Comandantes superiores del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán (IRGC) están utilizando una organización estudiantil en Londres para canalizar propaganda antisemita extremista y llamamientos a la violencia a las universidades británicas, según The Jewish Chronicle.
Altos comandantes de los temidos cuerpos iraníes utilizan la organización de Londres para canalizar propaganda antisemita extremista y llamar a la violencia en las universidades británicas.
Los oradores, algunos de los cuales están sancionados por Gran Bretaña por abusos a los derechos humanos, han jugado un papel clave en el aplastamiento de la disidencia en Irán.
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Es la primera vez que se ve que los comandantes del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán desempeñan un papel directo en la difusión de propaganda del régimen en el Reino Unido.
The Jewish Chronicle ha identificado a ocho líderes del IRGC que se han dirigido al público estudiantil del Reino Unido desde principios de 2020.
Las grabaciones obtenidas por este periódico revelan que un comandante, Saeed Ghasemi, les dijo a los estudiantes británicos que el Holocausto era “falso”, se jactó de haber entrenado a terroristas de al-Qaeda e instó a su audiencia a unirse a “la hermosa lista de soldados” que lucharían y matarían judíos en una guerra apocalíptica venidera.
Otro, Hossein Yekta, afirmó que los judíos “crearon la homosexualidad” e instó a su audiencia a “levantar la bandera de la revolución islámica, el Islam y el martirio”. Los estudiantes deben verse a sí mismos como “guerreros santos”, dijo, prometiendo que la “era de los judíos” pronto llegará a su fin.
Las revelaciones provocaron renovadas demandas de los principales parlamentarios y expertos en seguridad para que el gobierno proscriba al IRGC como grupo terrorista, convirtiendo la organización de conversaciones similares en un delito penal. El Foreign Office se ha resistido a la medida.
Las charlas, transmitidas en vivo desde Irán y vistas por decenas de miles de personas, fueron organizadas por la Asociación de Estudiantes Islámicos de Gran Bretaña, que tiene una red de sucursales en todo el país.
Tiene su sede en una iglesia metodista convertida en Hammersmith, al oeste de Londres, a solo una milla de una sinagoga.
Su presidente, Mohammad Hussain Ataee Dolat Abadi, un leal al régimen, recibió una rara audiencia con el ayatolá Ali Khamenei en enero. El líder del régimen iraní elogió sus actividades.
A raíz de las revelaciones, Sir Richard Dearlove, el exjefe del MI6, encabezó los llamamientos para proscribir al IRGC para prohibir sus actividades de propaganda. “Parece clara la necesidad de una fuerte acción preventiva”, dijo.
La parlamentaria conservadora Alicia Kearns, presidenta del comité de Asuntos Exteriores, dijo: “Al organizar conversaciones tan despreciables, la Asociación de Estudiantes Islámicos de Gran Bretaña actúa, en el mejor de los casos, como un brazo de propaganda voluntario del régimen iraní, y en el peor, como un agitador de iniciativas patrocinadas por el terrorismo de estado.
“Transmitir ideas yihadistas y profundamente antisemitas de los miembros principales del IRGC a los estudiantes de Gran Bretaña es un acto descarado de radicalización. Debemos perseguir y enjuiciar a los responsables que intentan incitar a la violencia aquí en el Reino Unido”.
El secretario de Relaciones Exteriores en la sombra, David Lammy, agregó: “La invitación de los comandantes del IRGC y otros oradores que glorifican sus acciones para hablar con los estudiantes británicos es increíblemente preocupante. Se necesita una acción enérgica ya”.
El experto en seguridad e inteligencia Anthony Glees, profesor emérito de la Universidad de Buckingham, dijo: “Este tipo de penetración es un desarrollo peligroso que bien puede estar dañando la seguridad nacional. Estados Unidos ha proscrito a estas personas y nosotros también deberíamos hacerlo”.
El exsecretario del Brexit, David Davis, agregó: “El estado británico se ha resistido durante mucho tiempo a la proscripción del IRGC.
“La investigación de JC proporciona evidencia clara de los peligros de permitir que esta organización opere sin restricciones.
“Representa una amenaza para la vida y para el Reino Unido, y es hora de que el Foreign Office actúe para evitar que esto suceda”.
Un portavoz de la CST dijo: “Si alguien que habla en este país hubiera hecho estos comentarios de odio, sería procesado por ello. Los organizadores y anfitriones de estas charlas deben rendir cuentas”.
Se contactó al presidente de la Asociación de Estudiantes Islámicos de Gran Bretaña, Ataee Dolat Abadi, para hacer comentarios.
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