Enlace Judío – En días pasados Irán anunció la muerte de una manifestante identificada como Aida Rostami, era médica y fue detenida por atender a manifestantes heridos en sus hogares.

Su cuerpo presentaba signos de tortura, con uno de sus ojos extirpado y la mitad de la cara aplastada.

El gobierno de Irán dice que murió en un accidente de auto. Los iraníes han realizado protestas de disidentes durante tres semanas con un saldo de 500 personas asesinadas, entre ellas 60 niños.

La sanguinaria República Islámica está ejecutando a manifestantes. Un nuevo término se coló en los eslogans de la gente, pidiendo el fin de las condenas a muerte y los ahorcamientos. La barbarie en plena acción, esto tiene que parar ya. 

Amnistía Internacional ha afirmado que las sentencias de muerte están diseñadas para “reprimir el levantamiento popular e infundir miedo entre la población”.

Las autoridades persas han manifestado que los “disturbios” son inspirados por enemigos extranjeros. Según la Agencia de Noticias de Activistas de Derechos Humanos hasta el momento, al menos 475 manifestantes han muerto y 18,240 han sido detenidos.

 


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