La inteligencia israelí evalúa que alrededor del 10% de todos los empleados de UNRWA en Gaza tienen vínculos con organizaciones terroristas, además de al menos 12 empleados que, según dice, estuvieron involucrados en el ataque terrorista del 7 de octubre en el sur de Israel, reportó The Wall Street Journal.

El WSJ dijo que la información que Jerusalén compartió con Estados Unidos indicaba que de los aproximadamente 12.000 empleados de Gaza de la agencia de las Naciones Unidas para los refugiados palestinos, unos 1.200 tienen vínculos con Hamás o la Yihad Islámica Palestina.

El informe afirma además que alrededor del 50% de los empleados de la agencia de la ONU en Gaza tienen al menos un pariente cercano con vínculos con los grupos terroristas.

La AP dijo que vio un documento israelí que alegaba que al menos 190 trabajadores de la UNRWA eran agentes de Hamás o de la Yihad Islámica, sin proporcionar pruebas. No estaba claro si se trataba del mismo documento.

Las últimas acusaciones llevaron a la UNRWA a anunciar el viernes que había despedido a varios empleados por acusaciones no especificadas.

A pesar de esa medida, desde el anuncio muchos donantes, incluidos Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Italia, Australia y Finlandia, han suspendido la financiación a la agencia en espera de una investigación.

Un expediente proporcionado al WSJ por el gobierno de Estados Unidos el lunes examinó la participación de empleados de la UNRWA en el ataque terrorista del 7 de octubre.

Según el expediente, un consejero escolar de la UNRWA de Khan Younis, en el sur de Gaza, era sospechoso de trabajar con su hijo para secuestrar a una mujer de Israel, mientras que un trabajador social de la ciudad de Nuseirat, en el centro de Gaza, fue acusado de ayudar a secuestrar a un soldado israelí muerto para Gaza.

El NYT dijo que un tercer empleado de la UNRWA había participado “en la masacre en un Kibutz donde murieron 97 personas”, aparentemente el Kibutz Be’eri, que fue devastado el 7 de octubre en el ataque liderado por Hamás.

Se dijo que otro trabajador fue rastreado hasta el lugar del festival de música Supernova cerca de Re’im, donde 360 personas fueron masacradas, mientras que otros coordinaron la logística y adquirieron armas antes del 7 de octubre y durante el mismo.

Según la agencia de noticias Reuters, dos de los presuntos agentes de Hamás citados en el expediente se describen como “eliminados” por las fuerzas israelíes.

Se dice que un duodécimo palestino cuyo nombre e imagen se proporcionan no tiene membresía en ninguna facción y se infiltró en Israel el 7 de octubre de forma independiente cuando masas se unieron a los terroristas que asaltaban las comunidades israelíes.

En la lista de los 12 hombres también figuran un profesor de la UNRWA acusado de armarse con un cohete antitanque, otro profesor acusado de filmar a un rehén y el gerente de una tienda en una escuela de la UNRWA acusado de abrir una sala de guerra para la Yihad Islámica.

En declaraciones al WSJ, un alto funcionario del gobierno israelí dijo: “El problema de la UNRWA no son sólo unas pocas manzanas podridas involucradas en la masacre del 7 de octubre. La institución en su conjunto es un refugio para la ideología radical de Hamás”.

Las acusaciones contra la UNRWA son las últimas de una larga lista de quejas israelíes contra la agencia de la ONU, como que permite que se enseñe incitación anti-israelí en sus cientos de escuelas y que parte de su personal colabora con Hamás.

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