Enlace Judío- En la Holanda tolerante y próspera del inicio del Renacimiento nació, en 1632, Baruch Spinoza, quien a los 6 años de edad quedó huérfano de madre, permaneciendo bajo los cuidados de su padre. Baruj tuvo una infancia como cualquier otra.

Más tarde lograría escribir su nombre en la historia.

 

La infancia de Baruch no tuvo nada de especial, su padre le inculcaba continuamente el judaísmo con la esperanza de que Baruch se convirtiera algún día en Rabino.

Y efectivamente, el joven Spinoza aprendió mucho de religión, pero continuó leyendo, llegando a muchos autores con la intención de ampliar su conocimiento. Leía al filósofo inglés Thomas Hobbes y se sentía atraído, alejándose poco a poco de su inculcado judaísmo; leía también a René Descartes, y comenzó a ver su religión como un reglamento de inútiles ideas ancestrales. 

Cuando el padre de Baruch Spinoza murió, se sintió liberado para construir y escribir en base a su propia convicción.

Su intención era conciliar la fe y la razón

No era el primero en hacerlo, el filósofo Filón de Alejandría ya lo había intentado en el siglo I, de hecho, Filón había comparado la Torá con la sabiduría griega. 

 En tiempos más cercanos a la modernidad también existieron intentos de unir la ética con la racionalidad, lo hizo Ibn Gabirol e Ibn Paquda. Sin embargo, Spinoza añadió elementos que causaron gran alboroto en la sociedad de entonces, pues desvinculaba por completo la religión y la filosofía.

Así pues, aquel niño que había sido educado como judío ahora era un joven adulto que decía que Dios nunca se reveló, y que la Torá más bien es un texto humano que sirve para el pueblo de Israel como constituciónSin duda Baruch Spinoza se converitiría en un pensador que rompería paradigmas.  

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