Hamás sí decapitó bebés, confirma líder de rescatistas de las FDI, en entrevista exclusiva

Las atrocidades cometidas por Hamás contra la población civil en el sur de Israel sorprendieron a los soldados que liberaron ciudades y Kibutzim tras el ataque del 7 de octubre. Conforme la información comienza a asentarse después del caos inicial, van surgiendo detalles escalofriantes. 

 

 

“Vi todo lo que te puedas imaginar”, dice Golan Vach, líder del equipo de rescatistas de las FDI que, seis años antes, estuvo en México para intentar rescatar de entre los escombros a las víctimas del terremoto del 19 de septiembre de 2017. 

Pero no se refiere a lo que vio en aquella ocasión sino a lo que él y sus soldados encontraron al ingresar al kibutz Beeri, la noche del sábado 7 de octubre. 

“Vi bebés decapitados. Yo, personalmente, vi uno, pero escuché otras historias de bebés decapitados. Vi a un soldado decapitado. Vi a mujeres con las manos esposadas en la espalda, completamente desnudas. Vi un montón de bebés quemados; niños, ancianos… Ellos masacraron a los civiles”. 

Como ya había declarado a la agencia EFE, Golan Vach confirmó a Enlace Judío que, entre los 40 bebés asesinados por Hamás en ese kibutz, al menos uno fue decapitado y muchos más, quemados. Por cruenta que parezca, la situación pudo ser incluso peor. 

“Fuimos afortunados de tener varios cientos de héroes de las unidades especiales, y muchos voluntarios, que irrumpieron en los kibutzim y evitaron que  el vicioso ataque se propagara por todo el sur de Israel. Los detuvieron (a los atacantes) en las rejas de los kibutzim. Enfrentamos momentos horribles pero creo que lo peor ya quedó atrás”. 

Vach relató a Enlace Judío que fue hasta la noche del sábado que él y su equipo de búsqueda y rescate arribó al kibutz mencionado. Antes “debía reclutar y delegar a mis soldados”, explicó. “Necesitaba prepararlo para la batalla pero en algún momento los dejé y yo tomé mi equipo y bajamos al sur y entramos a todas las zonas “calientes”. 

No oculta la ira que siente cuando escoge sus palabras: “Tuvimos la suerte de matar a dos terroristas y evacuamos 250 cadáveres. La mayoría, quemados. Fue una semana muy, muy difícil. Pero hoy nos estamos preparando para la siguiente etapa, para cobrar el precio y asegurar las condiciones de reconstrucción de las comunidades arruinadas”. Estas condiciones incluyen, desde su punto de vista, que no haya posibilidad de que una tragedia como esta se repita. 

Los bebés asesinados

Un intenso debate se suscitó en días resientes cuando un medio israelí, citando las declaraciones de un soldado, habló de hasta 40 bebés decapitados por Hamás en tierra israelí. Incluso el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, habló de este hecho, aunque después su oficina rectificó la información. 

La nota fue retomada por diarios y portales de noticias de todo el mundo, pero nadie fue capaz de verificar la información. Hoy, en entrevista, Vach nos acerca un poco más a la verdad. 

 “Había 40 bebés asesinados” aclara. “No sé cuántos fueron decapitados pero yo personalmente vi uno. Puedo decirte que las historias son ciertas, porque yo personalmente vi uno. Yo vi dos personas decapitadas por Hamás: un bebé y un soldado”. 

Como millones de israelíes, Golan Vach está furioso. Su voz, en el teléfono, delata su ánimo. Sus palabras no dejan margen de duda: está convencido de que el enemigo que enfrenta ha perdido la humanidad, y que se le debe de combatir en consecuencia. 

“Ellos son peores que animales y deben ser tratados así. A los animales no hay que desaparecerlos, hay que protegerse de ellos. Pero cuando ves tal maldad, una maldad tan pura… creo que todo ser humano que tenga la oportunidad de borrar ese mal del mundo debería de ser reclutado para ello, y nosotros estamos dispuestos a hacerlo. Pase lo que pase, ese mal será eliminado”. 

Pero, ¿qué pasa con las personas que permanecen secuestradas en Gaza?, se le pregunta. ¿Cómo eliminar al enemigo sin ponerlas en riesgo? “Bueno, no voy a entrar en detalles”, responde. “Hay algunos planes para hacer las cosas de la manera correcta.

“Todos sabemos que no hay decisiones buenas y malas: las dos opciones son malas”. 

Entre ambas, dice, el ejército de Israel tomará, primero, aquella que “sea la correcta para garantizar la protección de las comunidades”. Luego, “la que garantice la protección de los rehenes. Intentaremos hacer las dos cosas”, finaliza. 

 

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