Enlace Judío.- Un policía ucraniano Roman Bashenko está recibiendo tratamiento en un hospital israelí tras ser gravemente herido en un ataque ruso y dado por muerto, publicó Inna Lazareva en The Times of Israel.

Cuando los equipos de rescate ucranianos descubrieron el hoyo rodeado de escombros donde por última vez se había visto a Roman Bashenko, abandonaron toda esperanza de encontrarlo con vida.

“Pensaron que me habían volado en pedazos”, dijo mirando a su esposa sentada en la terraza del hospital Ichilov de Tel Aviv.

Imagen principal: Roman y Katya Bashenko en el hospital Ichilov, Tel Aviv, el 30 de noviembre de 2022. (Inna Lazareva/Times of Israel)

Policía de Dnipro que había servido previamente en Donbas en 2014, Bashenko fue reclutado para la guerra tras la invasión de Rusia a principios de año.

En la madrugada del 27 de julio, un misil guiado ruso atravesó el edificio en la ciudad de Bakhmut, región de Donbas, donde estaba estacionado. La ciudad ha sido blanco de implacables ataques rusos durante los últimos seis meses y, con disparos casi constantes, ataques con misiles, ataques aéreos y guerras de trincheras, la mayoría de sus 70.000 residentes han huido. En los últimos días, el presidente ucraniano, Volodymyr Zelensky, describió la situación en Bakhmut como “la más candente, la más dolorosa”. “¡Todos allí merecen la mayor gratitud!” añadió Zelensky.

Bashenko había llegado allí hacía siete días.

“Estaba en el primer piso, y la explosión del misil me arrojó 6 metros hacia el sótano”, recuerda Bashenko, y agrega que lo último que recuerda es estar en la habitación y que todo se oscureció.

Fue su esposa quien le salvó la vida. Katya Bashenko estaba a 250 kilómetros (155 millas) de regreso a su casa en Dnipro.

Generalmente lo llamaba por la mañana, y esa mañana no dejó de llamar.

Cuando Roman recuperó la conciencia tras caer por la explosión del primer piso al sótano, estaba cubierto de escombros y no podía moverse.

Oyó que su teléfono vibraba y comenzó a buscarlo escarbando con los dedos.

A pesar de las malas condiciones de las líneas de comunicación, lograron comunicarse. Katia avisó a los rescatistas que  ya habían inscrito el nombre de Bashenko en la lista de muertos en el ataque.

La operación de localizar y sacar a Bashenko tomó 13 horas. Tenía una grave lesión en la columna y actualmente está paralizado de la cintura para abajo.

Otros siete miembros de su equipo de 21 resultaron heridos y cinco murieron en la explosión.

La unica esperanza

Según los médicos en Ucrania, la única esperanza de que Bashenko recuperara la capacidad de caminar era recibir tratamiento en el extranjero.

A pesar del elevado costo del tratamiento, que pagan con sus ahorros y ayuda de amigos, Israel era la mejor opción disponible, dijeron ambos.

Israel, Suiza y EE. UU. aparecían como los mejores lugares del mundo para la neurocirugía que necesitaban. El coste de una clínica en Suiza superaba al de Israel, y entrar a EE.UU. requería de un visado, lo cual habría retrasado el tratamiento.

En una lesión de este tipo, el tratamiento y la rehabilitación pueden durar hasta seis meses, después de lo cual, hay un estancamiento. No podían esperar.

Docenas de ucranianos vienen a Israel para recibir tratamiento médico a través de acuerdos privados.

Según el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel, hasta ahora el gobierno ha traído a nueve niños ucranianos para tratamiento contra el cáncer, seis ucranianos heridos han recibido tratamiento médico y prótesis, y otros casos. Israel fue el único país en establecer un hospital de campaña temporal en el oeste de Ucrania, donde trataron a 6200 personas antes de su cierre a final de abril.

El embajador de Ucrania en Israel, Yevgen Korniychuk, dice que están contentos con la ayuda humanitaria israelí, pero su objetivo va más allá, buscando más cooperación técnica en defensa.

El embajador desconocía el caso de Bashenko, si bien había visitado a otros combatientes ucranianos, algunos de ellos equipados con prótesis pagadas por Israel. Los heridos de guerra requieren no solo tratamiento físico sino también ayuda psicológica crucial para lidiar con el trauma de la guerra y el consiguiente trastorno de estrés postraumático (TEPT).

Los médicos ven poco probable que Bashenko vuelva a caminar, un pronóstico menos optimista que el que recibió en Ucrania.

“Si puedo volver a caminar o no” depende de lo que suceda aquí en Israel, dice Bashenko. “Todavía no nos damos por vencidos”.

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