Enlace Judío – Dos exgobernadores del Banco de Israel, Karnit Flug y Yaakov Frenkel, advirtieron que la reforma judicial prevista por el nuevo gobierno podría rebajar la calificación de crédito internacional del país, informó The Times of Israel.

En un artículo de opinión publicado este domingo en el diario Yediot Aharonot, Flug y Frenkel estimaron que los cambios propuestos por el ministro de Justicia, Yariv Levin, tendrán un efecto dominó.

“Se espera que el debilitamiento del sistema judicial provoque una disminución de la disposición de inversionistas extranjeros para invertir en Israel, y un aumento del costo de obtención de fondos para el gobierno israelí como consecuencia de una posible rebaja de la calificación de crédito del país”, explicaron.

La amplia y controvertida reforma judicial propuesta por Levin busca limitar significativamente las facultades de la Corte Suprema de Justicia, otorgar al gobierno el control del comité de selección de jueces y restringir la autoridad de los asesores legales del gobierno.

Altos ejecutivos de la industria de alta tecnología, así como por gestores de fondos, denunciaron la reforma como un peligro claro y presente para la democracia israelí y el sistema de pesos y contrapesos en el Estado.

Flug y Frenkel dijeron estar “profundamente preocupados por las consecuencias económicas y los riesgos” inherentes a los cambios propuestos en el sistema judicial de Israel. Ambos aclararon que sus posturas se basan en muchos años de experiencia y participación personal para superar los desafíos de la economía israelí, y su conocimiento del funcionamiento de los organismos e instituciones económicas internacionales, como las agencias de calificación de crédito.

Destacaron ejemplos de los últimos años en países como Turquía, Hungría y Polonia, donde la reforma y el deterioro del sistema judicial debilitaron los pesos y contrapesos, y las autoridades estatales se vieron socavadas, aumentando enormemente el poder de los gobiernos. Los países han sufrido caídas de inversiones extranjeras y una rebaja de sus calificaciones de crédito.

“La situación de Israel está aún lejos de parecerse a la de países como Hungría y Polonia, y su situación es inmensamente mejor que la de Turquía, pero es importante comprender que existe una conexión entre procesos aparentemente no relacionados, como la habilidad del poder judicial de criticar al gobierno y la confianza en la economía, que afecta los resultados económicos”, escribieron Flug y Frenkel.

“Las medidas propuestas para debilitar el sistema judicial aumentan el riesgo de una reacción dura y dolorosa”, afirmaron.

Subrayaron que “la fortaleza, profesionalidad e independencia del sistema judicial es un factor central que determina el estatus de la economía israelí en la economía global”.

“En el mundo moderno, el crecimiento económico y la prosperidad requieren estabilidad y reglas del juego claras y estables que permitan un horizonte de planificación a largo plazo”.

“Basta que surjan dudas sobre el compromiso del gobierno con el principio de separación de poderes para que la imagen de Israel, crítica para los inversores en el país y en el extranjero, se vea perjudicada”.

“Ante la incertidumbre geopolítica y económica en todo el mundo, precisamente en un periodo tan delicado es muy fácil destruir una imagen económica, y muy difícil restaurarla”, advirtieron.

Mientras tanto, decenas de empresas israelíes, incluidos trabajadores de varias compañías de alta tecnología, realizarán una huelga de una hora el martes contra los planes legislativos del gobierno.

La agencia de calificación de riesgo Standard & Poor’s (S&P) anunció a principios de enero que los planes de reforma judicial, así como las políticas de línea dura del nuevo gobierno en Judea y Samaria (Cisjordania), podrían rebajar la calificación de Israel.

En una entrevista con Reuters, el director de Calificaciones Globales de S&P, Maxim Rybnikov, dijo: “Si los cambios anunciados en el sistema judicial marcan una tendencia de debilitamiento de las disposiciones institucionales de Israel y de los pesos y contrapesos existentes, esto podría presentar en el futuro riesgos a la baja para las calificaciones”.

En declaraciones al Canal 12, Frenkel dijo que el artículo de opinión es “un despertador que dice: ‘Despierten, están jugando con fuego. Hay un peligro real'”.

Frenkel añadió que la economía israelí “depende mucho de la economía mundial y de los inversionistas extranjeros. Cuanto mayores sean las inversiones, más creceremos y mayor será el nivel de vida de los ciudadanos”.

“La razón por la que las inversiones vienen a Israel es la calificación crediticia de Israel… Esa es nuestra tarjeta de presentación… los inversionistas miran esta tarjeta y se preguntan: ‘Más allá de las cosas habituales como la gestión económica, el déficit, el presupuesto, ¿tiene este país un sistema de contrapesos adecuados, existe una supervisión judicial adecuada del gobierno, su democracia es vibrante?”.

Señaló que Israel construyó una imagen sólida a nivel internacional lentamente, a lo largo de muchos años, y una gestión agresiva de grandes cambios en el sistema de gobierno podría ser desastrosa.

“La calificación no es simplemente una medalla… La calificación determina el interés que Israel paga y pagará por endeudarse con el extranjero. Este interés no es solo del Estado, es nuestro. Si la calificación baja, los intereses que pagamos subirán”, y la vida será más cara y difícil”, explicó.

La empresa de capital riesgo TLV Partners, con sede en Tel Aviv, advirtió la semana pasada que la reforma judicial del nuevo gobierno afectará a la industria tecnológica local.

“Si la democracia israelí se ve afectada, la industria de alta tecnología se marchitará o huirá al extranjero. Las mejores mentes se irán, empresarios israelíes establecerán empresas fuera de las fronteras del país, la calificación de crédito del país se verá afectada”, advirtieron los cuatro socios de la sociedad de capital riesgo en una carta abierta dirigida al público.

“Toda una industria que sostiene al país sobre sus hombros se verá obligada a buscar otro lugar donde florecer. El daño es enorme y afectará a todos: gente de izquierda, derecha, religiosos, seculares, árabes y judíos”.

En la protesta masiva del sábado en Tel Aviv, la directora ejecutiva de la plataforma de gestión de pagos Papaya Global, Einat Guez, afirmó que una democracia israelí debilitada ahuyentará a los inversionistas.

“Los 54,000 millones de dólares invertidos en el país no estarán aquí y las decenas de miles de trabajadores que se incorporaron a la alta tecnología no estarán aquí”, advirtió.

En respuesta a las preocupaciones, el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo en la reunión del gabinete que el Estado de Israel acaba de recaudar 2,000 millones de dólares de inversionistas internacionales en una oferta de bonos, informó Haaretz.

“Por supuesto, esto contradice completamente la campaña de miedo que los medios están dirigiendo contra el gobierno. No es solo una campaña de miedo; parece que esperan que no inviertan aquí. Esto se basa en las declaraciones de ex altos funcionarios. Los mercados no se lo creen. No solo no se lo creen. Van en dirección totalmente opuesta”, afirmó.

“Los mercados confían en nosotros porque saben que nuestra política económica seguirá fomentando el mercado libre, las iniciativas y la liberalización de la economía”, aseguró el mandatario.

“Hoy, como primer ministro, en el apogeo de la era tecnológica y de la información, vuelvo a decir a los inversionistas internacionales: Deben invertir en el Estado de Israel. Obtendrán grandes beneficios”.

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