Enlace Judío – Un grupo de 7 académicos ganadores del Premio Nobel publicó una carta abierta este domingo expresando su “profunda preocupación” por la reforma judicial del gobierno de Benjamín Netanyahu, informó The Times of Israel.

Dirigiéndose a Netanyahu y al presidente Yitzhak Herzog, el grupo calificó la iniciativa de reforma como “cambio de régimen”, y agregó que la medida “tendrá un claro impacto negativo en la investigación y las instituciones de educación superior, que son el motor económico del país y motor de seguridad y garantizar su existencia continua”.

El grupo incluye al Premio Nobel israelí Avram Hershko, Ada Yonath, Aaron Ciechanover, Michael Levitt y Arieh Warshel, quienes recibieron el Nobel de Química; y Daniel Kahneman, quien recibió el Nobel en 2002 por sus contribuciones a la economía.

El químico estadounidense Roger Kornberg, quien ganó el premio en 2006 y se desempeñó como profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén, también firmó el documento.

La carta enumeró países con sistemas judiciales débiles como Turquía, Polonia y Hungría, destacando el hecho de que ninguno de ellos es un importante contribuyente en las ciencias.

“Países donde el régimen político fijó la agenda para la investigación y la educación superior perdieron su excelencia científica”, decía la carta. “La investigación científico-tecnológica y la educación superior avanzada prosperan en países democráticos donde existe una clara separación de poderes”.

De aprobarse, la reforma permitiría al gobierno anular decisiones judiciales con una mayoría absoluta en la Knéset y le daría pleno poder sobre los nombramientos de los jueces de la Corte Suprema de Justicia.

El gobierno de Netanyahu defiende la reforma como necesaria para un balance correcto de los tres poderes del Estado, a razón de lo que ve como una excesiva influencia de años del Poder Judicial sobre el Legislativo y Ejecutivo.

Los críticos argumetnan que la reforma elimará el papel del Poder Judicial como contrapeso del gobierno y permitirá perjuicios a los derechos humanos.

La propuesta ha provocado un vociferante rechazo de muchos segmentos de la sociedad, incluidos los trabajadores de los sectores tecnológico y financiero.

“El desarrollo científico y el ingenio tecnológico requieren total libertad”, dice la carta. “En países que debilitaron su sistema de justicia, también debilitaron sus economías, lo que resultó en recortes presupuestarios para instituciones de investigación y educación superior”.

La carta también sostiene que, entre otros impactos, se socavaría la “condición de la mujer en el mundo académico” y que la fe del público en todas las instituciones de educación superior se vería afectada negativamente.

“Hacemos un llamado al presidente para que escuche alto y claro las voces que se pronuncian en contra de los cambios propuestos, al primer ministro para que regrese a la postura que adoptó hasta hace poco y a los miembros de la Knéset para que presten atención a nuestro llamado y pisen el freno”, añade.

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