El desgarrador drama “Memory” de Michel Franco obtuvo una fuerte ovación de ocho minutos en el Festival de Cine de Venecia el viernes por la noche mientras las estrellas Jessica Chastain y Peter Sarsgaard se secaban las lágrimas.
Franco, Chastain y Sarsgaard se abrazaron mientras el público los vitoreaba, y cada uno tomó su turno para aceptar los aplausos. Después de que la multitud aplaudió durante varios minutos, Chastain estaba visiblemente emocionada, secándose los ojos mientras sonreía con orgullo. A Sarsgaard también se le llenaron los ojos de lágrimas y su esposa Maggie Gyllenhaal estaba allí para capturarlo todo, grabando un vídeo de la ovación.
“Memory“, que se estrenó el viernes en el Festival de Cine de Venecia, encierra en sus 100 minutos más enigmas morales de los que muchos directores logran en toda su carrera.
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Ha acumulado premios y parece encaminado a recibir un reconocimiento aún mayor con el nuevo y conmovedor drama protagonizado por Jessica Chastain, pero Michel Franco no tiene ningún interés en ser atraído a Tinseltown.
Con Chastain como una alcohólica en recuperación que conoce a un paciente con demencia, interpretado por Peter Sarsgaard, aborda el trauma enterrado, la debilidad de la memoria y los derechos de las personas discapacitadas a controlar sus propias vidas.
Franco escribió y produjo “Memory“, como ha hecho con todas sus películas.
Con sólo 44 años, ha cubierto una amplia gama de temas vitales en su trabajo, desde un golpe militar de pesadilla en “New Order” (que ganó el Gran Premio del Jurado en Venecia en 2020) hasta una enfermedad terminal en “Chronic” (mejor guión en Cannes en 2015), hasta el acoso adolescente en “Después de Lucía” (ganadora de la sección Una Cierta Mirada en Cannes en 2012).
Esta última atrajo al renombrado actor Tim Roth (“Pulp Fiction”), quien desde entonces apareció en dos de las películas de Franco, “Chronic” y “Sundown“.
Pero a pesar de trabajar ahora con una de las mayores estrellas de Hollywood como Chastain, Franco está decidido a no seguir a directores mexicanos como Alfonso Cuarón, Guillermo del Toro y Alejandro González Iñárritu a Los Ángeles.
“Donde me siento cómodo es en Ciudad de México. Hay menos reglas”, dijo Franco a la AFP en Venecia.
“Lo que es muy interesante de Estados Unidos son los actores. En México hay buenos actores, pero las grandes ligas están en Nueva York, en Los Ángeles”, explica.
“Nunca trabajaría en Hollywood”, dijo. “Nunca trabajaría en un estudio donde no tengo el montaje final de mi película”.
Tampoco es fanático de los servicios de streaming, a los que califica como “los enemigos de los cines”.
‘Inseguridades, miedos’
En vísperas del estreno de “La memoria”, Franco dijo a la AFP que tuvo que profundizar en sus inquietudes por el guión.
“Uno de mis mayores temores es perder la cabeza. Por eso me interesa explorar la demencia”, dijo Franco a la AFP.
Pero insiste en que sus películas no nacen del deseo de abordar un tema en particular.
“‘Crónica‘ surgió al ver a la enfermera que cuidaba a mi abuela, la tenía ahí frente a mí todos los días”.
Para “Memory“, la chispa inicial fue imaginar que seguían a alguien a casa después de una reunión de la escuela secundaria, que es como se conocen los personajes principales.
“No sabía por qué ni quiénes eran. Pero eso fue lo primero que se me ocurrió”, dijo Franco.
Los padres suelen fallar a sus hijos en las películas de Franco, pero él dice: “Intento no verlos como villanos porque entonces carece de interés.
“Me interesan las personas rotas, que no han terminado de inventarse del todo. Las personas con inseguridades, con miedos, me dan más confianza que las que creen tenerlo todo claro”, añadió.
Sus guiones son brutalmente precisos, pero nunca están sobrecargados de diálogos explicativos, prefiriendo dejar que las actuaciones y los detalles visuales hagan el trabajo.
“Cuanto más pueda lograr sin diálogo, mejor. La regla es ‘menos es más'”, afirmó.
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