Enlace Judío – “El derecho al cuerpo de la mujer pertenece solo a la mujer. La decisión de la Corte Suprema de Estados Unidos de negar a las mujeres el control sobre sus cuerpos es un paso hacia atrás que las oprime, retrasando cien años al líder del mundo libre y liberal. Estamos en un lugar diferente [en Israel], hoy estamos dando grandes pasos en la dirección correcta”, dijo Nitzan Horowitz, el Ministro de Salud de Israel, tras anunciar la reforma más importante en materia del aborto en el país desde 1977. 

Los ajustes a la ley, que entrará en vigor dentro de tres meses, fueron aprobados el lunes tras un año de trabajo preparatorio y otorgarán a las personas embarazadas en Israel acceso a pastillas abortivas a través del sistema de salud.

Además, eliminarán el requisito de que las mujeres comparezcan físicamente durante las primeras 12 semanas ante un comité especial antes de que se les permita interrumpir su embarazo.

Desde 1977 hasta la fecha, los abortos han sido prácticamente legales en Israel pero teóricamente ilegales. Las personas encintas tenían que presentarse ante un comité que les otorgaba permiso para interrumpir su embarazo. Aunque más del 96% de las solicitudes fueran aprobadas, mujeres que pasaron frente al panel testifican que el proceso es humillante y las preguntas invasivas. 

Para cumplir con las condiciones en las que el aborto es técnicamente legal en Israel — si la madre tiene menos de 18 o más de 40 años, si el feto tiene una condición médica grave, si el embarazo dañaría física o mentalmente a la madre, o si el embarazo fue concebido fuera del matrimonio o mediante violación o incesto — más de la mitad de las mujeres tiene que mentir frente al comité, con potenciales consecuencias a futuro.

Por ejemplo, la excusa ante las autoridades más utilizada para obtener el permiso de aborto es la de una supuesta infidelidad marital, que queda en el registro público y puede causar problemas en cortes de divorcio o custodia.

A pesar de que el permiso se haya vuelto sólo un trámite, su existencia manda un mensaje por sí mismo: las personas embarazadas no tienen autonomía sobre su propio cuerpo.

A las mujeres no se les confía con las elecciones en su vida sexual o reproductiva. Cuando frente al panel se les pregunta por qué no usaron anticonceptivos, cada cuánto menstrúa o con cuántas personas han tenido relaciones, cuestiones que no tienen que ver con el procedimiento del aborto, efectivamente se pone en tela de juicio la vida sexual de las mujeres.

Para evitar la humillación de pasar frente al comité, se estima que 15,000 mujeres al año realizan abortos de manera ilegal, sin pasar por el comité. El número es similar a las que recurren a la vía legal.

Si bien no se suele perseguir a doctores que realizan abortos de manera ilegal, el costo elevado de 1000 ₪ (alrededor de $5800 MXN) por el procedimiento convierte la privacidad del aborto en un privilegio de clase.

Debido a que la ley judía y la ley islámica no tienen posturas definitorias contra el aborto, el descriminalizarlo por completo no representa una postura polarizante en la sociedad.

El cambio en las regulaciones del aborto aprobadas esta semana es, como lo dijo Horowitz, un gran paso en la dirección correcta y sienta un importante precedente para un posible futuro en el que se elimine por completo el comité regulatorio. 


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