Enlace Judío / Rab Berel Wein – En mi opinión, hay una fuerte conexión entre la parsha de Bshalach y Tu B’Shvat. Y la conexión se establece al menos de dos maneras.

La primera es que al pueblo judío se le promete que será llevado a la Tierra de Israel y “plantado” allí – t’veamo v’titoaymo. A un pueblo no se le conceden automáticamente derechos para residir en ninguna tierra. Estos derechos se ganan: el pueblo debe “plantarse” en el país para pertenecer realmente a él. Y la plantación requiere trabajo, cuidado, persistencia, oración y atención incesante. Por tanto, la relación del pueblo judío con la Tierra de Israel es precisamente la misma que la del agricultor con su huerto. El agricultor ha invertido todo su talento y esfuerzo en su huerto para asegurarse de que éste produzca frutos y le proporcione sustento. El pueblo judío debe invertir sus esfuerzos y su talento en la Tierra de Israel para ganarse el derecho a residir permanente en ella. De hecho, ésta ha sido la historia del retorno judío a la Tierra de Israel durante el último siglo y medio. El intento de “plantarnos” permanentemente en Tierra Santa es continuo e interminable. Todavía requiere nuestra atención cincuenta y un años después de la creación del Estado.

La segunda conexión entre Tu B’Shvat y Bshalaj tiene que ver con el bastón de Moisés que éste lleva consigo a la montaña para supervisar la batalla que Josué libra contra Amalec. El simbolismo del bastón vuelve a encontrarse en la Torá cuando el bastón de Aharón florece para demostrar su derecho al sacerdocio. Allí, el bastón de madera, aparentemente muerto, cobra vida y produce flores y frutos. Puede hacerlo porque está cerca del Arca del Señor. La espiritualidad, la Torah, la santidad pueden convertir lo que parece ser un bastón inanimado en un árbol vivo y productivo. Por lo tanto, el bastón es el símbolo correcto con el que llevar a cabo la guerra contra Amalec. Porque el poder de Amalec es físico, de muerte, destrucción y negatividad. El poder de Israel es de canto y santidad y transformación de lo físico en las bendiciones de lo espiritual. Estas lecciones de Tu B’Shvat y Shabat Shira son válidas hoy para nosotros como quizás nunca antes. Que podamos, por tanto, cantar la canción de Israel triunfante también en nuestras generaciones.

Fuente: torah.org