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Las vacunas reducen riesgo de COVID prolongado

Al menos dos dosis de la vacuna contra COVID-19 de Pfizer reducen drásticamente la mayoría de los síntomas a largo plazo que se manifiestan meses después de contraer la enfermedad, según un nuevo estudio de la Universidad de Bar-Ilan

“Cada vez está más claro que las vacunas protegen no solo contra la enfermedad, sino contra los efectos a largo plazo de COVID-19, que a veces cambian la vida,”, aseguró el profesor Mijael Edelstein, epidemiólogo de la Facultad de Medicina de Bar-Ilan, en Tzfat.

Ocho de los diez síntomas más comunes se registraron entre un 50% y un 80% menos en personas que recibieron al menos dos dosis de la vacuna contra COVID-19 en comparación con aquellos que no recibieron ninguna vacuna, según el estudio.

El estudio se publicó recientemente en la revista Nature Vaccines.

Un análisis de sangre ayuda a encontrar el antidepresivo adecuado

La empresa israelí de tecnología sanitaria Genetika+ utiliza una tecnología ganadora del Premio Nobel para replicar una muestra de sangre y determinar antidepresivos eficaces para el paciente.

La sangre se transforma primero en células madre, la materia prima del cuerpo a partir de la cual se generan todas las demás células con funciones especializadas, y luego en neuronas cerebrales frontales, que se originan en la región del cerebro responsable de las emociones y que es la más afectada por las enfermedades mentales.

Cientos de estas neuronas se colocan en un plato y se exponen a más de 70 antidepresivos diferentes para ver cuáles serían las reacciones únicas del paciente a cada medicamento.

El producto continúa en fase de investigación y desarrollo, con centros clínicos en Israel y en Filadelfia, y se está expandiendo a centros adicionales en Estados Unidos.

La empresa tiene previsto lanzarse comercialmente en Estados Unidos e Israel a finales de 2023.

Médicos de Israel y EE.UU. desarrollan diagnóstico de Alzheimer a través de la retina

Actualmente, médicos del Departamento de Oftalmología del Centro Médico Assuta-Ashdod desarrollan un método más sencillo para diagnosticar el Alzheimer a partir de placas beta-amiloides y proteínas tau anormales en la retina.

La ventaja es el acceso a la retina para su visualización directa por medios no invasivos.

El estudio, publicado recientemente en el último número de Harefuá, la revista de la Asociación Médica de Israel, fue realizado por médicos de Assuta AshdodUniversidad Ben-Gurión del Néguev, el Centro Médico Wolfson de Holon, la Facultad de Medicina de la Universidad de Tel Aviv y el Centro Médico Cedars-Sinai de Los Ángeles, California.

Durante el estudio, diez pacientes con Alzheimer y seis personas sanas ingirieron cápsulas de cúrcuma. Los investigadores examinaron sus retinas al cabo de unos días y observaron que la especie amarilla se adhiere a las células de la retina en pacientes con Alzheimer, pero no en las personas sanas.

Se realizaron pruebas adicionales no invasivas de la retina, como la tomografía y la angiografía de coherencia óptica, que apuntan al desarrollo temprano del Alzheimer, según los autores.

Nanomedicina a través de la piel

Científicos israelíes dicen que han superado un gran obstáculo que actualmente frena el desarrollo de nanofármacos que se pueden administrar a través de la piel.

El método de la Universidad Bar Ilan para evaluar la eficacia de los medicamentos a través de la administración dérmica “realmente podría impulsar el desarrollo de la nanomedicina, brindándonos una forma de medir la concentración de medicamentos en diferentes capas de la piel”, dijo Channa Shapira, una de las académicas clave.

Shapira superó el problema de que las partículas eran demasiado pequeñas para rastrearlas mediante el uso de láseres y ha publicado sus resultados revisados ​​por pares en la revista ACS Nano.

Si bien las partículas son demasiado pequeñas para ser detectadas, cambian sutilmente la apariencia de la piel en función de la profundidad de la piel en la que han penetrado. Los cambios no son visibles a simple vista, pero Shapira desarrolló una forma de hacer brillar láseres en la piel y usar maquinaria especial para determinar dónde se encuentran las partículas y su concentración.

El método consiste en exponer brevemente a los pacientes a un rayo láser azul. Un sistema óptico crea una imagen 3D similar a una fotografía a través de la cual se pueden extraer los cambios ópticos en el tejido tratado y compararlos con el tejido adyacente no tratado mediante un algoritmo especialmente creado.

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