Enlace Judío – El líder del partido Hatzionut Hadatit, Bezalel Smotrich, reiteró su demanda de reformar la Ley del Retorno para que solo personas con un padre o una madre judíos puedan hacer aliá y reciban la ciudadanía automática, informó Haaretz.

“Mantenemos [nuestra posición]”, dijo Smotrich a la estación de radio ultraortodoxa Kol Barama y calificó las políticas de inmigración actuales como “una de las mayores amenazas para la demografía israelí, para la identidad judía y la asimilación en el país”.

“Esta es una bomba de tiempo social y judía con la que hay que lidiar. Insistimos en ello y continuaremos insistiendo en ello”, dijo.

Los comentarios de Smotrich llegan tras la declaración del primer ministro electo Benjamín Netanyahu minimizando la posibilidad de enmendar la ley.

Durante una entrevista con la cadena estadounidense NBC, Netanyahu declaró que si bien el tema conduciría a lo que llamó “un gran debate”, tiene “puntos de vista bastante firmes” y “dudo que tengamos algún cambio”.

Cualquier modificación de la Ley del Retorno “requerirá una deliberación realmente cuidadosa, y no simplemente sales y haces estas cosas”, afirmó Netanyahu. “Si miras mi historia y mi historial, he buscado soluciones creativas para este tipo de callejones sin salida, incluida la cuestión de la conversión”.

Preocupados porque demasiados inmigrantes en los últimos años no cumplen con la definición halájica de judío, los partidos religiosos que integrarán la próxima coalición de gobierno en Israel exigen reformar la ley para que solo personas con un padre o una madre judíos puedan hacer aliá.

Tal movimiento, que ha generado duras críticas de los judíos estadounidenses, significaría que casi 3 millones de personas con raíces judías, la gran mayoría en Estados Unidos, podrían perder su derecho a emigrar a Israel.

En promedio, solo alrededor de 3,000 estadounidenses hacen alía anualmente y la mayoría de ellos son judíos ortodoxos. Esto significa que, en la práctica, un cambio en la definición de elegibilidad no tendría un impacto importante sobre la aliá. “Pero simbólicamente, sería un cambio importante, y un movimiento muy tonto”, sostuvo el profesor emérito Sergio Della Pergola, el principal demógrafo de Israel.

Por su parte, el presidente de la Agencia Judía, Doron Almog, pidió al próximo gobierno de Israel abstenerse de cualquier reforma a la Ley del Retorno, afirmando el mes pasado que “a medida que se pone en marcha la desafiante tarea de formar un nuevo gobierno, creemos que es fundamental asegurar que nuestras relaciones con los judíos del mundo permanezcan intactas y logremos mantener el compromiso eterno de permitir que los judíos de todos los rincones del mundo hagan aliá“.

Hace varios años, Israel anunció que, por primera vez, más inmigrantes no judíos llegaron al país.

Según la Oficina Central de Estadísticas, 17,700 de los 32,600 inmigrantes que se mudaron a Israel en 2018 estaban sujetos a la Ley del Retorno, pero figuraban como “sin religión”.

Tales inmigrantes, provenientes en gran parte de la ex Unión Soviética y los países bálticos, son de ascendencia judía pero no pueden casarse como judíos bajo el sistema judicial rabínico controlado por el Estado. En 2017, había 11,400 de estos inmigrantes de una población migratoria de 29,100.

Actualmente existe en Israel un acalorado debate sobre la identidad judía, los estrictos estándares ortodoxos del país para convertirse al judaísmo y cómo integrar mejor a los nuevos inmigrantes en la vida de un Estado judío.

En ese momento, y previo a la ola de inmigración tras la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, ya había alrededor de 400,000 personas, en su mayoría de la ex Unión Soviética, viviendo en Israel que el Gran Rabinato no considera judíos. Tales inmigrantes y sus hijos están “atrapados en un vacío burocrático, sin poder casarse con la aprobación del Estado y sin obtener derechos básicos adicionales de la ciudadanía judía”, según el grupo de derechos religiosos Itim.

Reproducción autorizada con la mención siguiente: © EnlaceJudío