Enlace Judío – El pasado 5 de abril el secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, espetó a un congresista republicano que criticaba su gestión si había considerado que Rusia no ha logrado someter a Ucrania por lo que Estados Unidos y sus aliados habían hecho para apoyarla.

No hay duda de que la ayuda occidental ha sido hasta ahora un elemento esencial para frustrar los planes bélicos de Rusia. El admirable valor de los ucranianos, por sí solo, no habría sido suficiente. Las armas suministradas en las primeras semanas por una treintena de países han sido fundamentales. Pero también lo han sido factores intangibles como el flujo de información de inteligencia hacia Kiev, la ayuda en ciberdefensa, así como los años de formación occidentales que prepararon mejor a las fuerzas ucranianas para la guerra.

Los países occidentales están en proceso de reflexión sobre cómo adaptar esa ayuda al nuevo escenario que se perfila en Ucrania en donde se presentan imágenes de impotencia frente a la brutalidad y atrocidades que cometen las tropas rusas, sobre todo contra civiles indefensos incluyendo mujeres, niños y ancianos.

En este entorno la guerra está cambiando de nivel. Evoluciona hacia un modelo más clásico de tropa contra tropa. El armamento enviado ha sido muy útil pero hace falta más.

William Alberque, director de estrategia, tecnología y control de armas en el Instituto Internacional de Estudios Estratégicos (IISS) de Londres, dice que se ha entregado a Ucrania misiles antitanque modelos Javelin o NLaw y antiaéreos Stinger, “pero ahora avanzamos hacia una nueva fase en la que probablemente será necesario una mezcla de acción de tipo guerrilla con otra de mayor envergadura y coordinación, para la que se precisa artillería de mayor alcance y tanques”.

El cambio ya se está materializando. En los últimos días, se han conocido importantes novedades que apuntan a un salto cualitativo. Eslovaquia ha dicho haber donado a Kiev una batería de S-300, un sistema de defensa antiaéreo de largo alcance, y Estados Unidos desplegará en su territorio un sistema de misiles Patriot.

Asimismo, fuentes de Defensa de la República Checa han confirmado la entrega a Ucrania de tanques T-72. Se trata del armamento de mayor potencia con respecto a lo suministrado hasta ahora –por lo general misiles antitanque y antiaéreos portátiles–. En ambos casos, son aparatos de origen soviético que las fuerzas de Ucrania saben cómo manejar.    

“La entrega checa es solo la punta del iceberg”, señala Alberque que anteriormente trabajó en la OTAN; asimismo que existe en marcha un proceso rápido para evaluar que más se les puede entregar, especialmente el armamento reciente más compatible.

Por otra parte, la firma de Polonia de un contrato por valor de 4 750 millones de dólares para el suministro de 250 tanques estadounidenses Abrams, los primeros de los cuales está previsto que lleguen ya este año, consolidada la idea de que Varsovia, que también dispone de T-72, será el siguiente en suministrar estos vehículos de combate a Ucrania. Según el Balance Militar 2020 de IISS, cuenta con 318 unidades de este modelo en distintas variantes.

Pero el movimiento es mucho más amplio. Estados Unidos ha informado de que ya están rumbo a Ucrania un centenar de drones armados Switchblades, cuyo uso está formando a militares ucranianos. Washington también ha anunciado el envío de sistemas de guía láser para misiles, en el marco del enésimo incremento de la ayuda militar.

La administración Biden está ofreciendo respaldo militar a Ucrania por valor de 1 700 millones de dólares, desde el inicio de la guerra, a los que hay que sumar otros más de 5 000 desde 2014.

Reino Unido ha empezado a suministrar misiles antitanque Starstrea K, de mayor alcance que los Stinger que Ucrania ya recibe de varios donantes y anunciado nuevas ayudas por valor de 100 millones de libras.

La Unión Europea también incrementa su apoyo a Kiev, elevando hasta 1 500 millones de euros su fondo para armar a Ucrania. Alemania ha aprobado la entrega de 58 vehículos de combate de infantería Modelo Pbv-501, procedentes de la antigua República Democrática y actualmente en manos de la República Checa.

Destacados expertos consideran que de alguna manera las amenazas nucleares de Putin han condicionado cierta inhibición occidental a la hora de entregar armas potentes a Ucrania.

Ucrania también cuenta con apoyo occidental en ciberdefensa, incluso por parte de empresas privadas como Microsoft, que lo ha anunciado públicamente.

Es de destacar que la invasión rusa ha perdido impulso. Un cúmulo de reveses obliga a el Kremlin a reorganizar sus fuerzas en una contienda que cuestiona su poderío militar, además mercenarios de Siria, osetios y centroasiáticos cuyo protagonismo crece a medida que aumenta el número de bajas rusas.

 


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