Enlace Judío – La cultura judía es sumamente amplia y variada. Ha existido a lo largo de la historia en todo tipo de lugares y latitudes. Y eso ha hecho que se pueda expresar y vivir desde muchos espacios: desde el arte, el cine, la literatura, la historia, la música, las tradiciones, la religión y el folclor. Y en cada una de las expresiones podemos encontrar una forma distinta de ser judío y del encuentro con lo que el judaísmo es. La cosmovisión jasídica es parte de esa riqueza, a la par de las historias folclóricas que se derivan de ella. Enseñan un tipo de sabiduría muy particular. Las siguientes historias fueron recopiladas por Martín Buber y son un ejemplo de las mismas.


Aferrarse a la vida


El rabí Bunam dijo:
“En Año Nuevo el mundo comienza de nuevo, y antes de que comience de nuevo, llega a su fin. Al igual que antes de morir, todas las fuerzas del cuerpo se aferran con fuerza a la vida, así el hombre en el cambio de año debe aferrarse a la vida con todas sus fuerzas”.

(Tales of the Hasidim, Buber)

To Clutch at Life

Rabbi Bunam said:
“On New Year’s the world begins anew, and befor it begins anew, it comes to a close. Just as before dying, all the powers of the body clutch hard at life, so man at the turn of the year ought to clutch at life with all his might and main.”

(Tales of the Hasidim, Buber)

Análisis

En esta historia se habla de Rosh Hashaná (el año nuevo judío), es uno de los Yamim Noraim (Días Terribles) porque se considera un momento en que D-os juzga al hombre y que uno debe aprovechar para cambiar y superarse “hacer teshuvá” como coloquialmente se dice. Lo bello de estos diálogos es que asemejan a la vida con el cambio y con el renovarse. Uno se aferra a la vida como el mundo se aferra también a renacer.


Yo soy la plegaria


Esto es lo que rabí Bunam dijo sobre el versículo del salmo: “Y yo soy la plegaria”.

“Es como si un hombre pobre, que no ha comido en tres días y cuyas ropas están hechas harapos, se presentara ante el rey. ¿Es necesario que diga lo que quiere? Así es como David se enfrentó a D-os: él era la oración”.

(Tales of the Hasidim, Buber)

I am Prayer

This is waht Rabbi Bunam said concerning the verse in the psalm: “And I am prayer.”

“It is as if a poor man, who has not eaten in three days and whose clothes are in rags, should appear before the king. Is there any need for him to say what he wants? That is how David faced God – he was the prayer.”

(Tales of the Hasidim, Buber)

Análisis

En esta historia se resaltan dos cualidades de la relación con D-os que el hombre puede establecer. Una es la de la entrega absoluta, decir “yo soy la plegaria” habla que no hay una separación entre el servicio que el individuo da a D-os y quien es como persona. El mismo la persona no tiene nada más que a D-os. También habla de la dependencia absoluta de D-os, alguien que reconoce que todo le fue dado desde una misma fuente.


Las muestras del perdón


“En esta época, en la que no hay profetas”, dijo una vez el rabí Bunam a sus discípulos, “¿cómo podemos saber cuándo un pecado que hemos cometido ha sido perdonado?”.
Sus discípulos dieron varias respuestas, pero ninguna agradó al rabino. “Podemos saberlo”, dijo, “por el hecho de que ya no cometemos ese pecado”.

(Tales of the Hasidim)

The Signs of Pardon

“In this day and age, when there are no prophets,” Rabbi Bunam once said to his disciples, “how can we tell when a sin we have committed has been pardoned?”
His disciples gave various answers, but none of them pleased the rabbi. “We can tell,” he said, “by the fact that we no longer commit that sin.”

(Tales of the Hasidim)

Análisis

La última frase de la historia es una sabiduría muy grande, como humanos nos enseña varias cosas. Una es que no somos la forma en la que actuamos y por eso mismo siempre podemos corregir nuestros errores. Uno puede cometer actos de los que se avergüenza o rechaza como propios, sin embargo, esos actos no son lo que somos; es solamente la manera en que actuamos en ese momento. Siempre pueden enmendarse los errores y hecho de que no los cometamos nuevamente quiere decir que cambiamos como personas. Al mismo tiempo se señala la enorme dificultad que implica cambiar de hábitos, tristemente uno se acostumbra a actuar indebidamente.

Otra belleza de la historia es que demuestra la inutilidad de la culpa una vez que se ha cambiado de actuar. El daño está en el acto mismo, pero al cambiar nosotros enmendamos la transgresión.