Enlace Judío – El oligarca ruso-israelí Roman Abramovich fue fotografiado este martes visitando el Muro de los Lamentos en la Ciudad Vieja de Jerusalén para el Bar Mitzvá de su hijo, Aaron, informó The Times of Israel.

Abramovich, de 56 años, expropietario del club de fútbol británico Chelsea, ha sido sancionado por Gran Bretaña y la Unión Europea por su supuesto apoyo al presidente ruso Vladimir Putin y la actual invasión de Ucrania.

El lunes, Canadá dijo que también sancionaría a Abramovich y confiscaría los activos vinculados a él.

Abramovich fue fotografiado en el Muro de los Lamentos, uno de los lugares más sagrados del judaísmo y un destino popular para los judíos de todo el mundo para celebrar un Bar Mitzvá.

Abramovich tiene ciudadanía israelí y ha sido visto en Israel varias veces desde la invasión rusa de Ucrania a principios de este año.

Los analistas han dicho que la invasión de Rusia ha sido un desastre personal para Abramovich, borrando miles de millones del valor de sus activos.

Según una lista actualizada de las personas más ricas publicada por el periódico The Times en mayo, las sanciones derrocaron a Abramovich de su posición como el hombre más rico de Israel con un patrimonio neto estimado de 6,900 millones de dólares, frente a los 14,500 millones del año pasado.

El primer puesto lo ocupó Eyal Ofer, director de Ofer Global Holdings, con una fortuna de 15,400 millones de dólares derivados de activos en las industrias inmobiliaria y de transporte marítimo, seguido por su hermano Idan Ofer, con 10,500 millones de dólares en intereses de transporte y energía.

A fines de marzo, Abramovich participó en las conversaciones de paz organizadas por Turquía entre Rusia y Ucrania, que no lograron resolver el conflicto.

Se hizo de la ciudadanía israelí en 2018, aunque no está claro cuánto tiempo pasa en el país, sin embargo, fue visto en el Aeropuerto Ben Gurion en marzo.

De manera controvertida, también tiene un pasaporte portugués al afirmar ser descendiente de judíos sefardíes.

Abramovich amasó una fortuna en las industrias del petróleo y el aluminio de Rusia tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991.

En 2005, el gigante energético estatal ruso Gazprom pagó 13 mil millones por la compañía petrolera Sibneft controlada por Abramovich, lo que permitió al Kremlin de Putin recuperar la influencia estatal en la lucrativa industria energética.

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