Enlace Judío – “¿Y eso para qué sirve?” es lo primero que cualquier joven escucha cuando decide estudiar una carrera de humanidades, especialmente literatura o historia. Curiosamente es una pregunta que nunca termina de resolverse, porque son disciplinas que una vez estudiadas te acompañan el resto de tu vida. Finalmente las historias que narramos o escuchamos construyen la percepción que tenemos del mundo que nos rodea y la respuesta que damos de forma constante. Por eso el que ama la lectura y el estudio nunca termina de encontrar respuesta a las razones por las que lo hace. La película Yentl de Barbra Streisand es una de las mejores formas de rendir homenaje a ese amor por la literatura, la historia y la cultura.

En una forma sumamente cómica y divertida rehace un cuento de Bashevis Singer donde la protagonista se caracteriza por su amor al estudio. De tal manera que el tributo se manifiesta a través de tres vías: tenemos el amor al pasado y la historia que el cuento refleja y que la película retoma, el cuento mismo y a la protagonista. Es como si un sin fin de marcos se juntaran en ello, al mismo tiempo que el humor tanto del escritor y la directora se mantiene. Así como honra al pasado nos indica que es imposible recordarlo de forma realista. El musical es una comedia y como tal plantea al pasado desde una fantasía y hace un guiño tanto a la añoranza que nos invita a sentir como al romanticismo falso con el que tendemos a recordarlo. A través del juego nos enseña una parte de nuestra historia y rinde homenaje a la misma.

La aldea, por ejemplo, la yeshiva que aparece, la forma de relacionarse entre el rabino y los estudiantes, y el encuentro de la protagonista con los libros todos tienen un aura de irrealidad que las vuelve mágicas y nostálgicas al tiempo que se burla de esa misma visión fantástica. La película y el cuento le habla a quienes dejaron atrás el shtetl de Europa para crecer y perseguir tierra americana. Sabemos que los recuerdo de nuestros abuelos, o bisabuelos, están marcados por una idealización de lo perdido y aún así al ver escenas como esas no podemos sino sentir cariño por ese mundo perdido del cual venimos. Ahí se encuentra la comedia y la fantasía tanto del musical como del cuento.

Sobre la trama y el feminismo

En cuanto a la historia misma es una trama de enredos muy bien construida que sigue las peripecias de la protagonista para abordar temas de mayor profundidad. Yentl (o más bien Pechev a un inicio) es la hija de un rabino que anhela estudiar en una yeshiva al mismo nivel que los hombres de su aldea y que por su condición de ser mujer se ve privada de lo mismo. Cuida de su padre a quien quiere y respeta muchísimo. Cuando éste muere decide perseguir su sueño: se cambiarse el nombre, se viste del género opuesto y entra a una yeshiva a estudiar. Conforme la trama avanza se ve involucrada en un triángulo amoroso bastante engorroso donde la mujer que su mejor amigo ama se enamora de ella (creyendo que es hombre), a la vez que es consciente del enorme amor que siente por su propio amigo.

Dicha situación causa un sin fin de escenas cómicas donde se aprecia la maestría de la directora. Sin embargo, abajo de todo ese jolgorio, la película usa a la comedia para hacernos ver la ironía de las reglas sociales que nos atan. Se muestra el feminismo de Barbra Streisand en el sentido que cuestiona nuestros comportamientos y prejuicios que tenemos al juzgar a una persona en base a su género. También cuestiona el acto mismo de atarse a las reglas sociales que nos determinan.

Aparte, toca temas de suma profundidad. Nos invita a reflexionar sobre el enamoramiento y la atracción física, sobre el cariño, la amistad, los deseos, y los principios que conforman nuestra identidad y nuestro actuar. Cada uno de los personajes está bien logrado y tiene una personalidad entrañable. Sí logramos ver desde varios ángulos la situación que distintas partes viven en la misma historia. No cabe duda que es una muestra del gran genio de la artista, que hasta la fecha sigue siendo un ícono del cine judío.