Enlace Judío.- Científicos de la Universidad Hebrea encuentran el modelo más primitivo para la creación de células embrionarias: 14 000 sitios que controlan el desarrollo de todos los órganos embrionarios, publicó The Jerusalem Post.

Un estudio innovador, dirigido por el Prof. Yossi Buganim en el Instituto de Investigación Médica de la Facultad de Medicina de la Universidad Hebrea de Jerusalén y el Prof. Tommy Kaplan en la Escuela de Informática e Ingeniería y el Departamento de Biología Computacional de la Universidad Hebrea (HU), ha descubierto 14,000 sitios únicos en el ADN que juntos forman el modelo más elemental para la embriogénesis: la creación de embriones.

Las células de la piel extraídas de un embrión no utilizado se pueden reprogramar en otros tipos, ya que las células madre embrionarias artificiales hechas de células de la piel son idénticas a las células madre naturales que se desarrollan en las primeras etapas del proceso de desarrollo embrionario y son responsables del desarrollo de todas las células de un feto.

Sin embargo, no pueden crear tejidos embrionarios que estén fuera del embrión, como la placenta.

Sus hallazgos acaban de publicarse en la prestigiosa revista Nature Communications bajo el título “Análisis multiómicos paralelos comparativos durante la inducción de estados pluripotentes y trofoectodérmicos”.

En 2006, científicos japoneses insertaron cuatro genes embrionarios en células de la piel y las reprogramaron con éxito para que actuaran como células madre embrionarias.

En 2015, Buganim y su equipo fueron los primeros en el mundo en descubrir cómo crear células madre placentarias artificiales a partir de células de la piel. Este paso hace posible que los científicos creen los dos primeros tipos de células madre en el proceso de desarrollo embrionario que ocurre justo después de que el espermatozoide fertiliza un óvulo.

Examinando el proceso

El equipo de investigación de HU, que incluía a los estudiantes de doctorado Mohammad Jaber, Ahmed Radwan y Netanel Loyfer, examinó de cerca el proceso por el que pasan las células de la piel para transformarse en células madre embrionarias o placentarias.

“Analizamos los cambios que experimentan las células de la piel para cambiar su identidad y convertirse en uno de los dos primeros tipos de células madre”.

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Los investigadores encontraron que los cambios que tienen lugar en las células de la piel para convertirse en células madre artificiales embrionarias o placentarias eran completamente diferentes entre sí en todos los niveles, a pesar de que ambas comenzaron como células de la piel.

Cuando una célula de la piel se transforma en una célula madre embrionaria artificial, las partes del ADN que son responsables de crear el cerebro, el corazón y el hígado comienzan a reorganizarse y prepararse para diferenciarse, cuando se les da la señal correcta en las células del cerebro, el corazón o el hígado.

Por otro lado, cuando esas mismas células se estaban transformando en una célula madre placentaria artificial, los sitios de ADN comenzaron a reorganizarse para permitir que la célula cambiante se implantara y atrajera vasos sanguíneos, un fenómeno que ocurre naturalmente, permitiendo que el embrión se implante en el útero.

 

Descubrimiento notable

El descubrimiento más notable se produjo cuando el equipo comparó los dos procesos uno al lado del otro y observó una molécula química llamada metilo, que interactúa con áreas específicas del ADN y es responsable de silenciar su expresión.

“Descubrimos que las células madre placentarias artificiales contenían cerca de 14.000 sitios de ADN con metilo, pero no se veían por ninguna parte en las células madre embrionarias artificiales”, informó Buganim.

Cuando el equipo de investigación trató de comprender la importancia de esas áreas de ADN, descubrió que son responsables de crear todos los órganos y células en los embriones en desarrollo, desde el cerebro, el corazón, el hígado y los riñones hasta el esqueleto, la médula espinal y los tejidos conectivos.

En el futuro, este importante descubrimiento puede ayudar a explicar el sistema de defensa embrionario, que evita que las células placentarias tempranas se conviertan en células embrionarias.

“Dado que las células de la placenta son susceptibles al daño y la infección, el mecanismo de defensa natural del cuerpo evita que las células de la placenta migren al embrión en desarrollo y se adhieran a él para convertirse en parte del embrión”, concluyó Buganim.

“En general, este estudio ilumina las características clave que caracterizan nuestra capacidad para reprogramar las células y proporciona una herramienta poderosa para estudiar la plasticidad celular y las decisiones sobre el destino de las células”.

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