En febrero, las expectativas de los estadounidenses respecto a la evolución de la inflación a corto plazo cayeron a mínimos de hace casi dos años, lo que podría restar presión a la Reserva Federal (FED) para que continúe con el incremento de las tasas de interés, en medio de las recientes incertidumbres provocadas por las turbulencias en el sistema bancario.

En la primera de una serie de lecturas claves sobre la inflación, la Encuesta de Expectativas de los Consumidores de la Fed de Nueva York mostró que los encuestados creen que la inflación se situará en 4.2% de un año. Se trata de una caída notable respecto a la expectativa de 5% en enero y la lectura más baja desde 4% registrado en mayo del 2021.

Todavía días antes de la Convención Nacional Bancaria, celebrada la semana pasada en Mérida, los especialistas encuestados por el Banco de México preveían que las tasas de interés de referencia registrarían dos incrementos de al menos 25 puntos base y alcanzar el 11.5% al cierre del primer semestre del año y permanecer en ese nivel todo el segundo semestre. Pensaban que sería hasta el año 2024 cuando inicio el ciclo de reducciones y cerrar el año que entra en alrededor de 8.6%.

Sin embargo, lo que se está observando en los sistemas de bancos de EE. UU. y Europa, por ejemplo, están ocasionando revisiones a la política monetaria de ajuste a las tasas de interés, porque los bancos tienen que estar pagando más rendimientos a los inversionistas, pero con plazos más cortos de tiempo y menor liquidez.

 


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