Enlace Judío México e Israel – El secreto de una vida larga puede no existir, pero también podría radicar en esos pequeños rituales que practicamos y que nos ayudan a mantener una mente enfocada en el amor y en la vida. Al menos ese parece ser el mensaje de una inagotable Flora Cohen, cuyas recetas han acompañado a generaciones de personas. 

Es bien sabido que para tener una larga vida no hay recetas... Aunque esta podría ser la excepción, pues Flora Cohen, a sus 98 años, ha escrito, publicado y sobre todo practicado muchísimas de ellas. Recetas de cocina que, minuciosamente, llevan de la mano a quien quiera preparar platillos exquisitos, los mismos que ella le preparó a su familia durante décadas.

Pero Flora no nació cocinando. Un día, cuando comenzaba a hacerlo, estaba preparando un platillo para su esposo, que volvería del trabajo en cualquier momento. Sin darse cuenta, colocó la tapa de la olla sobre una caja de cerillos, junto a la estufa; la caja se adhirió a la tapa y, cuando ella la colocó sobre la olla, los cerillos terminaron dentro. Cuando se dio cuenta, alarmada y con el tiempo encima, corrió a ver a su vecina: “¿Qué hago?”, le preguntó. “Bueno, pues si le gusta el sabor de los cerillos…”, fue su respuesta.

Recrea la anécdota con una risa pícara que denota su vitalidad y sus imparables ganas de vivir. Han pasado décadas desde aquel estofado de cerillos y Flora Cohen se convirtió en una gurú de la cocina para muchísima gente.

En su serie Colección privada de un gourmet, cuyo último volumen presentó hace tres años, Flora Cohen incluye no solo comida deliciosa sino también saludable. “Este libro tiene más de 40 ensaladas. Mi esposo está enfermo del corazón y necesitaba comer sin sal y sin grasa. Entonces, había que practicar varias veces los platillos. Muchas veces mandaba a casa de mis hijas a que probaran el sabor de la ensalada.”

Al final de Lo mejor de colección privada de un gourmet, Flora Cohen ofrece un gran número de secretos que sirven para hacer más fáciles algunos procesos, pero también para que los platillos tengan el aspecto, la textura y el sabor que todo gran cocinero necesita obtener para cautivar a sus comensales.

Estos secretos “son muy importantes porque puedes quitarle el sabor amargo de la berenjena, para que el arroz salga más esponjoso y la almendra se pueda pelar fácilmente, entre muchos otros que aprendí después de muchos años en la cocina”, comparte con nosotros Cohen.

Cuando se le pregunta si ha recibido retroalimentación de sus lectores (o lectoras, que probablemente sean la mayoría), ella responde: “A veces encuentro personas. Me dicen ‘usted salvó mi matrimonio porque mi esposa, a través de su libro, me da de comer muy sabroso y demuestra también el amor que siente por su familia’.”

El ingrediente más importante

Y quiere “recordarles que el ingrediente más importante en cualquier platillo es el amor. Cocinar es un arte, sobre todo la limpieza. Tienes que saber lavar un pollo, cómo lavar la verdura. Todas las especias, lo que usas tiene que estar completamente limpio.”

“En cuanto empiezas a cocinar te entra un amor muy especial por la cocina”, agrega la ya legendaria cocinera, como una incitación a quienes, como ella, deseen olvidarse de las apps para pedir comida y ponerse a cocinar con el ingenio, las manos y, sobre todo, el corazón.

Aunque su hablar es pausado, Flora Cohen conserva la vitalidad que la llevó a escribir todos sus recetarios, el último de ellos a los 95 años. ¿Su secreto? “El amor por mi familia y por la vida, porque quiero seguir viviendo y hacer lo que puedo.”

Y hablando de secretos, quizás la vida larga y próspera de Flora Cohen le deba un poco a uno de ellos. “Se trata de bendecir el agua, por tenerla y por poder tomarla (…). Me gusta bendecir el agua antes de tomarla en la mañana (…). Primero rezo y luego tomo el agua ya bendecida.”

He aquí la bendición que realiza Flora Cohen cada mañana, antes de emprender un nuevo día: 

Bendición diaria del agua

“Esta agua contiene energía divina y energía creadora, y tiene el poder de limpiar todo mi organismo de cualquier impureza saludablemente para mi beneficio. De fortificar mis huesos y lubricar mis articulaciones, de limpiar de cualquier impureza para mi beneficio mis arterias, mi cabeza, mis ojos, mis oídos, mis encías, mis dientes y mis muelas, mi garganta, mi aparato respiratorio, mis pulmones, mi corazón, mi hígado y mis riñones, todas mis vísceras, mi colon y mi intestino, mi vejiga, mi matriz y  mis ovarios.

Cada célula, cada átomo de mi cuerpo está lleno de energía divina y energía creadora y todo en mí funciona maravillosamente bien.

 Mi sangre y mi oxigeno fluyen perfectamente, mi mente es clara y mis sentidos perfectos.

Yo amo a mi cuerpo, amo a mi organismo, me amo a mí misma y a todos mis semejantes y le doy las gracias a la energía divina, a la energía creadora, a todo mi cuerpo y a todo mi organismo por funcionar tan maravillosamente bien.

¡Esta dicho y está hecho ya!”

 

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