Enlace Judío – El rabino reformista y diputado del partido Avodá, Gilad Kariv introdujo un rollo de la Torá en la sección femenina del Kotel esta mañana, haciendo uso de su inmunidad parlamentaria para protestar contra el plan de los partidos ultraortodoxos de prohibir la lectura de la Torá dirigida por mujeres en el lugar sagrado, informó The Times of Israel.

Dentro de la sección de mujeres, Kariv descubrió el rollo de la Torá y lo abrió, mostrándolo a la multitud de mujeres que se encontraban en el área, provocando la ira de manifestantes ortodoxos.

Kariv ya ha utilizado su inmunidad parlamentaria para llevar un rollo de la Torá al Muro de los Lamentos, aunque en el pasado había permanecido en la parte trasera de la sección de mujeres. En este caso, se adentró en la zona y alzó el rollo de la Torá antes de ser escoltado hacia el exterior.

Como miembro de la Knesset, Kariv goza de una libertad de movimiento casi ilimitada, salvo en lo que respecta a la propiedad privada, así como de libertad de revisión, lo que, según el asesor jurídico de la Knéset, le permite introducir un rollo de la Torá en el Kotel a pesar de la norma oficial que lo prohíbe.

El incidente se produce en el marco de los servicios de oración mensuales organizados por la organización Mujeres del Muro, un grupo activista que aboga por la libertad religiosa, así como permitir a las mujeres leer la Torá en el Muro de los Lamentos.

Las Mujeres del Muro, que celebran sus servicios al comienzo de cada mes hebreo, o Rosh Jodesh, acusaron a los guardias de seguridad privados contratados por el rabino jefe del Kotel de violencia.

“La vergüenza y el desprecio hacia el Muro Occidental por el rabino jefe del Kotel y sus guardias continúa cada mes, y ahora esta violencia y profanación está recibiendo el apoyo de partes de la nueva coalición, incluidos los que solían protestar violentamente, denigrar e incitar contra las Mujeres del Muro”, declaró la organización.

“Seguiremos acudiendo al Kotel cada mes y rezaremos allí a nuestra manera, que es la costumbre local determinada por la corte y como lo hemos hecho desde hace 34 años”, afirmó el grupo.

Kariv fue duramente criticado por los legisladores ortodoxos, que lo acusaron de provocador y de abusar de su inmunidad parlamentaria.

“El uso cínico de un rollo de la Torá por parte de Kariv es exasperante, ya que está utilizando el objeto más sagrado para una provocación sin sentido”, dijo el diputado Amihai Eliyahu, del partido de extrema derecha Otzmá Yehudit.

El presidente del partido ultraortodoxo Yahadut Hatorá, Yitzhak Goldknopf, pidió al asesor jurídico de la Knéset investigar a Kariv por aprovecharse ilegalmente de su inmunidad parlamentaria.

“El Kotel pertenece a todos los judíos, pero con la condición de que respeten la tradición del lugar y la ley”, dijo Goldknopf.

Matan Kahana, diputado religioso moderado del partido Hamajané Hamamlajtí también criticó a Kariv, comparándolo con políticos ortodoxos extremistas.

“¿En qué te distingues del [líder del partido Noam] Avi Maoz y del presidente del [partido Hatzionut Hadatit, Bezalel] Smotrich? Los tres están llevando el discurso a los extremos. Todos ustedes son responsables de radicalizar el debate en la sociedad israelí”, dijo Kahana.

Kariv defendió la medida, diciendo que era necesaria a la luz de un “protocolo ilegal” emitido por el rabino jefe ultraortodoxo del Kotel, Shmuel Rabinovitch, después de que la Corte Suprema de Justicia dictaminara que las Mujeres del Muro podían celebrar servicios en el lugar sagrado.

En respuesta a ese fallo, que habría permitido la lectura de la Torá dirigida por mujeres, Rabinovitch dictó una nueva norma que prohibía llevar rollos de la Torá privados al Muro de los Lamentos, de modo que solo se pueden utilizar los rollos propios del lugar, que Rabinovitch no permite introducir en la sección de mujeres.

Kariv comenzó a hacer uso de su inmunidad parlamentaria para introducir un rollo de la Torá privado en la sección femenina a principios de este año.

En una declaración, Kariv vinculó la medida a una batalla más amplia que se libra actualmente en torno al Kotel y al prolongado fracaso en la aplicación del llamado Compromiso del Muro de los Lamentos, que habría otorgado un estatus oficial a las corrientes no ortodoxas del judaísmo en la gestión del lugar, aunque probablemente seguiría sin permitir la lectura de la Torá dirigidas por mujeres en la plaza principal.

Como parte del acuerdo de coalición alcanzado entre el Likud del primer ministro electo, Benjamín Netanyahu, y Yahadut Hatorá, ambos partidos acordaron mantener el “statu quo” de la segregación por g[enero en el Kotel, y añadieron que podría aprobarse una legislación para preservar esa situación.

“El Muro de los Lamentos nos pertenece a todos, no solo a Netanyahu, al rabino jefe del Kotel y a los partidos ultraortodoxos que echaron por tierra el compromiso histórico”, apuntó Kariv.

También relacionó la lucha progresista por el Kotel con el debate en torno a la libertad de religión y de culto. “Hay una línea que conecta la lucha por el Muro Occidental con la lucha contra la segregación de las mujeres en todas partes, y otras luchas contra la discriminación y la coerción religiosa”, enfatizó.

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