Enlace Judío – En la cultura y el imaginario popular suele haber una apreciación especial por los primeros encuentros, los inicios, los momentos en que las cosas cambian repentinamente. No se si sea correcto o no, pero pareciera haber algo en esos instantes que traen consigo una fuerza importante que marca la historia que se desenvuelve después. En unos días se celebra Pésaj, es junto con Kipur una de las festividades más respetadas y celebradas de la práctica judía; desde judíos ateos hasta jaredíes le dan un valor especial a Pésaj. Quizás es porque la salida de Egipto (lo que celebramos en Pésaj) en muchos sentidos podría considerarse el inicio del pueblo judío como nación.

Uno de los temas centrales de la festividad es la libertad; a la misma se le da varios significados dentro de las prácticas propias de Pésaj y dentro de los textos que rodean a la festividad. Las preguntas sobre qué quiere decir libertad, si hay grados en el misma y cuándo se considera que somos libres toman una especial relevancia en estas fechas a través del entramado cultural judío. A continuación hablaremos sólo de algunas formas en que la libertad como concepto es abordada en Pésaj.

Libertad mental y libertad material

Hay una parte de la Hagadá de Pésaj (el texto que se lee durante la cena de Pésaj) donde uno recuerda que nuestros antepasados hicieron idolatría. ¿Por qué es importante recordarlo? La respuesta que da el Talmud es que uno en la cena de Pésaj pasa de la miseria a la plenitud, de la esclavitud a la libertad. En el tratado de Pesajim hay una discusión sobre cuál fue la desgracia de nuestros antepasados, ¿de qué debemos de avergonzarnos? Uno de los rabinos contesta de la esclavitud; otro de la idolatría.

Esto se llega a entender de varias formas, pero distintos rabinos señalan que uno de los talmudistas habla de la importancia de la libertad mental; mientras que el otro de la libertad física. Nunca se sabe que condiciona a un pueblo a la esclavitud: las condiciones materiales reducidas en la que sus integrantes subsisten, o la falta de educación e idiosincrasia que les permita liberarse. Las dos generan un círculo vicioso cuando hay condiciones de explotación. La persona, y los pueblos, no puede liberarse porque mentalmente, emocionalmente no tiene la preparación o la autoestima o por qué las condiciones materiales la mantienen en un estado constante de alerta. El judaísmo plantea la libertad desde estos dos ángulos libertad desde la creación y aceptación de un pensamiento propio, y la libertad desde el ser independiente materialmente.

La voluntad interna vs el deseo

Otra forma de ver la libertad es desde el fomentar la fortaleza interna. Durante toda la festividad de Pésaj está prohibido comer lo que se conoce como jametz que es primordialmente pan leudado (también se prohíben todos los productos hechos a base de cereal con los que se podría hacer pan). Sin embargo, es una obligación en el seder de Pésaj (el rito en la cena) comer matzá, que es pan no leudado. Hay muchos simbolismos que se adjudican a este contraste; uno de ellos es el de la voluntad interna.

La matzá a veces es el pan de la libertad y a veces el de la esclavitud; lo mismo ocurre con el jametz, pues el pan leudado representa abundancia: uno tiene el suficiente tiempo para dejarlo reposar y leudar. Así mismo representa el materialismo y la tentación; en Pésaj uno no debe hacerse esclavo de los deseos y debe separarse de comer ese tipo de pan. La libertad en el momento de la abstención se ve como el poder de control y la fuerza de voluntad interna.

Independencia nacional y Redención

Uno de los elementos más importantes de Pésaj es justo el sacrificio de Pésaj. Es el momento en que los judíos sacrificaron el carnero y pintaron los marcos de sus puertas con la sangre del mismo.

Ese sacrificio fue la primera vez que se unieron como pueblo. Implico negar los dioses ajenos y unirse a través de la veneración a un sólo D-os; era también un acto de humildad donde cada uno de los participantes reconoció que había un poder moral más fuerte que el mismo.

La liberación de Egipto, la apertura del mar, las plagas implican no sólo la libertad para los hebreos, sino también la Revelación de D-os al mundo a través de un pueblo y el carácter moral que éste desarrolló. Es la aceptación de un orden ético mayor que genera sintonía en el mundo. La libertad en este sentido tiene dos caras por un lado fue a través de la conformación de una nación, de la unión de un pueblo y por el otro también a través del reconocimiento de una divinidad.

La libertad como un proceso

Otra forma en que se ve la libertad es con las frases que D-os usa para liberar al pueblo judío de los egipcios. En este caso la libertad se ve como un proceso paulatino que el pueblo va asumiendo, incluso después de la salida de Egipto, en su comunicación con D-os a lo largo de su travesía por el desierto. A veces se compara los estados de libertad con las festividades que configuran la conformación del pueblo judío.

De esta forma se habla de que la primera manera de ser libre, la más básica es la independencia material el poder tomar tus propias decisiones sobre tus acciones. El segundo es el poder tener una ética propia un pensamiento particular, además de un sentido algo por lo cual existir; esto es representado por Shavuot y la entrega de la Torá. Mientras que la última forma de libertad se entiende como la plenitud vivir con alegría en el mundo que te rodea; esto es representado por Sucot.