Enlace Judío – Este domingo se celebra el Día del Padre, como forma de festejo recordamos la historia de nuestros patriarcas y algunas de las enseñanzas que cada uno de ellos nos da sobre la paternidad.
Abraham. El amor y la disciplina
En realidad en Abraham estas dos cualidades se presentan armoniosamente en su amor al mundo que se expresa en el compromiso con D-os. Amar a D-os es amar al mundo, consagrar la vida a D-os, implica también ser bondadoso con el prójimo. Subir a Isaac al Monte Moriá, es un regalo que hace a su hijo, le enseña que no hay mayor alegría en este mundo que poder fomentar una espiritualidad sólida. Y para lograrlo se necesita mucha disciplina, mucha fortaleza, pero también la habilidad de gozar el mundo; de percibir y sentir la alegría de la Presencia Divina y decidir participar en el mundo. La bondad requiere de amor y disciplina y esa es la característica que primordialmente distingue al patriarca. Le enseña a su hijo a amar al mundo y a participar de él, a la vez que le da las herramientas para disciplinarse y generar un compromiso sincero con D-os.
Isaac. Ver a tus hijos y amarlos incondicionalmente
Mucho se ha dicho de la ceguera de Isaac y su rol como padre; y hay comentarios opuestos con respecto a ello. El mayor conflicto con la imagen de Isaac surge en el contraste que existe entre Esaú e Isaac, porque uno fue un hombre recto y el otro incluso llegó a matar. Algunos comentaristas describen la ceguera de Isaac como que era incapaz de ver a su hijo Esau y que su propia indulgencia fue lo que corrompió a su hijo. Sin embargo, rab Sacks señala la importancia de amar incondicionalmente a nuestros hijos; lo que rescata a Esau como persona precisamente fue el amor que le tuvo a su padre, pudo ni siquiera haber tenido eso.
Además hay argumentos para decir que Isaac veía a sus hijos tal cual eran con sus mejores cualidades y defectos y los amaba de esa forma. Cuando le da la bendición a Jacobo, le dice que tiene las manos de Esaú y la voz de Jacobo. Es decir las manos de un cazador y la voz de un tzadik, está reconociendo las dos cualidades más preciadas de sus hijos, eso implica que es capaz de verlos.