En Barcelona hay preocupación por los últimos sucesos acaecidos en días muy significativos en el calendario judío: Yom Hashoah y Yom Ha’atzmaut.
En ambos días, aparecieron pintadas en dos sinagogas de la ciudad. En la Comunidad Israelita de Barcelona, CIB, y en la de Jabad Lubavitch.
Esta escalada de antisionismo, tiene su origen en la política llevada a cabo por el Ayuntamiento de Barcelona, fomentada por la alcaldesa Ada Colau y los grupos Barcelona en Comú-Podemos y Esquerra Republicana, y con el lamentable silencio, del resto de grupos políticos que conforman la oposición.
El acto de “romper el hermanamiento con Tel Aviv”, con nuestra ciudad es la gota que colmó el vaso, de desatinos y actos hostiles hacia Israel, por parte del equipo de gobierno del Ayuntamiento de la ciudad. El socialista Collboní no apoyó la propuesta del equipo de gobierno.
La Sra. Colau, además, se otorga capacidades políticas para tomar decisiones que no tiene, evidenciando su falta de conocimiento de las leyes. Romper relaciones con Israel solo puede hacerlo el Gobierno de España. Ella lo hace y aquí nadie dice nada…
“Romper el hermanamiento con Tel Aviv, con nuestra ciudad es la gota que colmó el vaso”
Este no es el espíritu de la ciudad. Barcelona es integradora, tolerante, abierta, donde cualquiera es bienvenido sin importar cuál es su origen. ¿Por qué entonces están ocurriendo estos hechos tan lamentables?
Una política extremadamente radical, transmite a la sociedad, sentimientos racistas, y según qué sectores, los hacen suyos, con la convicción de que las cosas son como las cuentan estos grupos, xenófobos y muy poco democráticos.
Desde la Generalitat, tampoco se mejora la situación, sino todo lo contrario. El Parlament aprobó el pasado junio una moción en la que se consideraba un “crimen de apartheid” la política que aplica Israel en Palestina, en este caso, con el voto del PSC. La embajada de Israel, y en su nombre la Embajadora Rodica Rodian-Gordon expresó su malestar.
El Presidente de la Federación de Comunidades Judías de España Isaac Benzaquén, en su reciente viaje a Barcelona declaró que se han dirigido varias veces a la alcaldesa, pero no les quiere recibir.
Pues debería, es su obligación, su puesto lo exige, ella es alcaldesa de todos los que vivimos en Barcelona. Pero para Colau eso no es así, su prepotencia y su soberbia, está llevando a la ciudad a unos niveles hasta ahora nunca conocidos.
Para Benzaquén estas situaciones les preocupa y mucho, el aumento del antisemitismo se trasmite en la pintadas de las sinagogas de Barcelona, “Palestina libre del rio al mar”, este es un mensaje que transmite que a los judíos de Israel hay que echarlos al mar. Lamentable.
“Isaac Benzaquén, en su reciente viaje a Barcelona declaró que se han dirigido varias veces a la alcaldesa, pero no les quiere recibir”.
Según Isaac Levy, Presidente de LICRA, en Barcelona, nos encontramos en un punto muy alto de antisemitismo, en el que tiene gran influencia la política dirigida en el ayuntamiento por dos grupos políticos; “Esquerra republicana y En Comú-Podemos que son dos partidos, que han demostrado tener un antisionismo muy obsesivo” y ese antisionismo tan obsesivo ha llevado a un antisemistismo, que viene del propio poder. Lo ocurrido con el hermanamiento con Tel Aviv, ha hecho que se diera carta blanca a todos los actos que son anti israelíes. Las pintadas no hacen referencia al tema religioso, hacen referencia al conflicto palestino israelí, así que podemos decir que el antisionismo, es la forma contemporánea del antisemitismo.
Las Comunidades Judías de Barcelona forman parte muy importante de la ciudad, sus ciudadanos los quieren y los respetan, son judíos, catalanes, barceloneses y españoles.
Tienen los mismos derechos y obligaciones que todos, y aportan a Barcelona cultura, negocios, y muchas otras cosas, que enriquecen a nuestra ciudad de una forma muy importante. Grandes empresas y marcas, son de propietarios judíos, la ciudad les debe mucho por la gran proyección a nivel internacional que le aporta.
A los israelíes les encanta nuestra ciudad, y a nosotros nos encanta que nos visiten. No vamos a permitir que esto cambie. Nuestras relaciones siempre han sido buenas y cordiales, y así deben de seguir.
El próximo 28 de mayo, tenemos elecciones municipales, esperamos que las cosas cambien en el Ayuntamiento, y que todo vuelva a ser como antes, que dejen de suceder cosas tan lamentables. Barcelona merece un consistorio de otro nivel y talante, por el bien de todos, judíos y no judíos. No podemos permitirnos otros cuatro años con ese tipo de política en nuestra ciudad, estamos pagando un alto precio a todos niveles.
Barcelona tiene que ser otra vez la ciudad hermanada con Tel Aviv, abierta, tolerante, comprometida, acogedora, donde actos como los vividos recientemente no tengan cabida.
El 28 de mayo, es la fecha… depende de todos nosotros.
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