Enlace Judío México e Israel – En una espectacular sede, y con una exposición fotográfica, dio inicio la serie de actividades para celebrar el 70 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México e Israel.

Anoche comenzó, en la Ciudad de México una ronda de actividades de celebración; el festejo de una amistad que, hoy, cumple 70 años, a lo largo de los cuales los amigos han vivido momentos de entrañable solidaridad pero también de francos desacuerdos.

Fue una muestra fotográfica el pretexto para iniciar las fiestas. En ella podían verse, congeladas en el tiempo, escenas que daban cuenta de un afán de intercambio que ha cruzado los espectros políticos y diplomáticos, sí, pero también la cultura, el arte, el comercio y la educación.

Los asistentes ignoraban que afuera, sobre uno de las amplias caras del Pepsi Center, estaba por aparecer, en una pantalla, una imagen de las banderas de México e Israel fusionadas en una sola.

Entre ellos se encontraban políticos, diplomáticos, empresarios, militares y representantes de medios de comunicación, convocados por una institución que organizó e hizo suyo el festejo: la Embajada de Israel en México, cuyo jefe tomó el micrófono para iniciar los discursos protocolarios que inauguraban la exposición y, con ella, los festejos por el 70 aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países.

Zvi Tal hizo lo propio: comenzó saludando a los otros miembros del podio, a sus colegas y a los políticos y militares invitados, pero especialmente dirigió “una palabra de aprecio al embajador de Marruecos, Abdel Fatah Lebbar y también al embajador Ahmed Almenhali (de los Emiratos Árabes Unidos, cuya presencia aquí es), la prueba de que la paz en el Medio Oriente está viva. ¡Gracias por estar por nosotros!”

Con voz serena y afable, en un español cada vez más fluido, Tal hizo gala de esos dotes narrativos que le han servido para que las puertas de México y su comunidad judía se le abran sin reservas.

“Según una cita muy conocida, la Torá, la Biblia tiene 70 caras. Es decir, que hay al menos 70 maneras de explicar su contenido. Bueno, cuando se trata de la relación entre Israel y México, es tan rica y tan diversificada como el significado del número 70 en nuestra tradición.

Sobre la exposición fotográfica, el diplomático dijo que daba cuenta de la “amplia variedad de estas relaciones”, y puso algunos ejemplos:

“Visitas y reuniones políticas de alto nivel, eventos e intercambios culturales y folclóricos, colaboraciones científicas, presentaciones deportivas, la participación de artistas y escritores israelíes en prestigiosas ferias y festivales en México, a prestigiosa cátedra ‘Rosario Castellanos’ de la Universidad Hebrea de Jerusalén, testimonios de colaboraciones en las áreas de agricultura y arqueología (…), la firma de nuestro tratado de libre comercio, hermanamiento entre ciudades y regiones, misiones humanitarias y actividades en tiempos difíciles.”

En una de las fotos puede apreciarse la sonrisa de un soldado israelí que conversa con una mujer. De fondo, las ruinas de un edificio colapsado como consecuencia del terremoto de septiembre de 2017. Al tema recurriría Gilad Erdan, representante permanente de Israel ante la ONU, de una forma menos sutil que Tal.

“Estas relaciones van más allá de lo reflejado en la exposición”, siguió el embajador de Israel en México. “Al respecto me gustaría recordar un capítulo importante en nuestra relación bilateral. Me refiero al suministro continuo por parte de México de petróleo crudo a Israel, incluso durante los tiempos del boicot árabe en los años 70. Israel nunca lo olvidará.”

Dijo esto último con una sobria sinceridad y, al hacerlo, buscó la mirada de la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Carmen Moreno Toscano, que aguardaba su turno al habla, el último de la noche.

Ya puesta su mirada en sus compañeros de podio, Tal agradeció el trabajo de Gilad Erdan como representante de Israel en la que es “una de las más, si no la más desafiante institución internacional” para ese país.

Diferencias de opinión

Hay temas que no se mencionan en una fiesta. Momentos difíciles que, de ser pronunciados, causarían una incomodidad indeseable cuando los presentes se han congregado para disfrutar, para abrazarse y para celebrar, en este caso, una larga y fructífera amistad.

Pero nadie entre los congregados ignora a qué se refiere Tal cuando habla de la ONU como una institución desafiante para Israel. Tampoco se les escapa el sentido de esa parte de su discurso que dirige a la representante de la diplomacia mexicana, que ha venido esta noche en vez de Marcelo Ebrard, canciller mexicano que permanece aislado por el covid.

“Señora subsecretaria, esta relación se ha madurado y enriquecido a lo largo de los años. Sin embargo, y no es ningún secreto, todavía tenemos algunas diferencias de opinión, lo cual es completamente natural entre amigos, y manejable, siempre y cuando exista un diálogo productivo en marcha.”

Las diferencias de opinión a las que parece aludir el embajador Tal se han reflejado en la sede de Naciones Unidas cada vez que México ha votado a favor de resoluciones que afectan los intereses de Israel, su amigo.

“Creo firmemente que con el apoyo de nuestros dos ministerios de relaciones exteriores podremos elevar nuestra relación al siguiente nivel y hacerla prosperar durante los próximos 70 años.”

“Llevar la relación al siguiente nivel” parece el slogan de la noche. No será Tal el único en decir aquella frase ni el que mejor explique lo que significa. Eso corresponderá a su homólogo ante la ONU, que unos minutos más tarde tomará la palabra.

La comunidad judía de México

No podía terminar su discurso Zvi Tal sin agradecer a la comunidad judía de México. “Lo he dicho muchas veces y con gusto lo repetiré esta noche: es una comunidad muy especial, única, y no tengo duda alguna que, sin su apoyo constante, los logros que hemos enumerado no habrían visto la luz del día.”

Reconoció también la labor del “Instituto Cultural México-Israel, de la Cámara de Comercio México-Israel, de las numerosas asociaciones de amigos mexicanos, de las universidades e instituciones israelíes, la más reciente establecida, ILAN (Israel Latin America Network), a los demás representantes del grupo de trabajo de los 70 años, de diversas comunidades judías, Carla Guerrero del Ministerio Israelí de Turismo, KKL, Keren Hayesod, Agencia Judía…”

El diplomático elogió la participación de “tantos voluntarios y filántropos” y tuvo tiempo también de dedicar  otra “palabra de reconocimiento para nuestros aliados de las comunidades cristianas. A menudo me encuentro espiritualmente elevado en su presencia y me siento humilde por su amor a Dios y a Israel.”

Tal dijo que “como diplomático de profesión no puedo dejar de reconocer la importante contribución de mis antecesores y sus equipos, así como de los diplomáticos mexicanos en Israel, (que) han trabajado y fomentado estas relaciones.”

Su discurso concluyó con un grito que los asistentes replicaron: “¡Viva México! ¡Viva Israel! ¡Viva la amistad entre Israel y México!”

Ha llegado el tiempo

El evento cobra importancia debido a la presencia de una figura de gran relevancia para la política y la diplomacia israelí: Gilad Erdan.

“Queridos amigos, solo he estado en México un par de días, pero la calidez que he sentido, especialmente por parte de la asombrosa comunidad judía, he ha hecho sentir realmente en casa.”

Así inició el representante de Israel ante la ONU su discurso, muy distinto en forma y fondo al de su compatriota y colega embajador, Zvi Tal.

Tal como los israelíes, los mexicanos son patrióticos y tienen un inquebrantable orgullo nacional. Y justo como los israelíes, los mexicanos tienen un rico amor por la vida. Ya sea a través de la música, como vamos a escuchar esta noche, o la cocina deliciosa. Tenemos mucho en común.”

Las palabras de Erdan, pronunciadas en inglés, retumban en toda la sala. El volumen de su voz es alto y su tono, enérgico. Parece más un político que un diplomático y, si nos basamos en el tiempo que ha dedicado a uno y otro aspectos de su vida profesional, tendríamos razones para pensar que lo es.

Cercano a Benjamín Netanyahu, Erdan ocupó un asiento en la Knesset y encabezó diversos ministerios en el gobierno del polémico expresidente. De hecho, su nombre ha salido a relucir como una opción para, en algún momento, encabezar el gobierno de Israel, cuya última coalición se desmorona.

La efusividad de Erdan no le impide bromear ni aligerar su discurso:

“Su país tiene un lugar especial en el corazón de Israel por otra razón: México es el amuleto del futbol israelí. La única vez —no somos buenos en todo— que la Selección Nacional de Israel logró competir en una Copa del Mundo fue cuando México fue anfitrión, en 1970. Cruzamos los dedos para 2026.”

Pero “hablando en serio: la relación entre Israel y México es mucho más profunda que el futbol. Como embajador de Israel ante Naciones Unidas puedo decirles que la relación de Israel y México en la ONU siempre ha sido importante. Sin embargo, en estos días esa importancia tiene un significado completamente nuevo”.

“Hoy, México es un miembro del Consejo de Seguridad, representado, desde luego, por nuestro querido amigo, el embajador Juan Ramón de la Fuente; miembro del Consejo de Derechos Humanos; del Consejo Económico y Social, de la Agencia de Energía Nuclear y muchos más organismos cruciales.”

Lo mismo había dicho Erdan el día anterior, en una reunión privada con algunos medios de comunicación, entre los que se encontraba Enlace Judío, y de la que dimos cuenta en esta nota. Pero también había hablado fuerte sobre la “frustración” que representa para Israel que México haya votado en la ONU como lo ha hecho en los últimos años.

“Israel enfrenta numerosos retos, y en estos tiempos, la cooperación estrecha de nuestros países en la ONU no podría ser más vital. Sin embargo, la importancia de nuestros lazos estrechos se extiende mucho más allá de los muros de la ONU”, siguió Erdan anoche y, más político que diplomático, dijo:

“Como todos ustedes saben, los amigos verdaderos se cuidan las espaldas, especialmente en tiempos de necesidad. Y la amistad entre nuestros países lo ha probado. Después de los dos terremotos devastadores en México, Israel se movilizó en horas, enviando aviones con soldados y doctores para buscar entre los escombros y tratar a los heridos, todo con el fin de salvar vidas. Así es como luce la verdadera amistad.”

La frustración de Israel ante la falta de solidaridad de México en escenarios internacionales, sin embargo, no ha impedido que aquel país organice encuentros, promueva vínculos e intercambie recursos con México desde 1952.

“Amigos, estamos aquí para celebrar 70 años de amistad. Pero esta es solo la punta del iceberg. El potencial de colaboración es infinito, y déjenme decirles por qué: Israel podrá ser un país pequeño, más o menos del tamaño del Estado de México, con una población como la de la Ciudad de México, pero cuando se trata de innovación y creatividad, nosotros pegamos muy por encima de nuestro peso.”

Ese punch israelí del que habla Erdán se refleja en “energías renovables, tecnologías agropecuarias, manejo del agua y muchas, muchas más. Israel es un centro de pensamiento innovador y soluciones tecnológicas. Pero los grandes sueños no se pueden lograr solos. México es una de las economías más poderosas del mundo, rico en recursos naturales y un mar de jóvenes y brillantes innovadores. Cuando trabajamos juntos, no existe un límite para lo que podemos lograr.”

Como ejemplo, “podemos cambiar por completo el rostro de la agricultura mexicana, incrementando tanto los empleos como la producción; podemos llevar nuestras capacidades cibernéticas al siguiente nivel; podemos encontrar soluciones innovadores para mejorar la seguridad pública y luchar contra la violencia y el crimen. De hecho, como exministro de Seguridad Pública, sé precisamente qué tan importante es la tecnología en esta importante batalla.”

Para Erdan, “el cielo es el límite y solo hemos arañado la superficie. Queridos amigos, espero que los últimos 70 años de nuestras relaciones sean solo una probadita de la grandeza por venir. Tanto México como Israel son motores del bien, pero cuando colaboramos podemos mover montañas. Ha llegado el tiempo de expandir, profundizar y fortalecer la relación entre nuestros países. Ha llegado el tiempo de llevar nuestras relaciones al siguiente nivel y asegurar un gran futuro para todos.”

El entusiasta discurso del diplomático y político israelí fue correspondido con un aplauso incluso más ruidoso que el otorgado, minutos antes, al también celebrado Zvi Tal.

Luego, el presidente del Comité Central de la Comunidad Judía de México, Marcos Shabot, tomaría el micrófono para decir que México e Israel son “naciones modernas con historias milenarias que comparten valores fundamentales como lo es la centralidad de la familia, la solidaridad y la resiliencia.”

En representación de una comunidad varias veces aludida en el transcurso de la noche, Shabot dijo que “como mexicanos y como judíos hemos integrado a nuestras vidas las costumbres , valores y tradiciones de ambas culturas, lo que nos enriquece y nos enorgullece.”

Reconoció que “México e Israel mantienen una relación basada en un diálogo político fluido, cordial y respetuoso. De hecho, desde el primero de julio de 1952, fecha en que estas naciones establecieron contactos diplomáticos, han consolidado su relación bilateral y han construido una estructura sólida de entendimiento, impulsada por visitas de alto nivel” e innumerables intercambios culturales y de otros tipos.

San Lázaro, que es la Casa del Pueblo, será iluminada con los colores de Israel

Por su parte, la diputada priista Laura Barrera, presidente del Grupo de Amistad México-Israel de la Cámara de Diputados, dijo tener “la certeza de que contamos con un enorme potencial y voluntad para fortalecer una alianza muy exitosa para nuestros pueblos. Sobre todo, enfrentando la peor crisis económica y de salud que como humanidad hemos enfrentado y hemos vivido en este presente siglo.”

No tuvo que mencionar por su nombre a la pandemia que, todavía hoy, ayer, en esta celebración, mantenía la identidad de buena parte de la concurrencia oculta tras las mascarillas y los cubrebocas.

Y, como si hablara de los aprendizajes derivados de dicha emergencia sanitaria, Barrera dijo que “estamos obligados a vivir con más empatía, con mayor sensibilidad, con mucho más amor.”

La diputada piensa acaso en un mundo “donde el ser humano y las buenas causas estén en el centro. La humanidad y su evolución deben estar del lado correcto, en su presente y en su futuro. En donde la cultura de paz se conciba como un gran ideal que significa la construcción de seres humanos ligados al respeto a la vida y a sus diferencias.”

Si bien las actividades que servirán para celebrar los 70 años de relaciones entre México e Israel se mantienen más o menos en secreto, la diputada Barrera aprovechó para anunciar que el Palacio Legislativo de “San Lázaro, que es la Casa del Pueblo, será iluminada el día de mañana (hoy) con los colores de Israel, que deben de inspirar, emocionar y honrar el respeto y amistad entre nuestros países.”

En lo que bien podría haberse leído como un guiño a Erdan, la diputada parafraseo a Netanyahu al decir que “en el Medio Oriente y en América, Israel brilla como todo un ejemplo de libertad y de progreso.”

La enviada del canciller: El presidente López Obrador ya ha invitado al presidente Isaac Herzog a visitar México

Carmen Moreno Toscano fue la última oradora de la noche, antes de que todos los panelistas cortaran un listón como gesto ritual para declarar inaugurada la muestra fotográfica, y de que el grupo israelí Atraf tomara el escenario del Pepsi Center para concluir los protocolos e iniciar la fiesta.

“La firma del tratado de libre comercio fue un hito en las relaciones (entre México e Israel),”, recordó Moreno. “Costó bastante trabajo, hubo necesidad de hacer un gran esfuerzo de colaboración y entendimiento para lograr los párrafos del acuerdo y, finalmente, se logró, y creo que eso cambió mucho la relación de comercio, convirtiendo a Israel en un socio importante.”

La embajadora Moreno Toscano habló en representación del gran ausente de la noche, el secretario de Relaciones Exteriores de México, Marcelo Ebrard.

“El trabajo conjunto de nuestras embajadas en Israel y en México permitirá disfrutar de un magnífico programa de actividades en ambos países. El próximo 6 de julio, en Israel, se inaugurará una exposición similar a la que hoy hemos visto aquí.”

Como antes habían hecho Tal y Barrera, Moreno Toscano reconoció el papel “fundamental” de la comunidad judía de México. “Le agradecemos, señor Shabot, que esté aquí, pero sobre todo les agradecemos el trabajo que hacen para consolidar nuestras relaciones.”

Dijo que “nuestro diálogo político se caracteriza por ser fluido y constante. El presidente López Obrador ya ha invitado al presidente Isaac Herzog a visitar México y esperamos que pueda venir pronto.”

Coincidió con los diplomáticos israelíes en el sentido de que “tenemos el objetivo compartido de alcanzar un desarrollo inclusivo en áreas que ya han mencionado, como agricultura, gestión de recursos hídricos, telecomunicaciones, ciberseguridad, innovación, apoyo a incubadoras de negocios, entre otros.”

La subsecretaria hizo una mención especial a “la Cátedra ‘Rosario Castellanos’, establecida en 1997 en la Universidad Hebrea de Jerusalén, por el gobierno mexicano y por la Asociación Mexicana de Amigos de la Universidad Hebrea de Jerusalén”, de la que dijo “ha sido un mecanismo de diálogo continuo entre nuestras sociedades.”

Sobre la poeta, Moreno Toscano recordó que fue embajadora de México en Israel y que murió en Tel Aviv. “Quiero recordarla como una gran luchadora por los derechos de las mujeres.”

Moreno Toscano pudo haber esquivado las insinuaciones de sus colegas diplomáticos israelíes, que varias veces han clamado por una actitud más consecuente con la amistad entre ambos países por parte de México. Sin embargo, no lo hizo.

“Tenemos, como acaban de señalar los embajadores, a veces algunas diferencias pero entre amigos siempre se resuelven”, afirmó, solo para concluir que “el potencial de nuestro futuro es muy grande, y espero que sigamos avanzando y haciendo cada vez más grande la relación entre nuestros países.”

Tras finalizar los discursos, el público y los miembros de podio interpretaron juntos los himnos nacionales de Israel y México, países que, así, comenzaron a celebrar 70 años de amistad, con todo y sus “diferencias de opinión.”

Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío