Enlace Judío – Científicos del Centro Médico Rambam y del Instituto Tecnológico Technion en Haifa, en colaboración con investigadores de Alemania y Reino Unido, descubrieron un mecanismo para rejuvenecer los órganos humanos, informó The Jerusalem Post.

El estudio dirigido por los doctores Aviad Keren, Yaniv Keren, Yehuda Ullman y Amos Gilhar, de Haifa, la doctora Marta Bertolini, del Laboratorio Monasterium de Alemania, y el doctor Ralf Paus, de la Universidad de Manchester, se publicó en la revista Science Advances con el título “Rejuvenecimiento de órganos humanos mediante VEGF-A: lecciones de la piel”.

Utilizando un injerto de piel vieja en ratones jóvenes, los investigadores demostraron que es posible rejuvenecer la piel y otros órganos mediante un cambio en la estructura molecular a través de todas las capas cutáneas.

El trasplante de piel humana envejecida en ratones jóvenes con síndrome de inmunodeficiencia combinada grave (SIDC), que afecta genéticamente a los linfocitos B y T, contribuye al rejuvenecimiento de células, tejidos u órganos vivos de una especie a otra, señalaron los científicos. Esto va acompañado de angiogénesis (crecimiento de nuevos vasos sanguíneos), repigmentación de la epidermis (capa externa de la piel) y mejoras significativas en biomarcadores vitales relacionados con el envejecimiento.

Si se acepta la opinión de que el envejecimiento es “una enfermedad en última instancia mortal cuyo progreso puede controlarse y revertirse y se considera como un objetivo farmacológico y reprogramable, la disección de los factores clave del envejecimiento de los órganos humanos y el desarrollo de estrategias moleculares eficaces para prevenirlo o incluso revertirlo constituye sin duda una de las misiones más fundamentales de la investigación biomédica”, explicaron.

Para lograrlo, se requieren modelos de investigación sobre el envejecimiento en los que no solo se puedan identificar los factores clave del envejecimiento de los órganos humanos, sino también estrategias para prevenirlo y rejuvenecer a los seres humanos mediante fármacos que eliminen las células viejas, que puedan probarse en animales de laboratorio antes de utilizarlas en pacientes, continuaron.

El equipo injertó previamente piel humana envejecida en ratones jóvenes con SCID, pero no sabía si el rejuvenecimiento de la piel se extendía por debajo de la epidermis. Para determinarlo, utilizaron el factor de crecimiento endotelial vascular A (VEGF-A) a fin de promover el rejuvenecimiento del órgano humano en animales de laboratorio.

El envejecimiento se revirtió al trasplantar piel humana vieja en ratones, confirmando así que todas las capas cutáneas podían rejuvenecer, aunado al crecimiento de nuevos vasos sanguíneos en la piel.

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