Enlace Judío México e Israel – Después de que Sir Salman Rushdie fue atacado en Nueva York el mes pasado por un musulmán en un intento de llevar a cabo la fatwa iraní de 1989 que ordena asesinarlo, el programa de la BBC Dateline London transmitió una entrevista con el comentarista palestino Abdel Bari Atwan.

Traducción de Jewish Press por Eugenia Russek  

Atwan dijo en el programa que Los versos satánicos, la novela satírica de Rushdie por la que atrajo sobre su cabeza la fatwa (“edicto religioso”) era “blasfematoria” y “ofensiva”. Rushdie, dijo Atwan, “fue muy, muy cruel al hablar del Profeta Mahoma y sus esposas”, lo cual también es “muy, muy peligroso”. Añadió: “Aproximadamente el 90% del mundo islámico piensa que la libertad de expresión sólo se practica para insultar a los musulmanes”.

El Jewish Chronicle reporta que esto llevó a la Baronesa Deech, una ex directora de la BBC, a escribir una carta de protesta al director general de la BBC, Tim Davie.

Deech, quien fue profesora de leyes en la Universidad de Oxford, escribió que “es absolutamente inaceptable que la respuesta a simples comentarios sea el asesinato o la violencia” y que los comentarios de Atwan “podrían ser tomados como una glorificación del terrorismo”, lo cual es un crimen bajo la ley inglesa.

La BBC minimizó su queja, e insistió en que el invitar a Atwan para comentar estaba “editorialmente justificado” y que “si puntos de vista extremistas fueran expresados en la BBC, siempre buscaríamos cuestionarlos”. Sin embargo, allí está el problema, porque la definición de lo que es extremismo de la BBC es subjetiva, ideológica y profundamente errónea.

Al proporcionar una difusión pública a Atwan y después defender sus afirmaciones, la BBC adoptó una actitud común en Occidente desde que se emitió la fatwa contra Rushdie: inclinarse ante las exigencias de los islamistas para con su religión, las cuales imponen con violencia asesina.

La acusación de la BBC contra la novela de Rushdie es que ofende al fundador del islam, Mahoma, y por lo tanto es blasfematoria. La misma acusación se lanzó en contra de las caricaturas satíricas de Mahoma, cuya publicación provocó docenas de asesinatos alrededor del mundo. También siguió la censura en la mayor parte de los medios de comunicación occidentales de cualquier cosa que los musulmanes consideren ofensivo.

Junto con el resto del mundo secular en Occidente, cuyo desprecio por las creencias religiosas sólo es sobrepasado por su prisa de rendirse ante las demandas musulmanas, la BBC internalizó el axioma de que cualquier ofensa al islam entra dentro de las prohibiciones religiosas que deben ser respetadas.

Así que la BBC probablemente dio por hecho que los comentarios de Atwan representan un punto de vista legítimo. El darse cuenta de la consecuencia que dicha interpretación provoca, la violencia terrorista, es algo que, dadas sus limitaciones culturales, la BBC es incapaz de hacer.

Lo que es más, desde hace años le ha estado brindando la oportunidad a Atwan de expresarse, como si éste fuera un comentarista imparcial, a pesar de sus virulentas calumnias contra Israel y su apoyo al terrorismo.

Él ha alabado a terrorista palestinos llamándolos “mártires”. En YouTube, calificó de “milagro” la matanza a balazos de tres israelíes en Tel Aviv. El mes pasado, afirmó que la masacre de los atletas israelíes en Munich en 1972 no fue cometida por terroristas de la banda Septiembre Negro, con Mahmoud Abbas entre los que la planearon, sino por “miembros del Mossad israelí y la policía alemana” y que las manos del actual Primer Ministro de Israel, Yair Lapid, están “cubiertas de la sangre de niños palestinos”.

Y sin embargo, la BBC repetidamente entrevista a Atwan, como si fuera un comentarista respetable. Y por otro lado, cuando se trata de Israel y los árabes palestinos, la BBC casi siempre suspende cualquier juicio crítico que sí aplica a otras partes del mundo.

Tergiversando la verdad sobre las víctimas y los agresores, presenta a Israel como el poder colonialista que oprime a los palestinos y les quita sus derechos e incluso sus vidas. Su interpretación de lo que es ser objetivo permite que personas que promueven el asesinato y el odio expresen sus opiniones porque, en la visión de la BBC, eso se concibe como un tipo genuino de resistencia.

Esto concuerda con la perspectiva de la izquierda de que el Occidente es intrínsecamente opresor y el mundo en desarrollo su víctima.

Las quejas acerca de la forma salvajemente injusta de reportar las noticias de Israel se han hecho a la BBC desde hace décadas, y no han logrado absolutamente nada.

En 2004, un periodista y conductor de rango elevado escribió un reporte de 20,000 palabras sobre la forma en que la BBC cubre el conflicto Israel-Palestina, comisionado por ella misma después de quejas persistentes por sus sesgos. A continuación, el medio invirtió enormes recursos y esfuerzos para suprimir la publicación de dicho reporte, que nunca ha salido a la luz.

El grupo de monitoreo de medios CAMERA UK apunta sin cesar al reporteo excesivamente sesgado de la BBC en lo que concierne a Israel. Por ejemplo, recientemente este organismo de monitoreo reportó que desde hace por lo menos ocho años, la BBC ha estado brindando espacio en su programación a Husam Zomlot, jefe de la misión palestina en el Reino Unido, para que libremente exprese falsedades y calumnias en contra de Israel sin ningún tipo de cuestionamiento.

Asimismo, reportó que la BBC ha presentado como “activistas por los derechos humanos” a un individuo que ha sido arrestado tres veces debido a su participación en una organización terrorista y a otro que promueve el movimiento BDS (Boycott, Desvío y Sanciones) en contra de Israel y ha llamado a ese país un “estado con políticas de apartheid”.

También dijo CAMARA UK que un reportaje difundido múltiples veces en la BBC TV Noticias del Mundo (BBC World News TV) acerca de posibles desalojos en los territorios en disputa invirtió el orden en que ocurrieron una serie de acontecimientos para dar una impresión totalmente equivocada e injustamente acusar a Israel.

El grupo Honest Reporting, que vigila a los medios de comunicación, ha identificado a numerosos periodistas que trabajan para el servicio árabe de la BBC que han hecho comentarios en sus cuentas de Twitter personales – las cuales todas especifican que son empleados de la BBC – describiendo a Israel como un Estado “terrorista” y “apartheid”, y en los que apoyan al BDS y expresan la esperanza de que Israel “está cayendo”.

Todo esto a pesar de que las directivas de la BBC para el uso de las redes sociales advierten a los empleados que no afecten la reputación de la emisora defendiendo una posición en cualquier “tema controversial”. La corporación también ha dejado claro que los deslindes en redes sociales no son una defensa en contra de “expresiones de opiniones personales que puedan estar en conflicto con los lineamientos de la BBC”.

Sin embargo, el problema es que, junto con el resto de la izquierda, la BBC genuinamente piensa que en efecto está manteniendo estándares de equilibrio, justicia y objetividad. Realmente cree que en política representa el justo medio y es por eso que considera a sus críticos como extremistas por principio, fácilmente descartables.

Y es por eso mismo que, cuando efectivamente intenta proporcionar un punto de vista equilibrado, esto tiende a ser únicamente una medida simbólica. Puede ser que presente un punto de vista frente a dos o tres que se le oponen, por ejemplo, o que dé tiempo aire a alguien que defiende a Israel, pero desde la izquierda, y que por lo tanto omita expresar los datos y hechos que es importante presentarle al público.

En pocas palabras, la BBC tiene un sistema de pensamiento perfectamente sellado.

Yo misma me he enfrentado a esto durante años. Me invitan de la BBC a aparecer en programas de noticias simplemente como la persona de “derecha” que están obligados a invitar – “derechista” en la lengua izquierdista de la BBC significa enemiga de la civilización – y casi nunca se me da la oportunidad de hablar de las mentiras que se dicen acerca de Israel.

Todo esto importa y mucho. La BBC tiene un lugar único en el mundo. Su marca es considerada como el estándar de oro global en cuanto a veracidad y objetividad.

La BBC juega un papel crucial en el modelaje del clima cultural de Gran Bretaña. En décadas recientes, aquellos que sufren bajo tiranías alrededor del mundo han dependido de ella como un faro que indica la verdad y les ha ayudado a encontrar la fuerza de resistir.

Esa reputación está ahora bajo sería amenaza. La BBC es el brazo publicitario de la intelectualidad, la cual se ha vuelto avasalladora y agresiva en su izquierdismo y dedicada a suprimir la disensión. El público británico está cada vez más impresionado por el derrumbe de la objetividad de la BBC en todos los ámbitos, con la consecuente destrucción de la calidad editorial, que se ha ido al caño.

Pero el hecho es que la BBC fue alguna vez una fuerza cultural titánica porque representaba a una nación que sabía lo que significaba. Los británicos admiraban, valoraban y querían salvaguardar los principios que unían a todos en un proyecto nacional común. La BBC ayudó a proveer el pegamento cultural.

Ahora esa cohesión cultural se ha fragmentado en diversos grupos que se hacen la guerra por el poder y el control, bajo la fuerza destructiva de la política de la identidad. El sesgo de la BBC no se va a corregir a menos que (y hasta que) Gran Bretaña detenga su caída por el precipicio de la degeneración cultural.


 

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