“Un torbellino… que superó los límites de la tradición de su contexto”. Silvia Cherem recibe el Premio Mujer del Año 2022

Enlace Judío México e Israel – La escritora y periodista Silvia Cherem recibió el reconocimiento en medio de aplausos, ante la presencia de distinguidas personalidades de la política, la diplomacia, el medio cultural y la comunidad judía de México. Con un discurso marcadamente feminista, Cherem se dijo honrada por ser La Mujer del Año. 

En 1960, cuando Kena Moreno instituyó el premio a La Mujer del Año, Silvia Cherem estaba en el vientre de su madre.

El pasado 6 de diciembre le tocó a ella recibirlo, en un evento efectuado en el Museo Nacional de Antropología, al que se dieron cita personalidades muy relevantes del ámbito político, cultural y diplomático, como el embajador de Israel en México, Zvi Tal, la de Ucrania, Oksana Dramaretska y la exsecretaria de gobernación y también senadora Olga Sánchez Cordero, de Morena.

También llegó la senadora Beatriz Paredes, quien describió así a Cherem: “Desde mi perspectiva, Silvia también es un torbellino. Sí, pero también pertenece a esa cultura universal que poseen los miembros ilustrados de la comunidad en la que nació. De alguna manera, cuando conoces o te relacionas con una mujer de origen judío que sufrió y superó los límites de la tradición de su contexto y germinó las genialidades que distinguen a la comunidad y a la cultura judía, te encuentras con un representante de la civilización, con una representante de la civilización humana occidental y oriental que ha trascendido en el tiempo y que le ha dado sentido a la existencia de nuestra especie sobre la tierra. Por eso son del pueblo del libro: ver, descubrir, inventar, construir, crear”.

“Cuando me llamó Kena Moreno para decirme que me eligieron para ser la Mujer del Año 2022, un honor que jamás imaginé recibir, enmudecí y pensé que las palabras no brotarían”, dijo Cherem visiblemente emocionada. “Gracias, Kena; gracias, Patronato La Mujer del Año; me emociona enormemente ser galardonada, ser parte de la lista de grandes figuras que, rompiendo techos de cristal, desempeñándose con excelencia, han promovido la igualdad de las mujeres”, agregó.

También dijo que “este reconocimiento me compromete aún más a seguir tendiendo puentes, a aprovechar cada minuto para dar a otros, a seguir aprendiendo cada día e inventar caminos para mejorar este breve espacio que nos une en el tiempo infinito que llamamos vida.”

“Apenas ocho años antes de mi nacimiento, las mujeres tuvieron derecho a votar en elecciones en nuestro país, pero aún prevalecía la idea de que eran apéndices, propiedad de los hombres”, notó.

” La periodista Esperanza Brito, una de las feministas más aguerridas en México, se preguntaba entonces con cinco hijos en su haber, si pasaría sus próximas cuatro décadas de vida pelando papas, doblando calcetines, peinando niñas e inventando guisos”, recordó la escritora.

Haciendo alarde de la destreza narrativa que ha caracterizado su trabajo, ganador de importantes reconocimientos como el Premio Nacional de Periodismo, Cherem hizo un recuento de la lucha feminista en México, de la historia del premio y de su propia vida y trayectoria, desde ese hogar en el que creció y donde dijo, recibió una educación, si bien diametralmente opuesta a la de su hermano, hasta el momento presente.

“Qué privilegio, Mamina, tenerte hoy aquí conmigo para celebrar juntas el cambio de arquetipos por el que yo tanto luché hasta volverlos locos a ti y a mi papá, cuando trataban de convertirme en «mujer de bien». Ese impulso por el que sigo guerreando para destruir estereotipos que minimizan a las mujeres, que las arrinconan y marginan como mercancía, que nos restan voz”, dijo dirigiéndose a su madre.

Contra el destino que su sociedad y su familia le tenían deparado, “me rebelé porque sólo así podía entender el sentido de estar viva”.

“Desde la adolescencia temprana leí el Segundo sexo de Simone de Beauvoir y elegí mis batallas. Dos principalmente: levantar la voz en defensa de las mujeres y pronunciarme en contra del fanatismo, porque soy alérgica a quienes, desde cualquier púlpito: político o religioso, pregonan ser dueños de «la verdad».”

Sobre el feminismo, Cherem dijo que se trata de “una de las mayores transformaciones sociales de todos los tiempos, (que) ha sido la crítica más radical a la tradición del pensamiento occidental y a la estructura del poder en todos los ámbitos: político, económico, laboral e inclusive al interior de la familia.”

Añadió que “como hijas privilegiadas de un tiempo nuevo, el feminismo nos ha brindado una visión de género, adueñarnos de nuestro cuerpo y pensamiento, sacudir inercias, poner todo en duda, proponiendo y adoptando nuevos caminos con la consigna de que no hay verdad única ni universal.”

Cherem hizo un repaso de su vida como periodista, de sus encuentros y desencuentros con figuras públicas de la talla de Shimon Peres y Yasser Arafat.

También de los obstáculos que debió enfrentar por ser mujer, una mujer que pretendía abrirse camino y forjarse un nombre en un mundo plenamente dominado por los hombres.

También recordó que “la pandemia fue un parteaguas para todos, pero para mí, por suerte, en el mejor de los sentidos. El International Women´s Forum que tuve el enorme privilegio de presidir en ese momento de enorme incertidumbre, fue una escuela, un espacio que me permitió reconocer capacidades que yo no sabía que tenía.”

Finalmente, Cherem agradeció a su familia, a sus profesores, a sus editores, y a “tantos amigos que me han permitido aprender de ellos: los del Hamilton, los del CDI donde comencé mis pininos en el periodismo, los de la Anáhuac, los de la Ibero, las Amigas del Libro, los de Bet Hayladim, los del Ipade, las Hijas de la Pandemia, mis colegas periodistas, los amigos de mis hijos. También mis lectores, mis alumnos queridos y todos con quienes he tenido el privilegio de coincidir, de sumar visiones de mundo en este bendito trayecto de vida.”