Jóvenes de diversos países han viajado a Israel para proporcionar ayuda, trabajo físico y apoyo moral a los soldados, sus familiares, los kibutzim y las fábricas cuyos trabajadores han sido llamados al frente.

 

 

Israel se encuentra en guerra y sus reservistas han dejado sus trabajos habituales para vestirse el traje militar. Su ausencia se siente también en casa, donde los familiares viven a la expectativa.

Ante esta situación, y como muestra de solidaridad, jóvenes mexicanos se unieron a la iniciativa Restart Israel, y viajaron hasta ese país para trabajar en los puestos vacantes, llevar comida a los soldados o convivir con sus familiares.

“Somos 25 mexicanos en el grupo”, nos cuenta Marcos Saadia, en entrevista. “Nos estamos quedando en casas de gente en Ra’anana y Netanya. Vamos a estar yendo a asados con los soldados, a campos de agricultura, a hospitales, a los kibutzim, fábricas, etc.”, agrega.

Por iniciativa de La Casa, una comunidad judía con presencia en Argentina y México, los voluntarios de diversos países “estamos yendo a ayudar ahora que muchos de los trabajadores se tuvieron que ir a las reservas (…). Hoy estuvimos trabajando en un campo de mandarina por más de tres horas”.

Para Saadia, “es muy emocionante ver cómo todo el país está unido en todos los sentidos, pero también se siente la tensión por parte de los familiares” de los soldados. Dice que, hasta ahora, ni él ni su grupo han tenido que refugiarse por alertas de bombardeos, y que no siente miedo.

En cuanto a la situación económica de Israel, el joven asegura que no se percibe que se encuentre afectada. Ha estado antes en Israel y el cambio que percibe es más de un carácter emotivo. Mientras en Ra’anana “no se siente nada de tensión”, en otros sitios que ha visitado “no toda la gente, pero alguna, como las esposas de los soldados, están un poco nerviosas”.

Apenas un día antes de conceder esta entrevista, el grupo de voluntarios visitó a soldados de las FDI, a quienes les ofrecieron un asado. “Les hace falta ese cariño y confianza y sentir que estamos con ellos”, asegura.

También percibe algunas expectativas sombrías entre la población. Dice que, mientras algunas personas creen que la paz volverá cuando termine el conflicto en Gaza, algunas otras prevén que en unos meses estalle un conflicto en el norte, contra las milicias islamistas de Líbano.

Apenas hoy, de visita en el famoso hospital Rambam, pudo constatar cómo la institución se prepara para recibir a cientos o miles de heridos potenciales que podrían llegar si la situación en la frontera norte escala de la tensión al estallido.

Saadia y los otros chicos mexicanos que viajaron a Israel para ayudar y dar ánimos, permanecerán hasta el 17 de diciembre en aquel país, convencidos de que “ahora nos necesitan más que nunca”.

 

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