Enlace Judío – “Cuando un hombre hace monedas con un mismo molde todas salen igual. Sin embargo, D-os hizo a cada uno de nosotros bajo el mismo molde – su imagen – y resultamos ser distintos… El D-os de Israel es el D-os de toda la humanidad, pero la religión de Israel no es de toda la humanidad para enseñarnos que hay otras naciones, otras formas de llegar al Cielo, pero todos somos parte de lo mismo” Así solía referirse rabbi Sacks z’l a lo que llamo el orgullo en la diferencia; a los principios de comunalidad y diferencia al hecho de que “si no fuéramos parecidos no podríamos comunicarnos y si fuéramos iguales no habría que decir”. La belleza del judaísmo es que constantemente le recuerda al mundo la importancia de mantener esa individualidad, esa diferencia.

El rabino veía a la tradición judía como una protesta contra los imperios, como una respuesta sólida al fundamentalismo, por el simple hecho de negarse a la asimilación. “Fue el judío el que siempre luchó por el derecho a ser distinto, por el deber a ser distinto”. Propone sentirnos orgullos de ese origen.

La diferencia además se enuncia como un llamado a otros grupos minoritarios y como un regalo que cada nación ofrece al mundo, pues el judío no actúa únicamente por si mismo, sino que a través de su particularidad reconoce su presencia en el mundo; se ve como parte de la humanidad y actúa por la humanidad. Encuentra su aportación desde sí mismo, desde su particularidad.

Finalmente, rabbi Sacks z’l siempre resaltó la forma en que cada cultura aportaba su visión al marco completo de lo que entendemos por verdad. Sostenía que no había una sola verdad sino varias formas de acercarse a la realidad que nos rodea y ésta misma se construye de la visión que cada nación, cada y cada cultura aporta. Para ver al hombre debemos aprender a escuchar y admirar la diferencia, y el judaísmo nos enseña a apreciarla.

¿Por qué ser judío?

La reflexión anterior surge de una plática que el rabino dio hace 12 años en memoria de Ruth B. Wildes. La participación del rabino giro en torno al por qué seguir siendo judío en el mundo moderno y qué respuestas ofrece la tradición judía frente a un mundo cada vez más plural. Es muy interesante lo que hizo como orador pues presentó varios aspectos del judaísmo que nos han mantenido con vida a lo largo de los milenios y que encierran enseñanzas enormes para la humanidad, y dentro de ello decidió cerrar con la dignidad de la diferencia. Abogando de esa forma por un tradicionalismo dentro del mundo multicultural, aceptando la enorme belleza que la diferencia trae sin por eso fomentar la desaparición de las tradiciones. En realidad la pregunta “¿por qué ser judío?” siempre traerá tantas respuestas como judíos haya en el mundo, pero tener pautas a las cuales asirse nos ayuda a dar una respuesta más sólida.

Entre los principios que rab Sacks z’l mencionó fueron: el amor a la educación, como lo recordamos en el seder de Pésaj; el rechazo a la injusticia, que proviene de la postura judía de construir el mundo que nos rodea y reducir la brecha entre el mundo que es y el que debe ser; la tzedaka, que es la idea de que la caridad y la justicia están unidas, que lo que damos realmente no lo poseemos; el Shabat, darse ese espacio para vivir el presente, ver y estar con nuestros seres amados; y finalmente, como mencionamos, cerró con la dignidad y el amor a la diferencia, el reconocimiento a la apreciación particular de cada pueblo.