Enlace Judío – El ayuno de tamuz se realizará este domingo, pues cae en Shabat por lo cual se recorre un día. A continuación hablaremos de los elementos que lo conforman.

Los ayunos nacionales; la relación de la Torá con el tiempo y la historia

Muchas personas encuentran la historia como una materia sumamente aburrida que cursaron en la secundaria, la prepa y les alegra no tener que volver a saber de ella. Es así porque piensan que la historia habla únicamente del pasado, de cosas que no afectan su realidad o eventos distantes que ocurrieron a otros hombres, que ellos no conocieron ni van a conocer nunca. Sin embargo, no se dan cuenta que la mayoría de las veces la historia en realidad habla de nuestro presente, de cómo podemos responder a la situación actual que nos rodea, pues si pasó en el pasado puede volver a ocurrir, o de por qué la situación social actual es como es actualmente. Todo pueblo tiene una memoria histórica, tiene narraciones sobre las experiencias que los conforma como grupo, construcciones sobre el pasado, ideales, deseos y formas de comportamiento que se fomentan dentro del mismo. Algunos deciden darle un sentido histórico al tiempo y crean formas de conmemorar eventos y valores, de fijar fechas y puntos de encuentro con el tiempo. Otros simplemente mantienen la memoria a través del recuerdo y la repetición de historias.

La historia en el judaísmo

En el caso judío el tiempo y la historia son dos de los temas más importantes para conocer el corazón de la religión y la tradición judía; pues una de los principios judíos más importantes es que D-os nos pide santificar el tiempo y ése es el origen de todas las festividades judías.

Cuando uno lee la Torá uno se encuentra un sin fin de historias que nos muestran a hombres que pudieron establecer relaciones con D-os, que se superaron moralmente y santificaron el mundo que los rodeaba a través de sus acciones y su crecimiento espiritual. Lo mismo podemos observar en las historias que se nos narran del pueblo de Israel. En cada uno de los casos la Torá no sólo nos muestra sus enseñanzas a través de las historias, sino que muchas de las veces da un mandato sobre quien lee el texto.

Por ejemplo, narra el evento de Jacobo con el ángel y después el texto recuerda que por eso se le pide al pueblo de Israel no comer del nervio ciático; cuando narra el sacrificio del cordero durante la salida de Egipto, poco después explica la leyes referentes a la festividad de Pésaj. En ambos casos y en casi todos los mandatos divinos el texto habla hacia nuestro presente, invita al lector a asumir una responsabilidad histórica frente a los eventos que lee y frente a la vida que vive; nos habla del presente. La Torá nos permite incluirnos dentro de una memoria histórica, participar activamente de ella e interpretar nuestro presente desde ese lugar. Le habla al individuo y a la comunidad, por un lado nos enseña a crecer espiritualmente como sujetos, conocer nuestras emociones e interpretar la realidad que nos rodea y por el otro nos enseña a crear una comunidad que asuma un pasado histórico; nos da un origen, una compañía, una responsabilidad moral frente al mundo. Nos acerca a los personajes de la Torá, recordándonos que ellos son nuestra historia y nos da una guía para nuestro futuro.

Los ayunos nacionales

Esto lo hace la Torá a través de las festividades y los mandatos divinos que se expresan en ella. Sin embargo dentro de la Torá misma se le da el poder a los jueces de Israel de conmemorar eventos históricos. Y en total son seis las festividades que fueron instituidas por los rabinos antes de que el Sanedrín (la Asamblea de Sabios) dejará de existir. Éstas son cuatro ayunos nacionales, Purim y Janucá.

La riqueza que tienen dichas festividades es que son otra de las formas en que podemos reconocer nuestro presente. Las seis hablan de una situación de Exilio en la que ya no existe revelación divina, no hay Sanedrín como tal y no hay templo en Jerusalén. Es decir, hablan de nuestro presente y nos invitan a explorar distintas caras de cómo ese presente histórico nos afecta tanto como comunidad como individuos. Janucá y Purim hablan de la relación que mantenemos con los otros pueblos ya sea a través de la intelectualidad o de la materialidad; los ayunos hablan directamente del dolor del Exilio y son expresiones de luto que hacemos a lo largo del año. Nos obligan a conectarnos con nuestro dolor individual como a reconocer y mirar la historia judía en nuestro presente.

Tres son los parámetros halajicos que se usan para determinar la necesidad de los ayunos. El primero se llama “Guezirat Maljut” se hacen los ayunos en tiempos de persecuciones, por ejemplo cuando en la Edad Media habían pogromos. El segundo es “Shalom” que se puede referir o a tiempos de paz (cuando no hay guerra) o a tiempos de plenitud, cuando tenemos presencia en tierra sagrada, autonomía gubernamental y los servicios en el templo se han re instaurado. El tercero es un minhag, se obedecen las tradiciones y costumbres que la mayoría del pueblo judío han aceptado sobre sí mismas, es decir aunque no se cumplieran las dos condiciones anteriores si una mayoría judía decidiera seguir haciendo el ayuno por tradición y por recuerdo, uno podría involucrarse dentro de la práctica, según algunas autoridades se vería obligado a participar.

Las tragedias de tamuz y el luto de las tres semanas

Cada uno de los ayunos aparte de reconocer el Exilio tienen una característica partícular. El ayuno de tamuz especialmente cumple dos funciones principales. Se recuerdan cinco tragedias que ocurrieron en la historia judía alrededor de esta fecha y se da inicio al luto de las tres semanas.

El luto de las tres semanas

En realidad tamuz no ocurre como una festividad aislada dentro del ciclo anual, tiene una conexión muy directa con Tishá B’Av y entre ambos construyen el significado de lo que se conoce como “el luto de las tres semanas” pues éstas empiezan en el ayuno de tamuz y concluyen con Tishá B’Av.

Es el único tiempo del calendario judío que se vive un luto intensificado. La idea es que uno pueda identificar el dolor que tiene es su vida y pueda relacionarse con el mismo a través de acciones de luto. Otro objetivo es poder entender las faltas que una situación de Exilio generan dentro de la interacción judía, pues las tres semanas y Tishá B’Av en sí recuerdan cuando Jerusalén fue sitiada, las murallas traspasadas, el templo y la ciudad entera destruidas. En tamuz fue que inicio el sitio, y también fue el momento en que se derribaron las murallas. Hacemos luto por esa tragedia histórica, pero también hacemos luto por nuestro presente.

Lo que es muy interesante en el tiempo que transcurre entre tamuz y Tisha B’Av es que el luto se va intensificando. El ayuno de tamuz es un ayuno breve, es para iniciar el proceso y tomar conciencia de los eventos históricos, mientras que el ayuno de Tishá B’Av es un luto intenso es cuando sentimos toda la fuerza de nuestro dolor. Esto corresponde a un orden invertido de las leyes que conforman el luto individual, el que hacemos cuando un familiar cercano a muerto, ello nos habla sobre la perspectiva judía del dolor y las distintas formas que tenemos de relacionarnos con el mismo (ver más aquí).

Las tragedias de tamuz

El 17 de tamuz se ve como el inicio del declive judío se recuerdan cinco tragedias que ocurrieron en fechas cercanas a este día casi todas se asocian con eventos relacionados a idolatría. La idolatría en sí representa una distorsión de la realidad, querer que el mundo actué de formas ajenas a las que fue creado. En lugar de aceptar la voluntad divina y buscar relacionarse con D-os, el idolatra crea ídolos en busca de poder, fuerza o con el deseo de poder llamar a D-os a su servicio. El inicio del dolor humano se encuentra entre esa división que el hombre crea entre D-os y su persona. Las cinco tragedias son las siguientes:

1) Se construyó el Becerro de Oro y Moisés rompió las tablas.
2) Jerusalén fue sitiada y sus murallas derribadas .
3) Se detuvieron los sacrificios en el templo durante el sitio babilonio.
4) Los romanos colocaron un ídolo al interior del templo
5) Los romanos quemaron un rollo de Torá.

Los temas de tamuz

Dada la naturaleza del ayuno hay ciertos temas que rodean a la festividad. Como ya mencionamos el dolor y la idolatría son dos de ellos. Sin embargo, la Redención y la esperanza también se encuentran en el subtexto de la fecha. Las haftarot (lecturas del Tanaj) que se leen durante las tres semanas de luto todas hablan de la esperanza y cuando se toca el tema del Exilio, siempre se menciona que la Redención (el momento en que D-os se revela al mundo) inicia en el Exilio.