El presidente del partido Ra’am, el parlamentario Mansour Abbas, ha pedido a los grupos terroristas palestinos que se desmilitaricen y trabajen con la Autoridad Palestina para establecer un Estado palestino por medios no violentos.
“Para avanzar, los grupos militantes palestinos necesitan deponer las armas. Necesitan trabajar mano a mano con la Autoridad Palestina para realizar un movimiento nacional que aspire a un Estado de Palestina en una solución pacífica junto con el Estado de Israel”, dijo Abbas a Wolf Blitzer de CNN en una rara entrevista con medios internacionales publicada el jueves.
El sábado, Ra’am emitió una aclaración en un aparente esfuerzo por suavizar esa declaración, diciendo que Abbas había querido decir que “el Estado palestino que surgirá negará el armamento de las facciones palestinas”.
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Abbas, cuyo partido islamista Ra’am fue la primera facción independiente de mayoría árabe en unirse a una coalición israelí (el gobierno de Naftali Bennett-Yair Lapid de 2021-2022), comenzó la entrevista reiterando su condena del ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre, en el que unos miles de terroristas irrumpieron en la frontera, mataron a unas 1.200 personas, en su mayoría civiles, y tomaron más de 240 rehenes.
“Cualquier acción que se tome contra personas inocentes (mujeres, niños, ancianos) es inhumana y también va en contra de los valores del Islam. Lo condenamos categóricamente. Esto no se puede discutir ni justificar porque va en contra de todos los valores humanos y también de los valores religiosos”, afirmó.
“Al mismo tiempo, no podemos olvidar que se está produciendo una lucha política”, continuó Abbas.
“Pero las acciones que los grupos armados han decidido tomar y utilizar la violencia para lograr sus medios, mirando al pasado, siempre han fracasado. La víctima de todos y cada uno de esos intentos militantes ha sido el pueblo palestino que fue quien pagó el precio. En este conflicto actual, nos fijamos en el número de personas muertas: estamos hablando de más de 15.000 palestinos que perdieron la vida”, lamentó, según The Times of Israel.
El Ministerio de Salud de Gaza, dirigido por Hamás, dice que más de 15.000 personas han muerto en la ofensiva de Israel en el territorio palestino, aunque estas cifras no pueden verificarse de forma independiente y se cree que incluyen tanto a civiles como a agentes terroristas muertos en Gaza, incluso como consecuencia de los fallos de cohetes de los propios grupos terroristas.
Israel dice que el objetivo de la ofensiva es eliminar a Hamás y su infraestructura, y asegurar el regreso de los rehenes que se cree están en la Franja.
El viernes se reanudaron los combates en Gaza después de una tregua temporal de siete días en la que se liberó a 105 rehenes de Gaza, incluidos 81 israelíes, 23 ciudadanos tailandeses y un filipino, a cambio de 210 prisioneros palestinos, todos ellos mujeres o menores. Israel también permitió una afluencia de ayuda humanitaria a la Franja.
El líder del partido Ra’am se ha pronunciado desde los ataques del 7 de octubre condenando los actos de terrorismo y advirtiendo a los ciudadanos árabes israelíes que enfríen las tensiones internas, en medio de varios incidentes aislados de violencia e intimidación interna entre comunidades.
“A los miembros de la comunidad árabe, tanto ciudadanos como líderes, hoy les digo enfáticamente que, ante todo, estamos obligados a rechazar los elementos extremistas marginales que intentan ponernos en curso de colisión con el Estado, sus instituciones de seguridad y sus ciudadanos judíos”, escribió en un artículo de opinión publicado por The Times of Israel en octubre. “Debemos optar por actuar con sabiduría y responsabilidad. Esto es imperativo para el bien público, así como para nuestra visión de futuro como sociedad árabe palestina y como ciudadanos del Estado de Israel“.
Abbas también exigió que la diputada del partido Iman Khatib-Yasin dimitiera tras los comentarios que hizo poniendo en duda algunos elementos de las masacres del 7 de octubre perpetradas por Hamás. Khatib-Yasin se disculpó pero no renunció.
En términos de lo que sucederá en Gaza después de derrocar a Hamás, el Primer Ministro Benjamín Netanyahu y su gobierno no han sido claros.
A principios de noviembre, el primer ministro dijo a Fox News que Israel no quiere volver a ocupar ni gobernar la Franja, aunque también dijo a ABC News que Israel tendrá “responsabilidad general de seguridad” sobre la Franja de Gaza “por un período indefinido” tras el fin de la guerra contra Hamás.
La misma semana dijo a los alcaldes de las ciudades fronterizas de Gaza que las FDI seguirán teniendo el control de la Franja de Gaza después de que termine la guerra actual, en lugar de depender de las fuerzas internacionales para supervisar la seguridad a lo largo de la frontera.
Funcionarios estadounidenses han planteado en las últimas semanas la posibilidad de que una fuerza internacional, posiblemente con tropas de aliados árabes vecinos, pueda gestionar la seguridad en la Franja durante un período provisional hasta que se pueda devolver a un gobierno palestino funcional, que Washington espera que sea la Autoridad Palestina.
Sin embargo, dos diplomáticos árabes dijeron esta semana que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, se ha convertido en un “lastre”, lo que contribuye a la renuencia de los líderes árabes a cooperar plenamente con la estrategia de la administración Biden para una Gaza de posguerra.
El presidente de 87 años ha estado plagado de acusaciones de corrupción de larga data y probablemente no sea capaz de reunir Cisjordania con Gaza bajo la Autoridad Palestina, dijeron fuentes diplomáticas.
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