Enlace Judío – Científicos de la Universidad de Tel Aviv identificaron un mecanismo genético que se cree que causa autismo, esquizofrenia y otras afecciones, informó The Times of Israel.

Descubrieron que un fármaco experimental podría ser utilizado para tratar una serie de síndromes raros causados por mutaciones de dos genes, que deterioran las funciones cerebrales.

Los nuevos hallazgos podrían conducir al desarrollo de tratamientos eficaces para algunos casos de autismo, esquizofrenia y enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, según los investigadores.

“Algunos casos de autismo son causados por mutaciones en varios genes”, explica la profesora Illana Gozes, del Departamento de Genética Molecular Humana y Bioquímica de la Facultad de Medicina y la Escuela de Neurociencia de la Universidad de Tel Aviv. “Hoy en día conocemos más de 100 síndromes genéticos asociados con el autismo, 10 de los cuales se consideran relativamente comunes (aunque siguen siendo extremadamente raros)”.

El estudio se centró en el síndrome de la proteína neuroprotectora dependiente de la actividad (ADNP), causado por mutaciones en el gen ADNP que alteran la función de la proteína ADNP. Esto provoca defectos estructurales en las neuronas del cerebro. El trastorno puede afectar al tono muscular, la alimentación, el crecimiento, la audición, la visión, el sueño, la motricidad fina y gruesa, así como al sistema inmunitario, el corazón, el sistema endocrino y el tracto gastrointestinal. El síndrome ADNP provoca trastornos del comportamiento como el trastorno del espectro autista.

Los investigadores identificaron un mecanismo específico que causa este daño en las mutaciones del ADNP y en el gen SHANK3, que se asocia con el autismo y la esquizofrenia. Estimaron que ambas mutaciones son responsables de miles de casos de autismo en todo el mundo.

Para empezar, obtuvieron células de pacientes con el síndrome ADNP. Descubrieron que cuando la proteína ADNP es defectuosa, se forman neuronas con esqueletos defectuosos, lo que perjudica las funciones cerebrales. Sin embargo, también descubrieron que las mutaciones del ADNP adoptan diferentes formas, algunas de las cuales causan menos daños.

Gozes explicó que en algunas mutaciones, una sección añadida a la proteína la protege y reduce el daño al conectarse a un sitio de control del sistema esquelético de la neurona.

“Sabemos que este mismo sitio de control se encuentra en SHANK3, una proteína muy estudiada, con mutaciones que se asocian al autismo y la esquizofrenia”, dijo. “Llegamos a la conclusión de que la capacidad de unirse a SHANK3 y a otras proteínas similares proporciona cierta protección contra los efectos perjudiciales de la mutación”.

En la siguiente fase del estudio, los científicos encontraron otros sitios en la proteína ADNP que pueden unirse a SHANK3 y a otras proteínas similares. Uno de estos sitios se encuentra en el NAP, una sección del ADNP mediante el cual Gozes y su equipo desarrollaron un fármaco experimental, conocido como davunetide.

Los investigadores demostraron entonces que el tratamiento prolongado con davunetida mejora el comportamiento de animales de laboratorio con autismo causado por SHANK3.

Los resultados del estudio fueron publicados en la revista Molecular Psychiatry a principios de este mes.

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