Enlace Judío – El costo para la economía de Israel de las próximas elecciones generales previstas, la quinta votación de este tipo en menos de cuatro años, ascenderá a más de 800 millones de dólares, según una estimación del Instituto de Democracia de Israel.

El IDI calculó el costo de las elecciones, que se esperan para fin de año, entre 733 millones y 837 millones, reportó el Canal 12 israelí, de acuerdo con The Times of Israel.

La Knéset celebró este miércoles la primera de una serie de votaciones para disolverse, a pedido del gobierno, después de que el primer ministro Naftali Bennett anunciara a principios de esta semana que su diversa coalición de 8 partidos afectada por la crisis ya no podría funcionar.

Solo el día de las elecciones, que es un día libre pagado para permitir que los ciudadanos voten, costará más de 400 millones, según cifras del grupo de expertos Macro Center for Political Economics, citado por el Canal 12.

Muchos israelíes votan temprano, tarde o no votan y usan el día para recreación o para pasar tiempo con sus familias.

Las pequeñas y medianas empresas asumirán del 43 al 53% de esos costos, o alrededor de 200 millones, dijo el CEO de Macro, Roby Nathanson.

La Asociación de Fabricantes de Israel ha estimado que el costo para la economía de las elecciones previstas será de 550 millones para las empresas y de 260 millones para las arcas públicas. En total, el costo de los seis días de elecciones desde 2015, incluida la próxima votación, habrá sido de un total de 4 mil 800 millones, según el Canal 12.

El presidente de la Asociación de Fabricantes, Ron Tomer, dijo que el día libre de las elecciones para los trabajadores debería cancelarse, ya que “en los últimos años, debido a la inestabilidad política, se ha convertido en una carga financiera enorme e injusta sobre los hombros de los empleadores”.

El abogado Roi Cohen, presidente de LAHAV, la Cámara de Organizaciones y Empresas Independientes de Israel, emitió un llamado similar para cancelar el día libre.

Las empresas y los empleadores independientes “están pagando los costos electorales de sus propios bolsillos”, dijo en un comunicado.

Más allá de la pérdida de productividad, está la financiación de las elecciones en sí, incluido el presupuesto del Comité Electoral Central, que a su vez proporciona financiación para los partidos que hacen campaña por puestos en la Knéset.

Nathanson dijo que, históricamente, el presupuesto del Comité Electoral Central ha crecido entre un 10% y un 20% con cada elección. Esta vez, estimó, alcanzará los 288.7 millones.

Además del costo de dotar de personal al comité, instalar los colegios electorales e imprimir millones de papeletas de votación en papel, cada partido recibe financiamiento estatal para sus actividades electorales.

La cantidad a la que tiene derecho cada partido se calcula en función del promedio del número de escaños que ya tiene y el número que gana en la elección. Los partidos toman prestado del Estado para financiar sus campañas de acuerdo con la cantidad de fondos que esperan recibir eventualmente. Los nuevos partidos hacen sus estimaciones de acuerdo con las encuestas preelectorales.

Nathanson estimó que la financiación del partido en las elecciones previstas será de entre 62 y 68 millones. Otro costo es el de aquellos partidos que celebran primarias. Una ley de 2018 prohíbe a los diputados actuales recaudar fondos para las primarias y, en cambio, el Estado les proporciona un presupuesto, aunque es posible que eventualmente no sean elegidos para representar a su partido. Eso podría sumar otros 3 millones, estimó Nathan.

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