Enlace Judío – Hace algunas horas el presidente Yitzhak Herzog hizo un importante llamado a los miembros de la Knéset y al pueblo pidiendo, entre otras cosas, una tregua y una revisión radical de la legislación auspiciada en estos días por el gobierno de Benjamín Netanyahu.
El inmediato rechazo de esta solicitud por parte de Netanyahu y la realización de su programado viaje a Alemania dieron lugar pocas horas después a públicas protestas en las principales ciudades del país.
Cabe indicar que la conducta de las policías en el país ha sido hasta aquí prudente y mesurada. Los numerosos manifestantes ponen énfasis en la marcada desigualdad entre los ciudadanos laicos y los núcleos ortodoxos que se abstienen del servicio militar y que apenas contribuyen al desarrollo económico del país.
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Servicios como medicina y los adelantos en física, cibernética e incluso historia apenas suscitan en ellos algún interés. Pero bien aciertan a sacar partido de ellos. Confían como en otros tiempos que los israelíes seculares o religiosos moderados les suministrarán los servicios indispensables, incluyendo la defensa militar del país.
Cabe anticipar que Netanyahu será recibido con elocuente frialdad en Berlín, y que los judíos que viven hoy en este país no dejarán de manifestar críticas severas a su persona tal como lo hicieron recientemente en Italia.
Las sugerencias voceadas por el presidente Herzog apenas resultan hoy aceptables para el diputado Simja Rothman que se domicilia en tierras que pertenecen a la Autoridad Palestina.
Junto con Yariv Levin, continuarán adelantando cambios radicales en la elección de jueces conforme al decisivo peso que han logrado en la Knéset en la aprobación de decisiones esenciales del país.
La devaluación del shekel y la caída de valores en la bolsa israelí son efectos inmediatos de estas actitudes. Por añadidura, cabe pensar que Herzog renunciará a su alto puesto debido a las injustas objeciones ya enunciadas por Netanyahu y sus partidarios.
El resultado: una crisis civil sin precedentes que puede tentar a enemigos del país a agredirle con desiguales medios. Situación que debería inquietar a las comunidades judías dispersas en el mundo. Mientras tanto la franca inestabilidad y el oscuro futuro nos abruman.
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