El presidente estadounidense, Joe Biden, solicitó urgentemente este viernes ayuda militar para Israel en un enorme paquete de seguridad nacional de 106.000 millones de dólares, informó The Times of Israel.
La demanda de Biden se produjo un día después de que estableciera un vínculo directo entre el ataque de Hamás a Israel y la invasión de Ucrania por parte del presidente ruso Vladimir Putin para convencer a los estadounidenses de que Estados Unidos debe mostrar liderazgo global.
Argumentó en un apasionado discurso en la Oficina Oval que las enormes sumas involucradas, de las que 14 mil millones serán para Israel, protegerán los intereses estadounidenses para las generaciones venideras. 61 mil millones serán destinados a Ucrania.
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Pero la solicitud de Biden se produce mientras la Cámara de Representantes de Estados Unidos sigue sumida en el caos, con los republicanos, que tienen una estrecha mayoría, en su peor crisis en décadas y sin poder elegir un presidente.
“El mundo está observando y el pueblo estadounidense espera, con razón, que sus líderes se unan y cumplan estas prioridades”, dijo Shalanda Young, directora de la Oficina de Gestión y Presupuesto de la Casa Blanca, en una carta al Congreso.
“Insto al Congreso a abordarlos como parte de un acuerdo bipartidista integral en las próximas semanas”.
El paquete de ayuda de Biden une una serie de crisis dispares con la esperanza de que un llamado a la unidad nacional de Estados Unidos ayude a sacar a los republicanos de la Cámara de Representantes de su disfunción.
La enorme petición de financiación es un intento de reforzar el menguante apoyo a Ucrania vinculándolo con la financiación para Israel, que sí cuenta con un amplio respaldo bipartidista.
Un número cada vez mayor de republicanos (y votantes estadounidenses) se oponen a aumentar los 43.900 millones de dólares en asistencia de seguridad que Estados Unidos ha comprometido a Ucrania desde que Moscú lanzó su invasión a gran escala en febrero de 2022.
Una solicitud anterior de ayuda para Ucrania quedó estancada cuando el presidente republicano de la Cámara de Representantes, Kevin McCarthy, fue derrocado en una rebelión en septiembre.
En los 17 días transcurridos desde entonces, ningún republicano ha podido obtener suficientes votos para reemplazarlo. El último en intentarlo, Jim Jordan, aliado de Donald Trump, ya ha fracasado dos veces.
El discurso de Biden del jueves trazó el vínculo entre las guerras en Ucrania e Israel como parte de una visión de Estados Unidos como un “faro para el mundo” que enfrenta a “terroristas” como Hamás y “tiranos” como Putin.
El Kremlin denunció el viernes los comentarios de Biden.
“No aceptamos ese tono en relación con la Federación Rusa, en relación con nuestro presidente”, dijo a los periodistas el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov.
Peskov dijo que esa “retórica difícilmente es adecuada para líderes de estados responsables, y difícilmente puede ser aceptable para nosotros”.
Los esfuerzos de Estados Unidos por “contener” a Rusia resultarían ineficaces, añadió.
El jueves Biden pronunció un inusual discurso a la nación desde la Oficina Oval, prometiendo apoyo inquebrantable a la seguridad de Israel, “hoy y siempre”.
“Estamos ante un punto de inflexión en la historia, uno de esos momentos en los que las decisiones que tomemos hoy determinarán el futuro en las próximas décadas”, afirmó.
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