento y embestida en Be’er Sheva la semana pasada, se ha reforzado Judea y Samaria con 12 batallones adicionales y la frontera con la Franja de Gaza con otros dos.
Los dos primeros ataques de la semana pasada, en Be’er Sheva y Hadera, los cometieron árabes israelíes, mientras que el tiroteo del martes lo perpetró un palestino que estaba ilegalmente en Israel.
Docenas de lugareños protestaron en la escena del ataque en Bnei Brak cantando “Muerte a los árabes” y “Venganza”, mientras que los árabes se manifestaron en la Puerta de Damasco en Jerusalén y celebraron el ataque en Gaza y Judea y Samaria.
En mayo pasado, las tensiones en torno al Ramadán y un conflicto de 11 días con la Franja de Gaza se convirtieron en los peores disturbios en décadas entre las comunidades judía y árabe. Los líderes árabes israelíes han condenado los recientes ataques terroristas.
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