Enlace Judío- El pasado domingo 7 de agosto, como parte de los eventos propios de Tishá B’Av, el profesor Irving Gatell impartió la charla “La situación real entre Rusia y Ucrania” en el salón Ruth Betech del Templo Maguén David de Polanco.

Tal y como el profesor Gatell lo explicó desde un inicio, el objetivo de la charla no era entrar en detalles sobre el actual conflicto que afecta esa región del mundo, sino explicar los vínculos históricos entre Rusia y Ucrania y, sobre todo, cómo se ha desarrollado el antisemitismo en esos países.

Para ello, desplegó una serie de mapas con los que explicó cómo evolucionó políticamente esa región, desde la fundación del Rus de Kiev a mediados del siglo IX, hasta el desmembramiento de la Unión Soviética y la independencia plena de Ucrania. De ese modo, pudo dejar en claro que hablar de Rusia y Ucrania hasta antes de 1914 es hablar de una misma estructura política.

El antiguo reino de Jazaria

Este punto es particularmente relevante, porque así se desmonta la idea equivocada de que el fenómeno de los cosacos —uno de los puntos climáticos en la historia de las persecuciones y crímenes contra las comunidades judías— fue una cuestión exclusivamente ucraniana. En realidad, puntualizó Gatell, es parte de un pasado que comparten por igual las dos naciones.

Gatell explicó la importancia que, en su momento, tuvo el antiguo reino de Jazaria, un imperio cuya población de origen turco-eslavo floreció entre los siglos VII y XI. Hacia el siglo VIII, su rey y gran parte de la aristocracia se convirtieron al judaísmo, y ello generó la leyenda de que todos los jázaros habrían hecho lo mismo —de lo cual no hay evidencia histórica.

Este tema, apuntó el profesor Gatell, es usado con mucha recurrencia por los grupos anti-israelíes para deslegitimar al Estado de Israel, a partir de la suposición de que los judíos —especialmente los ashkenazíes— serían, en realidad, una impostura jázara sin origen israelita.

Irving Gatell en Tishá Beav

Zona de Exclusión

Más adelante, el tema de Irving Gatell se centró en la Zona de Exclusión que el régimen zarista impuso a los judíos entre 1791 y 1917. Se trató de una franja de territorio mayormente ubicada en lo que actualmente es Ucrania, y que también abarcó territorio de Bielorrusia, Polonia, los Países Bálticos y, en menor grado, una parte del occidente de Rusia. Allí fue donde, por órdenes de los zares, el 95% de los judíos fueron obligados a vivir. Sólo a pocas excepciones se les permitía salir de la Zona y establecerse en ciudades grandes como Moscú o San Petersburgo. Fue en este territorio donde floreció la cultura del shtetl, estas pequeñas aldeas exclusivamente judías que vivieron generalmente en graves condiciones de marginación y pobreza.

Un dato trágico señalado por el profesor Gatell fue que el censo ruso de 1898 apuntó que en esta región vivían un poco más de 5 millones de judíos

Apenas dos décadas después, en el censo de 1928, sólo se registraron menos dos millones y medio de judíos. El decrecimiento extremo de la población se debió a que muchos fueron asesinados en los pogroms de 1903 a 1906, otros se asimilaron a la cultura anti-religiosa soviética (muchos de ellos, por la fuerza), y otros optaron por emigrar a los Estados Unidos y Europa y, según cálculos modernos, unos 45 mil habrían llegado a lo que por entonces todavía era la Palestina otomana, luego británica.

El oblast de Birobidzhan

Finalmente, un dato singular es que Stalin, en su afán de recluir a los judíos en una zona lejana y paupérrima de la Unión Soviética, fundó en 1928 el oblast (distrito) de Birobidzhan, colindante con Mongolia en su extremo oriental.

Se trata de una pequeña provincia que fue declarada hogar oficial de los judíos soviéticos, si bien la población judía allí siempre fue minoritaria. De cualquier modo, su idioma oficial sigue siendo el yiddish, y sus emblemas nacionales son los propios de la identidad judía (como la Menorá).

En la actualidad, Birobidzhan se ha transformado totalmente, su población judía es de un 15% del total, y se ha convertido en una zona donde se puede hacer mucho turismo.

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