Enlace Judío- La columna de Joseph Hodara. Es tema de inquietas especulaciones si las radicales concesiones de Netanyahu en su calidad de futuro Primer ministro a los sectores nacional-religiosos que formarán parte activa en la futura coalición gubernamental habrán de quebrar la equilibrada convivencia de diferentes sectores y credos en Israel y en las diásporas.

Una de las más importantes alude a la presente exigencia de la ortodoxia religiosa-política dirigida a alejar e ignorar a judíos fieles a las múltiples versiones modernas y reformistas que brotaron en el curso del siglo XIX europeo, corrientes que procuraron conciliar los principios religiosos tradicionales con los enunciados del liberalismo moderno.

Se recordará que la inserción de los judíos a la moderna edad – desde los tiempos napoleónicos hasta el presente- exigió importantes cambios en esferas como el vestido exterior, la índole y la conducta en el rezo, el obligatorio descanso sabático, la discriminación de los géneros en la sinagoga, y el carácter de la convivencia familiar entre otros.

Cambios que permitieron y explican – entre otros temas – las decisivas contribuciones de los judíos a las ciencias y a las artes que forjaron desde hace dos siglos la modernidad y la democracia.

La creación del hospital jerosolimitano Hadassa y la actividad universitaria en Israel constituyen algunos resultados de este importante viraje que merece tanto en Israel como en las diásporas amplia adhesión y apoyo.

Ciertamente, la sostenida y semanal protesta de las mujeres en el Muro jerosolimitano revela la sostenida adhesión a principios que preservan la fe y las prácticas del judaísmo religioso al tiempo que auspician la constante innovación conforme a los imperativos de las ciencias y de la democracia.

En este contexto y en estos días inquietan en Israel y en las diásporas las afiebradas exigencias que plantean agrupaciones nacional-religiosas en las presentes deliberaciones dirigidas a levantar una nueva coalición gubernamental encabezada por Benjamín Netanyahu.

Un giro radical, pronostica Joseph Hodara

No se limitan a imponer el obligado paréntesis sabático en el país, incluyendo la suspensión de las competencias deportivas y el transporte público que hasta aquí se conoce en una ciudad como Haifa. También reclaman el desalojo de las mujeres que en las festividades judías y en los rezos en el Muro jerosolimitano piden equilibrio e igualdad. La igualdad de géneros es para ellos una práctica pecaminosa.

Autoritaria actitud que Bibi deberá aceptar si pretende y concreta la formación de un gobierno en los próximos días.
En contraste, estas facciones se rendirían a la designación de ministros que practican preferencias sexuales e ideológicas contrarias a los principios que formalmente abanderan.

Un giro radical en la escena política israelí que no sólo inquieta a países vecinos – Marruecos, Jordania y en la Península árabe – que hasta habrían confiado en el espíritu liberal del país. El trajín cotidiano y académico como la actitud respecto a y en las diásporas mudará sustancialmente.

¿Cómo explicar esta rendida actitud de Netanyahu y de su partido que hasta aquí han preservado una flexible postura respecto a la autonomía ciudadana incluyendo la libre preferencia sexual? ¿Se origina en su presente debilidad política y en la ausencia de alternativas? ¿Y será aceptada y aceptable para la mayoría en Israel y en las diásporas?

¿O es una astuta y calculada actitud dirigida a provocar públicas protestas y así abrir un nuevo escenario que obligará el ingreso de figuras tanto en su partido como en la oposición absolutamente alejadas de estos dogmas?

En este escenario, cabe esperar días y retos futuros.

Una columna de Joseph Hodara. Reproducción autorizada con la mención siguiente: ©EnlaceJudío. Las opiniones, creencias y puntos de vista expresados por el autor o la autora en los artículos de opinión, y los comentarios en los mismos, no reflejan necesariamente la postura o línea editorial de Enlace Judío.