Enlace Judío.- El embajador de Israel en México, Zvi Tal, se reunió en días pasados con Amparo Anguiano, quien se desempeña como subdirectora de Medio Oriente en la Cancillería mexicana, y le transmitió una enérgica protesta israelí tras el vandalismo e inusual ataque a la embajada de Israel en el país hace aproximadamente un mes y medio, publicó Ynet en su edición en hebreo.
El trasfondo: la demanda de México de extraditar al “exjefe de la Agencia de Investigación Criminal de la Fiscalía General de la República”.
La protesta tuvo lugar frente a la embajada de Israel en la Ciudad de México y participaron cientos de personas, familiares de 43 estudiantes mexicanos que desaparecieron en 2014. Los manifestantes exigían la extradición desde Israel de Tomás Zerón de Lucio, exjefe de una agencia federal en México, considerada el equivalente al FBI. Zerón se ha estado escondiendo en Israel durante casi tres años luego de una investigación en curso en su contra. Los manifestantes irrumpieron en la embajada el mes pasado, pintaron consignas antisemitas en las paredes del edificio y dañaron las cámaras de seguridad.
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Una fuente en Jerusalén dijo que el embajador Tal enfatizó en su conversación con un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de México que Israel considera seriamente el daño a la embajada y atribuye total responsabilidad al gobierno mexicano que decidió no aumentar o incluso eliminar la seguridad del edificio de la embajada antes de que comenzara la protesta.
Tal también expresó el pesar de Israel por las críticas injustas e injustificadas, como dijo, dirigidas a Israel por el manejo de la solicitud de extradición de Zerón, a pesar del diálogo en curso entre los equipos legales de las dos partes. Israel, dijo la fuente, ve una conexión directa entre las declaraciones de altos funcionarios en la solicitud de extradición y el daño a la estructura de la embajada. “No es imposible que el público mexicano, alimentado por las críticas de altos cargos de los medios de comunicación, decida tomarse la justicia por su mano y cometer un acto de vandalismo. Solo por suerte se evitaron lesiones”, agregó.
A principios de este mes, el embajador israelí fue entrevistado por el sitio web de noticias judías Enlace Judío y presentó nuevos detalles de ese día en la embajada. Entre otras cosas, Tal dijo que el personal de la embajada pidió a las autoridades servicios de protección pero no respondieron, y más allá de eso, a los policías que están cerca de la embajada se les ordenó abandonarla. Debido a esto, Tal dijo que ordenó al personal de la embajada evacuar el edificio.
El embajador reveló que había solicitado una reunión con el canciller de México, Marcelo Ebrard, pero éste no respondió a la solicitud. Tal dijo que logró reunirse con la alcaldesa de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, quien le pidió disculpas por el incidente. Tal dijo también que el deber de México de hacer cumplir el derecho internacional, es decir, la obligación de proteger las instalaciones de la embajada, era de la Secretaría de Relaciones Exteriores de México.
Sobre el pedido de extradición de Zerón, Tal dijo: “Estamos comprometidos a examinar todo el material que recibimos, y al final de todo este proceso, un juez israelí tomará una decisión sobre la solicitud. Las autoridades de México lo saben”.
Definió a los manifestantes como “anarquistas antiisraelíes o antioccidentales que fueron a vandalizar y dejar esta pintada terrible”, y pidió llevar a juicio al grupo de anarquistas que atacaron la embajada.
México exigió una y otra vez a Israel la extradición de Zerón, pero no recibió respuesta. El año pasado, el New York Times reveló que el motivo de la demora, al menos en parte, podría ser la “venganza israelí” por el apoyo de México a las resoluciones antiisraelíes en las Naciones Unidas. Zerón lideró la investigación sobre el secuestro del 43 estudiantes en la ciudad de Iguala, fueron bajados de buses por policías, se los llevaron en vehículos policiales y desaparecieron.
Como parte de la investigación dirigida por Zerón, trascendió que la policía de Iguala trabajó en conjunto con una organización criminal, quemó los cuerpos de los estudiantes y arrojó las cenizas al río. Sin embargo, investigadores internacionales luego pusieron en duda los resultados de la investigación dirigida por Zerón y afirmaron que algunos de los testimonios fueron obtenidos bajo tortura y que los investigadores ignoraron importantes líneas de investigación.
La investigación de Zerón determinó que la corrupción era solo a nivel local, y asignó la responsabilidad solo a los policías de Iguala. Sin embargo, según esos investigadores internacionales, en el lugar de los hechos también se encontraban presentes militares y policías federales. La investigación fue reabierta luego de la elección de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia en 2018, y Zerón fue sospechoso de una serie de delitos como parte de la misma investigación que dirigió. Según el informe de hace un año en el New York Times, Zerón huyó a Canadá en 2019 y en septiembre de ese año voló a Israel.
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